POBREZA, CRISIS SOCIAL Y POPULISMO DE DERECHA E IZQUIERDA
El año 2012 inició en Centroamérica con la solemne toma de posesión de los presidentes Daniel Ortega Saavedra, de Nicaragua, y Otto Pérez Molina de Guatemala. A simple vista estamos ante dos gobiernos completamente diferentes, que reflejan procesos políticos diferentes, dos polos antagónicos de la situación Centroamérica, pero la realidad es diferente.
El general Otto Pérez Molina, líder del derechista Partido Patriota (PP) conquistó la presidencia de Guatemala, un país clave en la región, con un discurso populista de derecha, --igual que el manejado por su contrincante Manuel Baldizon que fue derrotado en la segunda vuelta--, concentrado en el grave problema de inseguridad ciudadana que vive ese país. Su slogan de campaña fue: gobernar con mano dura.
Después de tantos años de crímenes, asaltos cotidianos, inseguridad general y enraizamiento del crimen organizado en Guatemala, la población desesperada clama por un gobierno que implante el orden, no sabiendo que el origen de estos males está, no solo en los graves problemas económicos y sociales de Centroamérica, producto de la salvaje explotación capitalista e imperialista, sino en la estrecha colaboración secreta de los altos mandos del Ejercito y Policía Nacional Civil (PNC) de Guatemala con las bandas del crimen organizado.
En la izquierda guatemalteca existe un justo temor por el currículo sanguinario del general Pérez Molina, pero se está obviando que éste tiene, al menos en esta primera fase, una peligrosa política de mantener los programas de asistencia social implementados por el gobierno de Colom, con los cuales pretende adormecer a las masas y ganar sectores sociales para la gran cruzada de devolver la autoridad al Estado burgués en Guatemala.
Pérez Molina pretende convertirse en el populista de derecha en Centroamérica, por eso fue a la toma de posesión de Daniel Ortega, y éste le correspondió asistiendo a su toma de posesión. Eso hubiera resultado inconcebible hace algunos años.
La realidad es que la crisis del capitalismo aprieta y hace pasar problemas fiscales a todos los gobiernos, los cuales se despojan de ideologías y se unen para salvar al sistema capitalista en Centroamérica.
Por su parte, Daniel Ortega, conquistó su tercer periodo presidencial, habiendo utilizado un discurso populista de izquierda en la pasada campaña electoral. Apartando las diferencias superficiales, debemos analizar cuales son los puntos comunes entre Otto Pérez Molina y Daniel Ortega. En el plano económico, ambos gobiernos implementaran políticas neoliberales que benefician a las respectivas oligarquías, aunque con el componente de los programas de asistencia social, que en el caso de Nicaragua son mucho más copiosos por la ayuda Venezolana.
En la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, la gran bandera de Otto Pérez Molina, este debe aprender mucho de la experiencia nicaragüense. Este es un solido punto de unión entre ambos gobiernos. En relación al lenguaje populista, ambos presidentes lo utilizan en mayor o menor medida.
Quizá el punto de separación entre ambos gobernantes, es el pasado represivo del general Otto Pérez Molina. Por el momento, debido a que no hay luchas generalizadas de los trabajadores y del pueblo, que pongan en peligro el sistema capitalista, es muy probable que Pérez Molina utilice la táctica de enmascararse, como lo hacia durante la guerra civil, para engañar el pueblo.
Y está es la parte medular de la política de engaño y desmovilización, con ello revitalizará el rol de las fuerzas armadas y los aparatos represivos, para actuar mas adelante. Por ello, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exhortamos a la izquierda Centroamericana a valorar y analizar el significado de estos dos nuevos gobiernos, que cada vez se parecen más.