Durante la insurrección de 1932 fueron masacrados más de 10,000 indígenas que luchaban contra la pavorosa crisis del capitalismo que asolaba el campo salvadoreño, y que protestaban también contra el fraude en las elecciones municipales y legislativas de Enero de ese mismo año, enfrentándose directamente a la dictadura militar.
La insurrección fracasó. Posteriormente fueron fusilados los principales dirigentes de este amplio movimiento de protesta social. Entre ellos se encontraba Agustín Farabundo Martí (1893-1932), revolucionario intachable, fundador del Partido Comunista de Centroamérica (PCCA) en 1925, antecesor del actual Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), que estamos reconstruyendo.