Por Nicolas Lebrun
Luego de una sangrienta lucha de más de una década, la dictadura del verdugo de Damasco ha terminado.
Fue dentro del contexto de la primavera árabe, la cual puso fin a diferentes dictaduras en el norte de África como la Mubarak en Egipto, la de Gadafi en Libia y la de Ben Ali en Túnez las masas sirias empezaron a movilizarse en forma consecuente, primero de una forma pacifica para luego transformarse en una cruenta guerra civil que lleva a la cuenta centenas de miles de víctimas y millones de desplazados, casi la mitad de la población.
Ante los ojos del mundo el régimen sirio apoyado por Irán, su principal aliado en el área, y luego por el gobierno de Putin que buscaba resguardar sus intereses geopolíticos en el Mediterráneo, Al Assad no tuvo ningún reparo para conservar su poder.
Esta caída, dentro del contexto político, militar y económico, viene a replantear la forma como se pueden desarrollar la lucha de clases y la ofensiva imperialista.
El nuevo gobierno del HTS
El nuevo gobierno instalado después de una sorpresiva pero planificada ofensiva relámpago ha sido respaldada de manera directa e indirecta por los distintos actores de la región.
De hecho, el objetivo es evitar un escenario similar al que se produjo luego de la caída de Gadafi que abrió las puertas a una guerra civil por el control de los recursos petroleros. Los bandos en pugna son apoyados por las diferentes potencias occidentales y regionales como Turquía.
En ese sentido los llamados a la conformación de un gobierno de unidad nacional y de la búsqueda de una cierta normalidad para garantizar una reconstrucción burguesa de las instituciones del nuevo régimen afloran por los diversos canales de comunicación del nuevo gobierno.
“El nuevo Gobierno interino sirio avanza en la reconstrucción de las instituciones mientras se suceden los países y organismos internacionales que lo reconocen como interlocutor. La última medida ha sido anunciada por Ahmed al Shara, el líder de Hayat Tahrir El Sham (HTS), el principal grupo rebelde que derribó el régimen de Bachar el Asad en una ofensiva relámpago hace semana y media. Al Shara ―su nombre real, que ha empezado a usar tras emplear durante años el de Abu Mohamed Al Julani― ha adelantado en su canal de la red social Telegram que las distintas facciones rebeldes que se unieron para la ofensiva, lanzada desde la provincia de Idlib, en el noroeste, “serán desmanteladas” y sus combatientes, “entrenados para integrar las filas del Ministerio de Defensa”. “Todos quedarán sujetos a la ley”, ha agregado tras un encuentro con la minoría drusa.
“Debemos tener una mentalidad de Estado, no una mentalidad de oposición”, ha apuntado Al Shara, en pleno esfuerzo por espantar los temores de las comunidades que apoyaron a El Asad o que desconfían por su pasado como fundamentalista islámico que proviene de la rama siria de Al Qaeda. “Siria debe permanecer unida y debe haber un contrato social entre el Estado y todas las comunidades [étnicas o religiosas] para garantizar la justicia social”. (El País.com)
Las declaraciones del ex primer ministro también van en el mismo sentido, todo esto apunta que habían ocurrido negociaciones y un pacto para dejar caer al gobierno del partido Baas que llevaba casi cincuenta años en el poder
“El primer ministro sirio, Mohammed Ghazi Jalali, dijo que el gobierno estaba listo para “extender su mano” a la oposición y entregar sus funciones a un gobierno de transición. “Estoy en mi casa y no he salido, y esto es debido a mi pertenencia a este país”, dijo en un video. Afirmó, asimismo, que iría a su oficina por la mañana para continuar sus labores y llamó a los ciudadanos sirios a no dañar la propiedad pública.” (infobae.com)
La guerra en Gaza y en el Líbano
El sionismo y sus aliados occidentales han sido los actores de uno de los mayores genocidios de la historia reciente. Por un lado, aquellos que apoyan sin tapujos a los sionistas como el imperialismo yanqui, el socio mayor sin el cual el estado sionista se derrumbaría sigue librando una cuantiosa ayuda militar y económica para financiar la masacre de las masas palestinas. Otros, como Francia, España, que ponen notas al pie de página ante la agresión sionista, siguen vendiendo o dejan pasar las armas con las cuales se abastecen los arsenales del ejército criminal.
Esta guerra sionista contra el pueblo palestino ha logrado debilitar las corrientes políticas y militares como el Hamas, un firme aliado de los iranies.
Por otro lado, la invasión de la armada sionista en la frontera con el Líbano y los actos terroristas perpetrados por la Mossad contra la cúpula de Hezbolá, han puesto en dificultades al grupo, también un fuerte aliado de los iranies en el área.
Estos golpes no hubieran sido posibles sin la complicidad de los gobiernos árabes aliados del imperialismo, entre ellos la Autoridad Nacional Palestina que por su lado reprime dentro de Cisjordania toda oposición política y armada que enfrenta a los sionistas. Los otros gobiernos sunitas y wahabitas ya habían pactado durante la pasada administración Trump importantes acuerdos para “normalizar” sus relaciones con la entidad sionista.
Por otro lado, el acuerdo del cese al fuego prevé la presencia de contingentes militares yanquis y franceses en la frontera entre el Líbano y la entidad sionista, lo que fragiliza aún más la posición de Hezbola y por ende de Irán. Los yanquis tenían muchas décadas de no tener presencia militar en el país luego de los atentados que costaron la vida a numerosos marines afincados en el país. Estos son los puntos del acuerdo que validan la nueva intervención aparte de la que está en curso con la presencia de los cascos azules de las Naciones Unidas.
“8. Los Estados Unidos y Francia tienen la intención de trabajar en el marco del Comité Técnico Militar para el Líbano (MTC4L) para posibilitar y lograr un despliegue total de 10.000 soldados de las Fuerzas Armadas Libanesas en el sur del Líbano lo antes posible. Además, los Estados Unidos y Francia tienen la intención de trabajar con la comunidad internacional para apoyar a las Fuerzas Armadas Libanesas según corresponda para lograr ese aumento en sus niveles de despliegue en el Líbano y mejorar sus capacidades.
9. Una vez que comience el cese de las hostilidades de conformidad con el párrafo 1, y sin perjuicio de la FINUL y su mandato y responsabilidades en virtud de la RCSNU 1701 y sus resoluciones predecesoras, Israel y el Líbano resuelven, en coordinación con la FINUL, reformular y mejorar el mecanismo tripartito (en adelante: “el Mecanismo”). El Mecanismo reformulado y mejorado, auspiciado por la FINUL, presidido por los Estados Unidos e integrado por Francia, supervisará, verificará y ayudará a garantizar el cumplimiento de estos compromisos.
13. Israel y el Líbano solicitan que los Estados Unidos, con la colaboración de las Naciones Unidas, faciliten negociaciones indirectas entre Israel y el Líbano con el objetivo de resolver los puntos en disputa restantes a lo largo de la Línea Azul, de conformidad con la resolución 1701.
Los Estados Unidos y Francia entienden que los compromisos anteriores serán aceptados por Israel y el Líbano simultáneamente con este anuncio.
Una ofensiva contra Irán como etapa siguiente
Todo este tejido de ofensivas pone al gobierno de los ayatolas en la picota. Sus aliados políticos y militares han sufrido duros golpes.
En este contexto, otros países imperialistas de menor importancia que los occidentales, pero de peso en el área, como Turquía aprovechan en contexto para extender sus intereses fuera de sus fronteras. Los turcos que tenían ya un pie en Siria para combatir a los kurdos han movido sus fuerzas militares y han proporcionado el apoyo logístico para el nuevo grupo en el poder.
“Irán, una vez más, ve cómo su influencia sufre un duro golpe. La Siria de Al Assad formaba parte de la conexión entre los iraníes y Hezbolá, y era clave para la transferencia de armas y municiones al grupo.
El propio Hezbolá ha quedado muy debilitado tras su guerra de un año con Israel y su futuro es incierto.
Otra facción apoyada por Irán, los hutíes de Yemen, han sido blanco de repetidos ataques aéreos. Todas estas facciones, más las milicias en Irak y Hamás en Gaza, forman lo que Teherán describe como el Eje de la Resistencia, que ahora se ha visto seriamente dañado.
Este nuevo panorama será celebrado en Israel, donde Irán es visto como una amenaza existencial.
Muchos creen que esta ofensiva no podría haberse producido sin la bendición de Turquía.” (bbc.com)
Alto a la agresión imperialista contra Irán y los pueblos de Oriente Medio
La guerra que libra el imperialismo y sus aliados contra los pueblos del Medio Oriente es promovida por la rapacidad y el control de los enormes recursos energéticos, petróleo y gas natural.
Durante casi un siglo luego de perder el control de los territorios y países del área, los países imperialistas han impuesto dictaduras criminales para garantizar sus intereses.
La resistencia y las revoluciones que las masas han llevado a cabo no han podido culminar con el establecimiento de gobiernos de los trabajadores y campesinos. Los partidos nacionalistas burgueses que encabezaron muchos de estos movimientos mostraron el fracaso de estos proyectos y se convirtieron en una camisa de fuerza para el desarrollo del movimiento de masas y de sus reivindicaciones democráticas y económicas.
Si bien, nosotros, los socialistas revolucionarios no comulgamos en lo absoluto con el régimen de los ayatolas, estaremos en contra de una posible agresión de los bandidos imperialistas bajo ningún pretexto.
Apelaremos a la solidaridad con los pueblos de la región y por la organización independiente de los trabajadores y de las masas para enfrentar la agresión imperialista.
Solo la unidad de los pueblos podrá poner fin a la explotación y de la miseria de la cual son objeto desde hace siglos.