Por Olmedo Beluche
El mundo asiste horrorizado al genocidio sistemático contra el pueblo palestino por parte de fascista judío, Benjamín Netanyahu y su gobierno. Este asesino, Netanyahu, que merece un Juicio de Nuremberg, descaradamente ha echado fósforo blanco para quemar vivas a las personas, ha bombardeado refugios protegidos por Naciones Unidas, ha asesinado más de 15 mil niños y 40 mil civiles en Gaza, mata de hambre y sed a 2 millones de personas (el Gueto de Varsovia se quedó chiquito al lado de esto), ha matado periodistas.
Pero esos crímenes de lesa humanidad no los comete solo el fascista Netanyahu y su ejército. No. Netanyahu dispara. Es el autor material de esos crímenes, pero los autores intelectuales y propiciadores son el presidente de Estados Unidos de América, Joseph Biden, su vicepresidenta, Kamala Harris, y los gobiernos “democráticos” de la “civilizada Europa”, en particular el inglés, el francés y el alemán.
Biden y Kamala son los que financian la guerra de Netanyahu. Sin los miles de millones de dólares en armas que les regala Estados Unidos, el gobierno israelí ni siquiera se atrevería a disparar a mansalva. Biden y sus diplomáticos es quien obliga a sus aliados árabes, las dictaduras tan sanguinarias como la de Israel, léase Arabia Saudita o Egipto, a mirar para otro lado y colaborar con hechos u omisión con los crímenes israelíes.
Biden, Kamala y antes Obama son unos criminales porque financian y arman esas guerras en función de sus intereses imperialistas. Esto hay que recalcarlo porque con sus maneras refinadas, cínicas e hipócritas, poniendo “cara de yo no fui”, son los protectores y financiadores de Netanyahu y otros criminales. En realidad, entre Kamala y Trump no hay diferencias, la única, más favorable a Trump, es que es menos hipócrita.
Los gobiernos europeos, liberales y socialdemócratas, disfrazan su apoyo activo al genocidio contra Palestina, en la ridícula excusa de lucha contra el “antisemitismo”. El pueblo palestino, quienes le apoyamos y, por extensión los árabes y musulmanes, no han sido antisemitas. Los antisemitas son los muy cristianos pueblos europeos que eligen esos gobiernos.
La diferencia entre el gobierno nazi de Adolf Hitler y el gobierno socialdemócrata de Scholz, es que la “solución final” que han encontrado no son las cámaras de gas, sino convencer a los judíos alemanes que su lugar está en Palestina y no donde nacieron, Alemania. Estos gobiernos europeos, travestidos en demócratas y “defensores de derechos humanos”, también arman a Netanyahu a través de la OTAN.
El gobierno fascista israelí, envalentonado por el respaldo activo y pasivo a su genocidio en Gaza, ha dado un paso más allá asesinando a los dirigentes políticos palestinos de Hamas y libaneses de Hizbulá. Además, ha extendido la guerra al Líbano y amenaza con una guerra, que puede llegar a ser nuclear contra Irán.
Cuando palestinos, libaneses e iraníes se defienden y le mandan los cohetes a Israel en respuesta sus muchos crímenes y ataques, ¿Quién sale a defender con sus portaaviones y sistemas antimisiles? Pues, Estados Unidos y la OTAN. Entonces está claro que esa guerra es de Biden y Kamala. Hay que señalarlos con el dedo y gritárselo en la cara.
Otro tanto sucede en la guerra de Ucrania y Rusia. Donde es bastante claro que el imperialismo que se expande militarmente hacia el este es la OTAN que, contrario al Pacto de Varsovia, que se disolvió hace 30 años, sigue activo en expansión cercando a Rusia. Justo lo contrario de los que se hecho creer a los ingenuos europeos de que es Putin quien les amenaza con invasiones al estilo “Blitzkrieg”. Hay que animarse a ver lo hechos, sin que esto signifique legitimar a Putin y su forma de hacer la guerra en Ucrania.
Estado Unidos utiliza a Zelenski y al pueblo de ucrania como su peón, haciendo pagar el coste de la guerra a los pueblos de Europa occidental, que han tenido que aumentar (duplicar) sus presupuestos armamentísticos. Pero Zelenski, alentado por sus amos norteamericanos, Biden y Kamala, que le financian todas las armas que quiera, se anima a pedir armas de largo alcance para llevar la guerra hasta Moscú, con lo cual, al igual que en Medio Oriente, se acerca la posibilidad de una guerra nuclear.
Que nadie se engañe creyendo que hay una diferencia entre fascistoides, ultraderechistas e inhumanos Netanyahu y Zelenski, y los supuestos “demócratas” occidentales, como Biden y Kamala, y los gobierno de la Unión Europea. Los primero son el instrumento de los segundos en el actual momento de crisis del sistema imperialista mundial. Cuando a los capitalistas la democracia liberal ya no les es útil para seguir gobernando y explotando, recurren al fascismo y al totalitarismo. Eso hicieron en la década de 1930.
La barbarie que hoy padece el pueblo palestino (en Gaza, pero también en Cisjordania), ya la han padecido en Afganistán, Irak, Libia en las múltiples guerras civiles que azotan a los pueblos de África azuzadas por las empresas mineras europeas y yanquis. Es la barbarie que padece el pueblo de Cuba, agobiado por un bloqueo atroz. Es el capitalismo que cada vez se acerca al pronóstico de Rosa Luxemburgo: la barbarie.