Internacionales

Por Emma Largaespada.

La crisis económica global afectó simultáneamente  a todos los países desarrollados, los mercados de exportación se estrecharon. Debido a que se desarrolló simultáneamente en muchos países, la crisis económica puede regresar en su conjunto con una fuerza extraordinaria, pues la recesión de cada país individualmente agrava la recesión de otros y todos se combinan para agravar la crisis mundial. Con ello se demuestra una vez que el capitalismo es un sistema mundial.

Se acabó la prosperidad de unos pocos

El deterioro del estado económico del sistema capitalista internacional puede apreciarse a través de dos fenómenos que se han producido a una escala sin precedentes: la expansión del desempleo y el rechazo de los grandes monopolios financieros a reanudar las inversiones estimuladas solo por los incentivos monetarios. Ya no se arriesgan, lo que profundiza más la crisis. En el sistema capitalista la inversión productiva de grandes trust depende tanto de las tendencias del mercado como de las fluctuaciones de la tasa de beneficios.

La prosperidad del sistema capitalista depende de dos condiciones: una ascendente tasa de ganancia y un mercado en expansión. Las inversiones productivas no se van a presentar en la medida que no aparezcan signos de una tendencia que permita anunciar un cambio en los dos factores mencionados. El boom económico posterior a la segunda guerra mundial finalizo en los años 70 y ahora esta realidad de comprueba con la agudización de la crisis económica mundial.

El endeudamiento de la primera potencia imperialista

La proyección es que la deuda pública de Estados Unidos ascienda a 16.2 billones de dólares en 2012. Es un agujero que preocupa a los inversionistas extranjeros, como China, principal acreedor de Estados Unidos, y que resta valor al dólar como moneda de reserva. Esta montaña de deuda podría con facilidad convertirse en el detonante de la próxima crisis, que se encuentra en la sombra de la recaída de las burbujas financieras creadas en los mercados de especulación, en las bolsas de valores y en la pobre confianza del dólar. China al ser el mayor poseedor de reservas monetarias extranjeras, ha reiterado su exigencia de un dólar estable y una diversificación del sistema monetario internacional. La emergente potencia capitalista de China ha insistido en adoptar una nueva moneda de reserva internacional para reemplazar el dólar, en un sistema que está bajo la egida del FMI. 

Ahora bien, el déficit fiscal estadounidense a finales de 2009 era de 1.42 billones de dólares, 10% del PIB de la potencia norteamericana. Para darnos una idea, la Unión Europea exigen que el déficit fiscal de los países de la eurozona sea inferior al 3 %. Un déficit cada vez más grande, difícil de financiar y ello implica un alza de intereses para atraer compradores de bonos y papeles norteamericanos. Intereses más altos dificultan la recuperación económica y generan inflación, otro efecto inflacionario es el gigantesco aumento en la masa monetaria que implico la inyección de billones a los bancos mas todos los flujos monetarios virtuales y de valores. 

La especulación financiera

La recién pasada crisis hizo presión sobre las tasa de ganancia, lo que arrastró a la quiebra a un número considerable de empresas, se produjo una baja general en el volumen de las inversiones, una reducción de la producción, despidos en masa, que por su efecto acumulativo crean una baja de la producción y de la productividad económica, y una concentración de enormes stocks de mercancías no vendibles. Pero el fantasma de esta crisis y una posible recaída se manifiesta en primer lugar en los mercados de valores. Es la punta del iceberg.

En el mundo financiero es donde está sólidamente afincada la creencia de que la inteligencia genera riquezas. Los que se consideran más listos o informados inician un movimiento comprador de determinadas acciones en la Bolsa. De esta manera se produce un movimiento que confirma las expectativas creadas. La euforia dura hasta que alguien advierte que hay una sobrevaloración de esos activos y comienzan a vender. La tendencia se auto refuerza y llega un momento que todos intentan escapar, lo que resulta imposible porque no hay compradores, sólo hay vendedores. La burbuja se pincha y el precio de las acciones se derrumba.

Estos ciclos de auge y caída se producen periódicamente. Esto es debido a que, según Galbraith, la memoria del público sobre los peligros de las burbujas financieras no alcanza más allá de un par de décadas. Por consiguiente, los ciclos se repiten. Los que participan en este juego y pierden se revuelven contra los “especuladores”. Son los profesionales quienes salen bien parados de la crisis, porque debido a su experiencia han tenido la capacidad e intuición para adelantarse a los acontecimientos. Pero en ocasiones, cuando son fondos de gran tamaño, más que prever los acontecimientos, los provocan.

Las crisis empobrecen a unos y enriquecen a otros.

 La historia registra casos divertidos del encantamiento que produce en las personas la creencia de que tienen a su alcance la posibilidad de enriquecerse. Alrededor del año 1593 el embajador austríaco en Holanda, llevó a este país una serie de bulbos provenientes de Turquía. Eran los famosos tulipanes, que hicieron furor entre los holandeses por la vistosidad que daban estas flores a los jardines. El precio de los bulbos comenzó a subir y cuanto más subían, más convencidos estaban los inversores de que aquella era una buena inversión.

El pasado 5 de agosto los principales índices bursátiles europeos han caído con fuerza ante el regreso del temor a un estancamiento de la economía mundial. Fráncfort ha perdido el 5,82% (su mayor caída desde la catástrofe de Lehman Brothers a finales de 2008); Milán, el 6,15%; París, el 5,48% (también la mayor desde Lehman). El Ibex ha sido al final una de las plazas mejor paradas y aun así se ha dejado el 4,7%, su segundo mayor retroceso del año, quedándose en 8.317 puntos.

Pero la preocupación es generalizada, las Bolsas internacionales y el Ibex de forma destacada, se han desplomado este 4 de agosto de 2011 por el aumento de las dudas sobre una eventual recaída de la economía en recesión.

La jornada se ha cerrado con fuertes descensos en EE UU, del 4,3% en el Dow Jones, del 4,8% en el S&P 500 y de casi el 5,1% en el Nasdaq.La desaceleración ya está aquí, como lo apuntan la mayoría de datos macroeconómicos que paulatinamente se van presentando sobre el segundo trimestre, pero lo que ahora se cotiza es que la ansiada recuperación se seguirá debilitando durante la segunda mitad del año. Tras el batacazo, el selectivo abrió la mañana del 5 de agosto, por primera vez desde junio de 2010 por debajo de los 9.000 puntos. También está registrando importantes pérdidas Wall Street, que a media tarde se dejaba un 2,32%.

En la deuda, la prima de riesgo española, que es el sobreprecio que los inversores exigen por sus bonos a 10 años frente a los alemanes, los más seguros, ha puesto fin al alivio que venía registrando por la mañana y, tras la intervención del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha recuperado la tendencia al alza de la mano de la italiana. Así, tras llegar a bajar a primera hora hasta los 360 puntos básicos, 25 menos que ayer, al cierre de las Bolsas rozaba sus máximos (398 frente a 407 puntos básicos). El presidente del BCE ha cumplido con las expectativas y, si por un lado ha dejado inalterados los tipos de interés en el 1,5%, por el otro ha dado algunos mensajes para tratar de aliviar el acoso a España e Italia, aunque con escaso éxito.

Decadencia permanente del capitalismo

"No me sorprendería que antes del final de esta rueda de prensa vean ustedes algo en los mercados". Las palabras de Trichet han tenido un impacto inmediato aunque efímero en los mercados. En la deuda, las primas de riesgo han bajado, sobre todo la italiana, mientras en la renta variable se han moderado las pérdidas previas a la intervención del político francés. No obstante, a los pocos minutos, las primas recuperaban la tendencia al alza -todas menos la irlandesa- y las Bolsas agudizaban las caídas con recortes superiores al 2% en los parqués de referencia del Viejo Continente. El hecho de que hasta el propio instituto emisor admita de manera tan evidente que el futuro a corto plazo se anuncia complicado ha reavivado el temor de los inversores a la desaceleración económica internacional. El resultado ha sido dramático: fuertes descensos y mínimos anuales para el Ibex y el resto de Europa.

Desde inicios del sistema capitalista  hace menos de trescientos años, el mundo ha experimentado constantes crisis. Para la ciencia joven, la economía (en ese entonces en las manos de burgueses liberales), y para el mundo en transición, las crisis eran cosas nunca antes vistas. En ninguno de los anteriores modelos de producción económica se habían experimentado estas llamadas crisis. Lo que por lógica primero y luego por demostraciones de la ciencia económica (que evoluciona como ciencia al ser estudiada ya no solo por los burgueses que negaban las crisis y creían en el libre mercado y la autorregulación del sistema) y por los diversos aportes de científicos como Carlos Marx, nos advierten que las crisis son inherentes al sistemas capitalistas y por tanto inevitables, dejándonos entrevisto que el sistema capitalista contiene el germen de su  propia destrucción, que no es el sistema adecuado para el progreso de las naciones y menos para el desarrollo humano.

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