Por Nicolas Lebrun
El pasado 17 de octubre se realizó en Bruselas una cumbre de la Comisión Europea o “Ejecutivo comunitario” de la Unión Europea (UE), presidida por Ursula Von der Leyen. Este personaje, representante de la derecha conservadora de la CDU en Alemania y del grupo mayoritario en el seno del Parlamento Europeo, el Partido Popular (PP), ha salido a anunciar el endurecimiento de las medidas migratorias y la adopción, casi como una copia calcada de los modelos de deportación y encarcelamiento de los refugiados en países como el italiano, llevado a cabo por la neofascista de Georgia Meloni.
Esto no es algo anodino, es la consecuencia de la nueva relación de fuerzas dentro del Parlamento Europeo y el giro a la derecha en muchos de los países del viejo continente.
El discurso sobre la inmigración que exhiben varios de los presidentes o primeros ministros de Europa casi no tienen nada que envidiar de los que hace o ha hecho el expresidente y actual candidato presidencial, Donald Trump.
Giro a la derecha: de la condena a la postración
La ola migratoria que en el año 2015 alcanzó su punto álgido, como producto de la guerra civil en Siria, fue el detonante para que el presidente Victor Orban lanzara la construcción de un impresionante muro fronterizo para detener el paso de esas caravanas por su suelo.
“En 2015, su construcción, en plena crisis migratoria, desató una viva polémica. Frente al Muro de Berlín, la iniciativa de Víctor Orbán fue condenada en Francia por Laurent Fabius, el ministro socialista de Asuntos Exteriores: "Hungría es parte de Europa; Europa tiene valores, y no respetamos estos valores poniendo vallas como no haríamos con los animales".
Este modelo fue posteriormente copiado por otros países como Grecia y Polonia entre otros que han seguido el ejemplo.
En ese entonces, varias figuras de la política europea habían denunciado el modelo Orbán por considerarlo contrario a los valores europeos y violar artículos legales.
“En 2015, su construcción, en plena crisis migratoria, desató una viva polémica. Frente al Muro de Berlín, la iniciativa de Víctor Orbán fue condenada en Francia por Laurent Fabius, el ministro socialista de Asuntos Exteriores: "Hungría es parte de Europa; Europa tiene valores, y no respetamos estos valores poniendo vallas como no haríamos con los animales".
Por otro lado, un proceso la Corte de Justicia de la Unión Europea condenó en el mes de junio de este año a Hungría a pagar una cuantiosa multa por el no respeto del derecho de la UE sobre la inmigración.
“A petición de la Comisión Europea, señala que Budapest no ha ejecutado una de sus sentencias, de diciembre de 2020, que juzgaba que Hungría "no había respetado las normas del Derecho de la Unión en materias, en particular, en los procedimientos relativos a la concesión de protección internacional y el retorno de nacionales de terceros países en situación irregular" y "todavía no los respeta".
“Este fracaso, que consiste en eludir deliberadamente la aplicación de una política común de la Unión en su conjunto, constituye una violación sin precedentes y excepcionalmente grave del Derecho de la Unión”, explica el TJUE para justificar esta nueva sanción a la política migratoria del primer ministro húngaro Víctor Orbán.
Bajo los auspicios del líder nacionalista, en el poder desde 2010, el país centroeuropeo ha levantado vallas en sus fronteras y restringido la presentación de solicitudes de asilo a las embajadas en el extranjero, una política que ya le ha valido varias condenas del Tribunal de Justicia de la UE.
La sanción de un millón de euros es una sanción por día de retraso siempre que no se respete la decisión de 2020.
Según el Tribunal, este incumplimiento por parte de Hungría "tiene el efecto de transferir a otros Estados miembros la responsabilidad" de garantizar "la acogida de los solicitantes de protección internacional, la tramitación de sus solicitudes y el retorno de los nacionales de terceros países en situación irregular". ” y “socava gravemente el principio de solidaridad y reparto justo de responsabilidades entre los Estados miembros”.(france24.com)
Hoy esa condena caería en el olvido con la adopción de las medidas que pretende llevar a cabo la UE en el conjunto de su territorio.
Desde el inicio de su gestión, Von der Leyen ha sido una ficha de los sectores más conservadores dentro de su partido y también en secreto uno de los aliados más fieles de Orban.
“Sacada de la chistera tras los fracasos de Weber y Timmermans, incapaz de reunir una mayoría suficiente a pesar de su condición de spitzenkandidat, el mejor aliado de Angela Merkel conviene tanto a Macron para su lado progresista como a Viktor Orbán, el padre creyente de una familia numerosa que aplaude la victoria. de una democristiana madre de siete hijos.
No importa que Ursula von der Leyen haya alentado firmemente el matrimonio entre personas del mismo sexo en Alemania o haya criticado la violencia policial húngara contra los refugiados en la frontera serbia en el punto álgido de la crisis migratoria en el verano de 2015.
“Detrás de sus apariciones en Wilkommenskultur, Ursula von der Leyen abogó en secreto por el fortalecimiento de las fronteras y el fin de la inmigración ilegal en contra de la posición de Angela Merkel”, afirma el politólogo Dániel Deák, del grupo de expertos XXI Század Intézet, cercano al ejecutivo. .
“Su nombramiento es una buena señal para Hungría y el V4, que parece querer entender mejor que Juncker, pero Ursula von der Leyen debe dejarse influenciar menos fácilmente y estar más abierta a compromisos si no quiere volverse tan ridícula como su predecesor y liderar la Unión con éxito”, continúa el analista.”(slate.fr)
El nuevo plan
El nuevo plan no tiene nada de nuevo. Recoge lo que los países con gobiernos fascistoides o lo que partidos como el RN en Francia claman desde hace tiempos.
“Deberíamos seguir explorando posibles formas de avanzar en la idea de desarrollar centros de retorno fuera de la UE, especialmente en vista de una nueva propuesta de retorno”, dice Von der Leyen en la misiva. La jefa del Ejecutivo comunitario recoge el guante de un gran grupo de socios que, liderados por Dinamarca, reclamaron hace unos meses que se explorasen “soluciones innovadoras” para combatir la inmigración irregular. Esas fórmulas incluyen el modelo de campos de deportación fuera de territorio comunitario —pero gestionados con personal europeo—, como el que ha abierto el Gobierno italiano, encabezado por la ultraderechista Giorgia Meloni, en Albania. Von der Leyen remarca que ese modelo servirá para “extraer lecciones prácticas”. Una portavoz comunitaria remarcó este martes que para lanzar ese modelo a nivel europeo, no obstante, hace falta una reforma de la regulación sobre deportaciones, como la presidenta de la Comisión anuncia en su carta.
La familia política de Von der Leyen, el Partido Popular Europeo (PPE), apoyaba la medida de crear campos de deportación fuera de la UE en su programa electoral para las elecciones europeas del pasado junio, e incluso iba más allá al abrazar el llamado modelo Ruanda de Reino Unido, una política de expulsiones que contempla enviar a ese país africano, con el que Londres ha firmado un acuerdo, a personas en situación irregular cuando las autoridades británicas no hubieran estudiado todavía su caso, según alertó el Consejo de Europa.” (El Pais)
Frontex milicia anti migrantes
Desde el 2016, luego de la llamada crisis de migrantes, la CE crea este grupo de vigilancia de las fronteras exteriores FRONTEX. A lo largo de estos años, los poderes atribuidos a esta organización no dejan de aumentar. Las violaciones a los derechos fundamentales de los migrantes, a pesar de los reportajes hechos por diferentes medios sobre sus prácticas, no provocan ningún cambio de rumbo .
“Unos días después de la elogiosa valoración de la Comisión, una investigación publicada por Le Monde el 26 de febrero de 2024 reveló que Frontex estaba siendo interrogada por su propia oficina de derechos fundamentales. El jefe de esta oficina, Jonas Grimheden, advirtió en marzo de 2023, en un informe a su junta directiva, del riesgo de que la agencia estuviera “indirectamente involucrada en violaciones de derechos fundamentales cometidas por agentes en Bulgaria, en la frontera con Turquía”.
Durante varios meses, había estado denunciando persistentes acusaciones de devoluciones ilegales, malos tratos y uso excesivo de la fuerza por parte de la policía fronteriza búlgara. Los testigos le habían informado, en particular, de casos de solicitantes de asilo obligados a nadar de regreso a Turquía, desnudos a la fuerza, golpeados o mordidos brutalmente por perros policía.
Jonas Grimheden pidió investigaciones independientes sobre estas violaciones, pero no fue escuchado. Lo que resulta sorprendente, cuando sabemos que en el mismo momento en que lanzó su alerta, la Comisión Europea, por su parte, inició un proyecto piloto destinado a «evitar llegadas irregulares», así como «procedimientos de asilo acelerados» y expulsiones rápidas de inmigrantes no deseados, ¿en dos países, Rumania y Bulgaria? Este último también recibió 69,5 millones de euros de fondos europeos para este fin…El informe señala que “las devoluciones a Libia pueden constituir violaciones del principio de no devolución” …una investigación realizada por el medio alemán Der Spiegel y el colectivo de periodistas Lighthouse Reports reveló que Frontex comunica a los libios la información que tiene sobre las posiciones de los barcos para que puedan interceptarlos.” (alternatives-economiques.fr)
Migrar es un derecho humano
El recorte de las libertades democráticas para el conjunto de la población avanza a paso acelerado en el conjunto del continente. Dentro de esa misma lógica, países como Alemania y Francia restablecen los controles en las fronteras. Para los migrantes el ensañamiento es doble. Los mitos promovidos por los ideólogos fascistas del “gran remplazamiento” no tienen ninguna base. La población migrante fuera de la UE es de un 6% (touteleurope.eu)
Para derrotar este plan es necesaria la unidad de acción de sindicatos, partidos de izquierda y las organizaciones de defensa de los migrantes. El discurso de odio que avalan las autoridades de la UE al poner en marcha las medidas antinmigración deberían provocar su caída de esta institución. La lucha por la defensa de las libertades democráticas debe ampliarse y profundizarse antes que el cerco que nos tienden sea mayor.