Europa

 

Por Nicolas Lebrun

El conflicto ucraniano ha desatado toda una serie de situaciones que a todas luces  muestran las enormes dificultades en todos los frentes: militares , políticos, diplomáticos y económicos.

Por un lado, la incapacidad de constituir un grupo homogéneo por parte de los países agrupados en la Alianza del Atlántico Norte para contrarrestar los avances rusos en el frente militar, algo que parecía evidente desde la invasión del 24 de febrero, debido a la gran capacidad que tiene el ejército ruso.

En segundo lugar, la crisis política y económica sin precedentes hace que la frente imperialista occidental se vaya resquebrajando como producto del empantanamiento de la guerra sin posibilidad a corto plazo de encontrar una salida diplomática que se ajuste a las ambiciones de los distintos grupos imperialistas.

Una cumbre para la foto de familia

La cumbre de Madrid de la OTAN en junio del presente año podría decirse que fija un repaso de ciertos objetivos estratégicos por parte de la organización. De estos puntos extraemos algunos de los más importantes.

Flanco Sur. Aunque Rusia sea la mayor amenaza militar y China la económica, la OTAN reconoce que “el terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones, es la amenaza asimétrica más directa a la seguridad de los ciudadanos y de la paz y prosperidad internacional”. Al analizar esta amenaza, ejercida por grupos no estatales y redes internacionales apoyadas por estados, la Alianza Atlántica vuelve su mirada al sur, en coherencia con su estrategia de 360 grados, que contempla las amenazas procedentes de cualquier latitud geográfica. “ (El Pais.com)

Con el advenimiento de la crisis migratoria producto de los distintos conflictos que se dan cerca de las fronteras del viejo continente, las posibilidades que grupos armados tomen auge son cada vez mayores. El caso libio es una muestra del estallido de las viejas estructuras coloniales que pueden apuntar a una mayor inestabilidad del cuadro imperial occidental. Es claro que el papel cada vez más protagónico que tienen principalmente  China y Rusia , en menor medida en el continente africano y Asia llevan a la OTAN a prepararse para no ceder el terreno sin pelear.  

“Integridad territorial. Frente a este panorama, el Concepto Estratégico de Madrid coloca en su frontispicio la “disuasión y defensa” como misión fundamental de la organización y, por vez primera, se fija como objetivo la protección de la integridad territorial de sus países miembros. “Si bien la OTAN es una Alianza defensiva, nadie debería dudar de nuestra fuerza y determinación para defender cada pulgada del territorio aliado, preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados y prevalecer contra cualquier agresor”, advierte, en una declaración sin precedentes que, para los expertos, supone una extensión de su paraguas protector a Ceuta y Melilla, hasta ahora excluidas.” Idem

En este punto es claro que la crisis proveniente de la degradación acelerada de las condiciones de vida de la mayor parte de la población que se encuentra fuera de las fronteras de la UE y de los otros países de la metrópoli, los lleva a intentar empujar fuera de sus fronteras las masas de hambrientos que tocan a sus puertas y que intentan por todos los medios de llegar a “la tierra prometida” El ultimo caso en el enclave español en el norte de África es un ejemplo. La policía marroquí reprimió de manera bárbara a las masas que asaltaban la valla y por su lado la guardia española hacia lo suyo y dejaba morir decenas de migrantes.

Pero el punto neurálgico es el del dinero para mantener engrasada la maquina de guerra. El conflicto de Ucrania le ha servido de pretexto a los gobiernos, que antes por razones de calculo electoral y de divergencias con los E.E.U.U, se negaban a aumentar el presupuesto para la defensa. En esta cumbre, casi en coro, todos han puestos plazos claros para este cometido. El servilismo hacia el amo de Washington es flagrante, todos los gobiernos de todo color políticos (social demócratas, verdes ecologistas, liberales, etc) se han plegado a los designios de Biden.

Como antecedente se podría  señalar la cumbre de Bruselas del 2018 donde el ex presidente Donald Trump pasaba a la ofensiva para que de un lado los países europeos, sobre todo las principales potencias económicas y  militares como lo son Alemania, Francia pasaran a consagrar el 2% del PIB a los gastos militares. Por otro lado, la dependencia del gas ruso sobre todo de la principal potencia económica del área, Alemania, ulceraba al energúmeno de Trump, llevándolo a denunciar públicamente esta situación.

Dentro de la nueva configuración del tablero geopolítico, los rusos han venido ganando terreno. La enorme potencia de fuego heredada del periodo estalinista, logró desarrollarse de manera hipertrofiada y que a la postre, entre otras causas, provocó la caída del estado obrero en manos de la rapiña imperialista.

Esta fuerza militar que representa también un enorme peso en el campo de las exportaciones mundiales de armas ha sido acompañada de una experiencia creciente en el terreno. Las sucesivas guerras y conflictos en las que las fuerzas rusas han intervenido o bien se han visto en la posición de garantes de la pax imperialista(Armenia y Azerbaiyán)  se hace cada vez más grande. Estos han pasado desde Siria donde se posicionaron como los salvadores del entonces moribundo régimen de El Assad, la cruenta guerra de Chechenia, así como otros conflictos con los antiguos países de la URSS por territorios estratégicos como el caso de Georgia.

El gas es asunto también de gran importancia por el motivo que los yanquis quisieran ser el mayor proveedor del de este combustible vital para la industria alemana por un lado y para las necesidades de calefacción de los habitantes de estos países. En 2017, dos tercios del gas consumido en la UE era importado, lo que representa un monto de 75 millardos de euros. En ese mismo año, los Estados Unidos había logrado exportar cerca de 17 millardos de m3 de gas hacia la UE y sus ambiciones era de aumentar este volumen.  El gasoducto del Nordstream 2 evidente torpedeaba estas ambiciones de los yanquis de colocar este gas extraído por el fracking, más caro que el ruso que proviene de las gigantescas reservas existentes en su subsuelo.

Crisis política en Europa

Como consecuencia no solo de la guerra ucraniana pero de la precedente crisis desatada por la pandemia, los gobiernos de los principales países imperialistas se han visto envueltos en una crisis política en diferentes grados. Este punto es muy importante, por lo que ya en otros artículos se ha evocado como el efecto bumerang de las sanciones económicas a Rusia y la inflación sin precedentes que asola a las masas alrededor del mundo.

En Alemania esta se ha manifestado luego de las elecciones para la cancillería, donde las negociaciones para conformar un gobierno se hicieron largas y no exentas de fuertes divisiones en el seno de los grandes partidos que perdieron sus plumas en el proceso electoral.

Francia segunda potencia de la zona, vio electo a Macron como una escogencia por eliminación. Su partido perdió la mayoría aplastante que había conseguido cinco años atrás.

En Downing Street, Boris Johnson acaba de perder su puesto como primer ministro, fruto de escándalos diversos, pero que reflejan la difícil realidad de la era post Brexit.

La caída de “super Mario” en Italia, pone aún más en evidencia la fuerza de esta situación de inestabilidad. Hasta hace poco, el antiguo presidente la BCE que campeó la crisis del 2008, no fue suficiente para que su gobierno cayera poniendo casi en las manos del partido neo fascista de Fratelli d’Italia a las puertas del poder.

Sin embargo, la que es de mayor amplitud es la que se produce en el seno de la primera potencia imperialista, los Estados Unidos. El gobierno de Biden se ha visto envuelto en una situación que no es si no más que la prolongación de la crisis de las instituciones imperiales.

El cisma entre la Cámara de Representantes y el Senado, además del giro reaccionario y liberticida de la Corte Suprema son el  reflejo de la ingobernabilidad a la que se dirigen en ese país.

La reciente anulación de la ley Roe vs Wade muestra esa fragmentación. La guerra en Ucrania no ha levantado el entusiasmo que tuvieron las otras guerras imperialistas como lo fue la invasión en Irak y Afganistán. La amenaza cada vez más latente de una recesión y de la inflación que golpea a los estadounidenses hacen que la situación no sea tan halagüeña para el gobierno de Biden.

Además de esto, la nueva configuración que planean ejecutar los estados del sur y del centro para delimitar las circunscripciones electorales y de paso volarse las leyes democrático burguesas que hicieron posible que estos derechos pudieran estar al alcance de la minoría afro americana, son un elemento que apunta en esa dirección fragmentaria.

Las masas no tienen partido en esta guerra imperialista

En otros artículos se han expuesto las razones de nuestro rechazo a la invasión rusa, pero al mismo tiempo nuestra oposición a caer en la trampa de ser el furgón de cola del campo de la OTAN.

Las masas de los países de la metrópoli tienen un papel histórico para hacer revertir esta situación en la cual la burguesía nos lleva al patíbulo de la guerra del hambre o del cambio climático irreversible.

La resistencia de sectores a la perdida del nivel de vida se ha visto manifestada por huelgas que surgen como hongos en sectores como el de las líneas aéreas, los trabajadores del metro en Londres, siendo la mayor en 30 años, después de la ofensiva del gobierno reaccionario de la Thatcher.  

La ofensiva de la burguesía también se da en el campo de las libertades democráticas , los derechos de las mujeres ,de las minorías étnicas y sexuales.

En este campo es urgente combatir a los gobiernos que cada vez muestran rasgos bonapartistas y que sin el mayor rubor forman alianzas con los partidos fascistas. 

El eje fundamental es la defensa del salario y de la lucha contra la inflación y la especulación con los precios de los combustibles y los productos de primera necesidad.

Los trabajadores no tenemos porqué financiar la guerra de los patrones, los industriales y los especuladores.

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