Por Nicolas le Brun
En artículos anteriores hemos tratado de describir la situación que vive el pueblo griego desde la explosión de la crisis hace más de cinco años.
Desde entonces se han sucedido varios gobiernos, desde la denominada “izquierda” socialdemócrata hasta la derecha neo liberal. Lo que no distinguió en ningunos de los casos y de los gobiernos fue la aplicación a fondo de los diktats de la troika. El Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea no han dejado de ordenar e intervenir en las decisiones internas del país con el objetivo de garantizar el pago de los acreedores públicos y privados.
Esta nueva arremetida de la troika se ve reforzada por una recomposición del campo neo liberal al interior de la Unión. Esto ha sido el producto de todas las elecciones que se han llevado a cabo en los últimos tiempos. Si bien la entrada del gobierno de Syriza podía haber alimentado el sentimiento de un cambio en la correlación de fuerzas a favor del frente anti austeridad, eso ha quedado prácticamente atrás y no se ha concretizado como un verdadero proyecto de resistencia a través del continente. Por otro lado, las presiones nacionalistas provenientes de los sectores de la ultra derecha han marcado el terreno electoral en varios de los países en los que hubo elecciones.
Ukip pone el dedo en el gatillo y apunta a Cameron
En las pasadas elecciones parlamentarias británicas, el primer Ministro, David Cameron fue reelecto, al obtener su agrupación una mayoría que no se esperaba, según las encuestas anteriores al proceso. Con el 36,9 de los votos, y el consiguiente fracaso del partido Laborista dirigido por Ed Milliband el escenario queda para que las promesas electorales del primer ministro puedan tomar cuerpo, sobre todo, la que hizo de organizar un referendo para decidir sobre la permanencia en la Unión Europea.
Con esto, el partido euro fóbico y anti inmigración de extrema derecha, UKIP, ve recompensado su ascenso electoral, a pesar de que no logró obtener una consecuencia directa en la composición del parlamento. Con cerca del 13% de los votos y la composición de una bancada más numerosa dentro del parlamento europeo, el partido dirigido por Nigel Farage refuerza su discurso por una salida de la Unión, a la que acusa de causar todos los males de la economía británica, a pesar de que las cifras oficiales muestran una mejoría y que tildan de “milagro” y recuperación económica.
El diario conservador inglés “The Times” siguiendo dentro de la óptica de exigir mejores condiciones para la permanencia de Gran Bretaña dentro de la Unión, apunta “Hoy la situación se ha invertido. Es Europa que está débil y ya no más la Gran Bretaña. siete años después de que crisis de las subprimes haya golpeado un continente que envejece, hiper reglamentado y asistido, Europa es la única región que no conoce un ascenso sostenido…Si hay algo claro es que los líderes europeos no quieren esta vez, es que la Gran Bretaña se vaya. Fuera de la zona euro, somos la economía europea de más fuerte crecimiento y según algunas proyecciones, estaremos en el primer lugar de aquí al 2050” The Times 4/06/2015.
La perspectiva de una situación conocida como el Brexit (salida de la Gran Bretaña de la UE) parece poco probable, el hecho de renegociar las condiciones sería un golpe importante para la burguesía británica que se encuentra a la cabeza de la reforma neo liberal de la economía. Después de treinta años de medidas anti obreras y anti populares, los servicios públicos británicos se encuentran en la ruina completa y los demás servicios sociales así como los derechos que gozaba la clase trabajadora han casi desaparecido. En ese mismo sentido la visión que presenta The Times es ilustrativa del modelo que sigue su país. “Europa teme que la Gran Bretaña se convierta en el Hong Kong o el Texas del continente” ibid.
Pero en estos tiempos de crisis, el margen de maniobra para los diferentes sectores es escaso, por no decir casi nulo. La retórica de los conservadores y de los euroescépticos no es más que un discurso populista que les permite entrar dentro del chauvinismo más recalcitrante y alentar la xenofobia. Las reglamentaciones europeas, uno de los caballos de batalla de los conservadores y uno de los justificantes también para proponer la salida de la UE, riñen con la realidad. Los británicos, en caso de salida del marco de la unión, no podrían entonces hacer frente a las mismas. Sería una seria traba para la exportación de sus mercancías a este mercado, uno de los principales para esta economía. El Financial Times en su edición del 25 de mayo lo analiza de esta forma “Si el Reino Unido abandona la UE, deberá respetar las reglamentaciones europeas sin posibilidad de modificarlas o enmendarlas. La aceptación de estas reglamentaciones tan contestadas por los euroescépticos será entonces el precio a pagar para tener libre acceso al mercado único europeo. En fin, la idea de que las reglamentaciones europeas perjudican la competitividad del Reino Unido sobre los mercados es infundada”. Mas adelante cita algo esclarecedor en este aspecto “Alemania exporta cinco veces más que el Reino Unido a China, a pesar de su hándicap de ser miembro de la unión Europea”.
Estas condiciones de renegociación son importantes para entender el marco de las futuras acciones de los gobiernos europeos y de los miembros de la Unión para la presente coyuntura.
Más que todo se trata de un conflicto de intereses para ver cómo se reparte el pastel de la eurocrisis sin tener que renunciar al hecho de no utilizar la moneda común.
Francia: ¿y la “izquierda”? Bien gracias.
El discurso demagógico de Hollande para llegar a los Campos Elíseos se ha visto sobrepasado por las medidas anti obreras que ha tomado a lo largo de su gobierno, el cual goza de la mayor impopularidad de los últimos tiempos.
Luego de enfrentar una crisis en su gabinete, en un combate entre las alas “izquierda” y derecha de su partido, al fin cede a su derecha y pone en el puesto de primer ministro a Manuel Valls, el cual logra a su vez que el ministerio de economía sea ocupado por Emmanuel Macron, un “joven” tecnócrata proveniente de los círculos neo liberales del Partido Socialista Francés. En escasos meses logran que pase la ley denominada con su apellido, que empieza a articular la reforma a los derechos laborales, en vistas de lograr una mayor competitividad.
En medio de este viraje se da la remontada del Frente Nacional, que en las últimas elecciones departamentales logró un 25% de los votos emitidos. Esto sin embargo no le permitió aumentar su influencia en la distribución de los puestos en esas instancias. El mecanismo que logra la sobrevivencia de la estructura bipartidista funciona como un fusible en caso de que este modelo sea rebasado por la realidad. Lo que es cierto es que la crisis política es de gran magnitud en la burguesía francesa y no se ve claramente cuál de los partidos podría tomar el recambio para el nuevo quinquenio que se acerca. El PS en medio de la tormenta girando a la derecha a fondo, la UMP, re bautizada como los Republicanos, en medio de juicios y escándalos de corrupción y hacia la izquierda nada que se parezca ni por asomo a Syriza o Podemos, debido a la política poco clara del Frente de Izquierda, liderado por Melenchon, un exPS.
¿Podemos al rescate de Syriza?
Miles de trabajadores de todos los países de la Unión celebraron con júbilo los dos acontecimientos electorales que daban como triunfadores a Syriza en Grecia y el gran avance de Podemos en la elecciones autonómicas en España. Pero las interrogantes y las realidades vienen después de la euforia.
Nosotros dentro del PSOCA creemos que estos triunfos han sido un avance en el marco de la lucha contra el frente neo-liberal. Pero estos logros no son una derrota del plan de la troika y el frente tendría que fortalecerse con medidas concretas para avanzar en esta lucha.
Lo que hubiera podido ser el nacimiento de un eje anti austeridad en el seno de la UE se aleja cada vez más como un espejismo debido principalmente a los planteamientos eminentemente nacionalistas de los grupos de la “izquierda radical”, como los ha bautizado la prensa para diferenciarlos de la izquierda socialdemócrata. Pero la lucha menuda de sus programas no los convierte en radicales, sino más bien en reformistas de versión 2.1. El programa de Podemos no habla por ningún lado del no pago de la deuda, como claramente ha demostrado un auditoraje realizado por el parlamento griego que demuestra que esta deuda es “ilegal, inmoral” y que por lo tanto no hay que pagarla. En el programa de Podemos se lee claramente que la intención del partido es de seguir pagando la deuda pero “re estructurándola”.
“El objetivo no es no pagar la deuda. El objetivo es recuperar un nivel de endeudamiento y una senda de sostenibilidad de la misma que posibilite la recuperación de los niveles de bienestar de la población, así́ como la transformación de un modelo productivo que, de no hacerse, condenará a la economía española a una situación de dependencia y subdesarrollo indigna de las posibilidades y potencialidades de nuestra sociedad.” Y en el mismo documento hacen un llamado en este sentido
“Solo negociando soluciones cooperativas podrá́ enfrentarse la problemática de la deuda con perspectivas de resolución perdurables en el tiempo. Y para ello se hace imprescindible una intermediación equitativa entre deudores y acreedores, así́ como la voluntad política firme de anteponer los intereses colectivos por encima de los intereses particulares del sector financiero privado, principal acreedor”. Es decir, un llamado para que los fondos buitres, la BCE, el FMI y todos los usureros de esta índole, se humanicen por el bien de España.
¿El tiro de gracia?
Las medidas propuestas por el gobierno griego a los acreedores y a la Comisión Europea no anuncian nada bueno para los trabajadores y la población de este país. Al cierre de la esta edición los acuerdos generales no han sido comunicados, pero las perspectivas son de un mayor endurecimiento de las condiciones de vida sobre todo de los pensionados. Alzas en la TVA de la electricidad y en general para la población vendría a agravar la situación.
La crisis política en el seno del partido de gobierno no se ha dejado esperar. Es probable que una caída del gobierno abra paso a nuevas elecciones. Dentro del marco descrito anteriormente, las posibilidades de arrancar algo a la troika “en frio” son muy escasas. El ritmo de las movilizaciones y las medidas concretas han desarticulado el movimiento.
¿Es el fin?
La imposición de un nuevo plan de ajuste sería un serio golpe para el conjunto del movimiento popular en Europa. Sin embargo las perspectivas de seguir luchando son imperiosas.
Desde el PSOCA hacemos un emplazamiento a todos los partidos de la izquierda para que cierren filas en torno a un llamado a desconocer la deuda de los bandidos de la troika.
Llamamos al pueblo griego a repudiar el último acuerdo del gobierno Tsipras y de avanzar en la construcción de una alternativa obrera que luche por la defensa de los intereses de la clase trabajadora y erradique los planes de austeridad.