Por Fabio Marucci
La crisis social, política y económica que atraviesa Europa es la viva y más patética representación de la crisis global de un sistema capitalista imperialista en crisis. Se trata de una crisis global que abarca a todo el mundo pero que tiene su epicentro, por primera vez en el post 2da guerra mundial como centro a los EEUU y Europa.
Esta crisis es enfrentada por el capitalismo sin medias tintas, con ajustes al nivel de vida de los trabajadores y el pueblo, recortes a los sistemas de salud y pensiones, ataques a todo el servicio público como la educación e intentando privatizar todos las empresas en mano del estado. En resumen, intentaran hacer pasar un brutal plan neoliberal como el que ya vimos en Argentina en la última década del siglo pasado.
Este ataque viene precedido de un par de décadas de reformas reaccionarias, introducción del sistema de sociedad por acciones en algunas empresas estatales, implantación del trabajo precario sobre todo en los primeros empleos, pérdida del poder adquisitivo del salario, deslocalización de empresas, explotación de la inmigración, etc. Es todo lo que han intentado hacer desde el gobierno los dos polos fundamentales de este último régimen político que agoniza, el representado por la derecha (Berlusconismo, Liga Norte, AN, etc) y socialdemocracia (DS, después PD y aliados).
Ante la inviabilidad de que el recorte final pueda ser llevado adelante por el gobierno de Berlusconi, los representantes del régimen político cierran filas y se ponen de acuerdo en elegir un gobierno “técnico” presidido por un representante del riñón de la banca financiera internacional, Mario Monti. Desde fines del año 2011 este gobierno intenta llevar adelante un terrible plan de ajuste recortando el presupuesto del estado en salud, educación, servicios, etc. (La deuda pública representa el 118,10% del PBI). El ataque, a nivel del movimiento obrero, intenta asestar un golpe a su línea de flotación, acabando con el artículo 18 del estatuto de los trabajadores que impide despedir por injusta causa. Por este articulo todo trabajador que es despedido sin motivo (En muchos países generalmente se paga una indemnización) puede hacer un juicio y ser reincorporado, cosa que ocurre en la mayoría de los casos. De este modo este artículo garantiza el puesto de trabajo si el trabajador no incurre en faltas propias del trabajo o de índole disciplinario. El escenario que viene de ajustes y privatizaciones no permite contar con una legislación de este tipo. Ya vimos en Argentina lo que significan las privatizaciones: despidos en masa. Si bien ya existe mucho trabajo sin contrato, precarios, y para estos trabajadores no rige ni siquiera el subsidio por desempleo, la masa laboral que está bajo el paraguas de este articulo y ni hablar a nivel del estado, es una mayoría aplastante. El otro ataque fundamental a venir por el lado de las jubilaciones y pensiones. La tasa de crecimiento en Italia es levemente positiva gracias a la inmigración en medio de un población que tiene un 20,3% de personas mayores a 65 años (12 millones aprox.) y una fuerza laboral de 25 millones (un jubilado cada 2 trabajadores). La tasa de desempleo, según datos del 2011, es de 8,4%. La tasa de desempleo entre la juventud es del 26%. La tasa de crecimiento está entre 0 y 1%. Italia vive una recesión que ya tuvo en 2009 y 2010 dos capítulos depresivos. Si bien los datos sobre suicidios abarcan muchos motivos y los de índoles económicas no sean los mayoritarios es curioso percibir que por este motivo haya una media de casi 1 al día en los últimos tres años. Todo esto representa un coctel explosivo que tiene mechas listas a encenderse en cualquier momento.
La crisis del Euro
Claro, la crisis no es solo italiana. La crisis es Europea, es mundial, es la crisis del sistema capitalista que nos puede llevar a una catástrofe planetaria y humana, a un barbarismo difícil de imaginar. En particular, la crisis del euro vino construida sobre una telaraña cuyos epicentros son Francia y Alemania. Efectivamente, si vemos la relación de estos países con el resto de Europa saltan a la vista la importancia que tienen. En el caso de Italia, la principales importaciones provienen de Alemania 16,68% y Francia 8,82%, mientras sus principales exportaciones van a… Alemania 12,6% y Francia 11,57%. La cuarta parte del comercio exterior italiano es con ellos. El Euro y la BCE manejan las finanzas, el endeudamiento, todo en la economía de los países europeos, así como el mercado laboral que el capitalista utiliza para bajar el salario de los trabajadores. Los prestamos usurarios, el estrangulamiento de la deuda hace que veamos que haya países, cuyo mayor ejemplo es Grecia, a los que les “reestructuran” la deuda solo para que sigan pagando. Esto es la Unión Europea, una exprimidora de economías para que los principales grupos económicos imperialistas no pierdan su nivel de ganancias.
La lucha contra el pago de la deuda publica es uno de los ejes del proceso italiano y europeo.
La crisis del régimen y del gobierno
Estas dos décadas de reformas y ajustes ha llevado a un desgaste y una ruptura que por falta de alternativa política solo se reflejaba en un segundo plano, pero presente y persistente. Se veía en las grandes movilizaciones de los movimientos sociales, también en la ruptura en las sombras de una clase obrera cada vez más escéptica en los partidos o en el abstencionismo electoral de un sector de la población. Tal vez el mayor error haya sido no haber construido con claridad en todo ese tiempo una alternativa nítida y separada del centroizquierda sin caer en la trampa de hacerle el “juego a la derecha” que pregonaban sus dirigentes pero al mismo tiempo unitaria entre todas las fuerzas de la izquierda, construyendo un perfil diferente de los partidos del régimen tanto en la política exterior como en la domestica.
El gobierno Monti define que tanto la centroizquierda como la derecha “son lo mismo”. Esto quedó clarísimo a la población que veía como se entronaba un gobierno bajo el ala protectora de los principales partidos del régimen. La respuesta del movimiento de masas se dio apenas ésta pudo expresarse: en la elecciones administrativas del 6 y 7 de mayo. En esas elecciones, la paliza que recibieron los grandes partidos fue estrepitosa. Una parte de su electorado se abstuvo, otra fue a apoyar un nuevo movimiento, el “5 estrellas” de Beppe Grillo. Según un análisis del instituto Cattaneo hecho en 24 ciudades de las disputadas publicado en el Corriere della Sera del 9 de mayo, la Liga Norte perdió el 67% de sus electores del año 2010, La Italia dei Valori (IdV, Di Pietro) perdió el 58%, il Partido de la Libertad (PdL, Berlusconismo) el 44%, el Partido Democratico (PD, centro izquierda) el 33%, Sinistra ecologismo e Libertad (SEL) y la Federazione della Sinistra (FS) el 16%. http://www.corriere.it/politica/12_maggio_09/pdl-lega-idv-dimezzati-perdono-anche-democratici-dino-martirano_d55f9960-999f-11e1-85ab-3c2c8bfb44fd.shtml
Fue un verdadero terremoto político. El movimiento de Grillo logra ganar la ciudad de Parma. El centro izquierda pudo disfrazar la derrota ya que pudo arribar en varias ciudades al ballotage y ganarlas incluso, gracias al abstencionismo y la pérdida de votos del PdL. Pero más allá del hecho electoral está el hecho que el principal golpeado es el gobierno Monti, porque el movimiento de masas, le asestó un golpe mortal a todos los partidos que lo sustentan, que le hacen de escuderos a un gobierno que todavía no aplicó lo fundamental del ajuste. El gobierno de Monti, como el de sus predecesores, se tiene que apoyar en la traición de la poderosa burocracia sindical italiana representada en sus tres históricas organizaciones, la CGIL-CISL e UIL.
“La storia corre veloce”
Así dice Beppe Grillo, la histórica corre muy rápido. Es verdad, muchos personajes políticos ya son historia y la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Sin caer en un sofisma podemos afirmar que lucha de clases corre veloz. Si uno consulta la pagina de la comisión de garantías de huelgas (en Italia hay que avisar con mucha antelación el llamado a una huelga) estaban programadas 150 huelgas por sector entre el 16 de junio y el 15 de setiembre en plena época de vacaciones! Ver datos en http://www.commissionegaranziasciopero.it/scioperoList . Esto es solo para ver que luchas a nivel sindical hay, incluso en verano. Pero también están la luchas en defensa del medio ambiente, como aquella contra las obras del TAV (Tren de Alta Velocidad) o de los “indignados” italianos y de los estudiantes. También se vio una importante lucha de transportistas en Sicilia que casi embiste nacionalmente el gobierno. La lucha por la defensa de las empresas estatales o comunales como por ejemplo, el agua o el transporte están a la orden del día.
Marcha en defensa de la empresa de transporte del Comune de Firenze
Hay centenares de conflictos que van a la deriva solos. Porque si la crisis por un lado empuja a la lucha y la movilización, en el otro extremo de la realidad objetiva, existe una dirección burocrática traidora que no los unifica y al mismo tiempo una debilidad extrema de una dirección independiente, clasista y combativa capaz de elevarse a la altura que las circunstancias lo reclaman. No está el problema en el nivel de consciencia u organización del movimiento de masas sino en su dirección. La crisis de los partidos políticos tradicionales es la crisis social, económica, ética que lleva de por sí el capitalismo. Si la situación no fuese tal no habría razón para que el movimiento de masas le dé la espalda. La crisis de dirección revolucionaria en cambio es política.
Por un lado la izquierda “radical” está representada en una miscelánea de partidos donde en la mayor parte reina el sectarismo. Luego del fracaso de Refundación Comunista, cuya cabeza dirigente central (el Bertinottismo) le hacia el juego al PD y en su final entró al último gobierno de Romano Prodi, muchas organizaciones abandonaron ese partido. Por otro lado los grandes movimientos antiglobalización como el que se movilizó contra el G8 en Génova 2001 o en Florencia 2002 en el marco del FSE o en cuanta movilización se hiciera contra la guerra no terminó nunca de constituirse en una alternativa política para gobernar un país que es lo concreto para cualquier clase, sea la obrera, la media, etc. Al contrario en muchos casos se hizo campaña contra todos los partidos y la participación no solo electoral sino política. El sindicalismo de base, en su epopeya heroica de lucha contra los sindicatos burocráticos, no supera su propia fragmentación y auto referencia, y en algunos casos sin propuestas de tipo político para superar la crisis. De todos modos el conjunto de estas fuerzas representa un gran sector de vanguardia presente en las luchas. Muchos serán actores activos del próximo devenir, incluso puede haber un movimiento que impulse una gran movilización.
¿Por dónde comenzar? Saber intervenir en esas luchas que se vienen es lo decisivo, allí está la materia prima para construir una nueva dirección sindical, social y política. Apoyarlas y dotarlas de una política para que triunfen esas luchas es la base para ganar a lo mejor de su vanguardia y construir una organización revolucionaria.
Por otro lado se necesita tener política para los nuevos fenómenos. El “grillismo” es uno de ellos. En él se reflejan muchos honestos luchadores y sectores desencantados por los partidos pero que sin embargo lo ven como algo totalmente diferente a lo visto hasta ahora, diferente a la “vieja política” de casta. Esto es importante porque ignorar el fenómeno es permitir que se abra una brecha para dialogar con el movimiento de masas y su vanguardia. Además porque permite ir dando las propias propuestas. Por ejemplo, ¿Estaría de acuerdo con una gran movilización nacional en defensa del art 18? ¿Por qué no le exigimos juntos a la CGIL-CISL-UIT una huelga general contra el gobierno? Es decir utilizar una táctica de unidad-enfrentamiento que permita ir desenmascarando el verdadero programa. Si empuja la movilización mejor, sino solo es un charlatán. Pero para eso se necesita tener políticas y tácticas especificas. Lo mismo se puede aplicar con el SEL o la FS. Y ni hablemos si participamos en un sindicato como la FIOM o cualquiera de la CGIL, CISL o UIL. Estas políticas de exigencia y de unidad de acción o de unidad enfrentamiento son fundamentales. Desde ya que impulsar la movilización pasa por defender la democracia obrera y su auto organización, los obreros pueden desbordar a su propia dirección y eso se va a ver mucho. Pero eso es algo concreto, es parte de la lucha, no se inventa.
Ningún proceso revolucionario se repite exactamente, puede haber muchos puntos de contacto, o al decir de la lógica aristotélica, géneros próximos, pero también muchas diferencias específicas. Es importante haber interpretado bien los procesos revolucionarios del pasado, pero mucho más importante es poder, intentar, interpretar los nuevos procesos. Es lo más difícil sin duda. Muchas veces se llega por aproximaciones sucesivas. La realidad política nos plantea muchos desafíos, pero podemos ir sacando conclusiones. Una es la que nos brinda la realidad griega. El crecimiento de Syriza en sólo dos años muestra que es posible construir alternativas políticas unitarias y fuertes en base a un programa contra los ajustes y recortes como el del gobierno Monti. La izquierda italiana tiene una enorme responsabilidad en comenzar a construir una alternativa absolutamente independiente del centroizquierda y que esté al servicio de empujar la movilización y las luchas de los trabajadores. Existen diversas organizaciones que pueden convocar a esto poniendo un programa de unidad al servicio de esta construcción, un programa común por sobre las distintas tradiciones políticas y que sirva como una guía para la acción cotidiana de propaganda, actividades, etc. Que se enriquezca de las diferencias lógicas sin que estas sean un obstáculo para construir un sujeto político indispensable para la clase trabajadora y el pueblo explotado. Que sepa abrir las candidaturas a dirigentes sindicales y sociales independientes, al mundo de la cultura, a los nuevos dirigentes que surgen de las luchas, de los movimientos sociales. Es importante que esta tarea se inicie lo antes posible, convocando al dialogo a las distintas organizaciones, movimientos, etc. Hay que apoyarse en las experiencias como la de Syriza, pero también como las del PSOL en Brasil o el NPA en Francia, no porque sean experiencias perfectas, sino porque son laboratorios de política en donde se cometen también muchos errores y se puede aprender mucho de esas experiencias sabiendo que las realidades de cada país no son las mismas.
La crisis de los partidos y el régimen está provocando un vacío político en movimiento, muy dinámico, pero relativo ya que es llenado inmediatamente por nuevos fenómenos. El pueblo italiano, su extraordinaria historia, su extensa cultura, su tradición de lucha, merece la concreción de una salida política. La vanguardia mundial, especialmente las organizaciones revolucionarias que pueden aportar desde su humilde experiencia vamos a estar a su lado.