Por Leonardo Ixim

Un tercer mandato para Nicolás Maduro inicio en Venezuela el pasado 12 de enero despues de las controvertidas elecciones del 28 de julio pasado.

El proceso electoral y protestas subsiguientes

En estas elecciones donde según el Consejo Nacional de Elecciones (CNE) controlado por el madurismo,  este se impuso con el 51.95 por ciento de los votos, 6 408 844 votos y su partido el Socialista Unificado Venezolano (PSUV). Edmundo Gonzales, candidato del Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo el 43.18%, 5 326 104  votos. De los un poco mas de 21 millones de votantes registrados, participaron 12 386  669, es decir el 57.90 %, con una abstención del 42 %.

Si tomamos en cuenta estos resultados, vemos un descontento de buena parte de la población venezolana por un proceso electoral que no despertó mucho entusiasmo, y eso que no se tiene los datos de los votos nulos y blancos. A lo anterior se suma, como era de esperarse, las denuncias de que muchos venezolanos en el exterior no pudieron votar. Se calcula según Naciones Unidas hay 4 millones de venezolanos en el exterior, una realidad que no se puede negar.

El CNE le otorgo el resultado favorable a Maduro y al PSUV. Se produjeron movilizaciones espontaneas en muchos barrios populares de Caracas y otras ciudades alegando que hubo fraude electoral. Muchas de estas movilizaciones se produjeron en la base originaria del chavismo histórico, lo cual tomó por sorpresa tanto al oficialismo, como por la oposición de derecha de la MUD. Las respuestas de las fuerzas estatales de seguridad fue desatar una feroz represión, sobre todo contra sectores jóvenes procedentes de barrios populares.

Por su parte, María Corina Machado,  la ultraderechista líder de la MUD y quien fue vetada a participar como candidata presidencial, convocó días después a protestas de forma controlada en los bastiones históricos del este de Caracas.

En los días siguientes, fuerzas del Servicio Bolivarianos de Inteligencia Nacional (SEBIN) realizaron redadas en domicilios contra presuntos participantes en las protestas, mientras el gobierno mostró supuestas pruebas de hechos de vandalismo por parte de estos. Hasta la fecha se ha ido organizando un movimiento de familiares por la liberación de estos, donde denuncian malos tratos, prácticas de tortura y vejámenes.

Lo cierto es que hasta el momento el  oficialismo no ha mostrado las actas electorales, mientras que la oposición alega no tener acceso en la mayoría de actas de  las mesas de votaciones.  Pese a no satisfacer el reclamo de la oposición de derecha, el CNE avaló el triunfo electoral de Maduro. La página web del CNE permanece caída desde hace meses.

El CNE denunció que los datos electrónicos fueron tumbados y con ello la información de las actas. Por otro lado, inició una serie de citaciones a los 10 candidatos presidenciales entre ellos Gonzales,  que no asistió alegando órdenes de captura. Este tras una negociación secreta salió al exilio hacia España. por intermediación del gobierno de ese país.

Ante esa situación, Maduro y el PSUV interpusieron un recurso de amparo ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) para darle legalidad a los resultados avalados por el CNE. Dado que el CNE no realizo ninguna revisión de los datos, el TSJ tampoco solicitó al CNE las auditorias de las actas de escrutinio, ni realizó un peritaje para dirimir si Maduro fue realmente el ganador. Sin embargo, ni ese mecanismo ni el amparo presentado por Maduro convertido en un recurso contencioso electoral, disposición legal que no se encuentran en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fueron avalados por la sentencia del TSJ.

Crisis del Acuerdo de Barbados

El fraude electoral que alega la derecha y buena parte de la sociedad venezolano pone en crisis el acuerdo firmado en Bridgetown, capital de esta isla caribeña de Barbados, el 17 de octubre de 2023, que consistía en reducir las sanciones a la exportación de bienes naturales como hidrocarburos, gas natural y auríferos el principal ingreso de este país, con el objetivo de permitir que las trasnacionales estadunidenses se apropien de estas riquezas,  como lo hacen igualmente otras grandes empresas procedentes de Rusia y China. Este levantamiento parcial del bloqueo económico y financiero sobre Venezuela fue aceptado por Estados Unidos a cambio que el gobierno de Maduro permitiera la participación de la oposición  y con ello aperturar el régimen político.

Sin embargo, en los hechos al calificar primero de  ilegal las elecciones internas de la oposición donde se corona a María Corina Machado a finales de 2023, aunque es sospechoso el triunfo arrasador que dice obtener en la interna de la MUD, se utilizo maniobras legales  para la prohibición de su candidatura. El acuerdo de Barbados deja de ser referente,  planteando incertidumbre de cara a las elecciones regionales y municipales del año 2025.

Nuevos ataques de Trump

Obviamente, uno de los factores que hizo saltar el Acuerdo de Barbados, pero que no ha sido mencionado por la prensa, era la posible elección de Donald Trump, lo cual se convirtió en realidad. Maduro y el PSUV cerraron filas y no se arriesgaron a iniciar una transición democrática con un gobierno de derecha, presidido por agentes directos de Estados Unidos. No estamos justificando, para nada, las actuaciones de Maduro, solo estamos describiendo un elemento importante, que debe ser tomado en cuenta para analizar la situación política en Venezuela.

No cabe la menor duda que bajo la nueva administración Trump se reiniciará un ciclo de mayores sanciones económicas y financieras contra Venezuela y su industria petrolera, en momento en que parece que después años de devastación de la economía, esta da signos de cierta recuperación, aunque esto que no se traduce en la recuperación del nivel de vida y consumo perdido por las masas. Incluso, no podemos descartar acciones militares de Estados Unidos y sus títeres contra Venezuela, dada la resistencia mostrada por el chavismo. La confirmación de Marcos Rubio, un virulento anticastrista y antichavista, nos indica cual será la política exterior de Trump para América Latina, y especialmente para Cuba y Venezuela. Aunque algunas voces plantean que por la naturaleza empresarial de Trump no es descartable que este termine negociando algo con Maduro. Puras especulaciones y la política se basa en hechos reales no en especulaciones

¿Qué hay detrás del clásico conflicto Inter burgués?

En Venezuela se produce, desde hace mucho tiempo, un clásico conflicto inter burgués entre dos sectores. Por un lado, la nueva burguesía que se ha formado a la sombra del chavismo y que detenta el poder, y por el otro lado los sectores burgueses que han sido desplazados y que, para recuperar el poder, se ponen al frente de la lucha democrática, especialmente de la arruinada clase media, denunciando las políticas económicas y autoritarias de Maduro.

Los inicios de recuperación económica dan cierta fortaleza a Maduro. Atrás parece haber quedado la situación catastrófica que generó un gran éxodo de venezolanos debido al bloqueo a la venta petrolera, como parte de las sanciones descritas, junto a la disminución del gasto social para destinarlo para pagar la deuda externa. Esta naturaleza rentista de la economía venezolana no fue modificada por el chavismo cuando asumió el poder. El gobierno de Maduro termino dolarizando la económica para combatir la inflación, provocando hambre y miseria entre la población.

Esta política neoliberal fue acompañada de la privatización de varias empresas estatales y la mayor participación accionaria de intereses privados, aun con elementos de la antigua oligarquía desplazada desde los gobiernos de Chávez. El resultado ha sido una constante disminución a los ingresos y los salarios de los sectores formalizados de la fuerza de trabajo (la mayoría migró a los sectores informales).

Y esta política neoliberal de Maduro ha tenido trágicas consecuencias políticas, por que un sector de masas que antes apoyaba al chavismo, desesperada por la situación y ante la ausencia de un polo revolucionario,  ha dado un vuelco hacia la opción derechista que representa la MUD.

Machado es admiradora de la moto sierra de Milei, plantea un programa totalmente radical, un mayor choque privatizador, un ataque salvaje contra los ingresos y bienestar de la clase trabajadora. Es falso el discurso de que esto es un conflicto entre democracia o dictadura. Lo central es la pelea por los fabulosos recursos naturales de Venezuela. Maduro ha perseguido a la oposición de derecha y también ha eliminado los derechos políticos de sectores izquierda, muchos procedentes del chavismo.

El futuro de la lucha antiimperialista en peligro

Los sectores burgueses de la MUD  y el chavismo se sustentan sobre diferentes intereses materiales. La MUD es agente directo del imperialismo norteamericano y si llega al gobierno tratara de volver a la situación anterior a 1989, cuando Chávez tomo el poder. La nueva burguesía en el poder, la “boli burguesía”, trata de defender las conquistas obtenidas bajo la presidencia de Hugo Chávez, resiste a su manera la ofensiva imperialista, pero para consolidar a este nuevo sector burgués, y convertirlo en sector hegemónico o dominante, olvidándose de que la única manera de poder resistir y vencer la ofensiva imperialista es apoyándose en la movilización de masas.

Las erróneas políticas de Maduro con su programa aperturista y las acciones autoritarias le abren el camino al crecimiento de la MUD. Es una contradicción de hierro. El futuro de la lucha antiimperialista esta en peligro si dejamos las banderas del antiimperialismo en manos de Maduro. Los sectores de izquierda y las masas trabajadores debemos colocarnos al frente de la lucha por la independencia y la soberanía nacional, por la defensa de la industria petrolera en manos del Estado y bajo control de los trabajadores, al mismo tiempo que luchamos por la defensa de las libertades democráticas, de nuestros propios intereses, recuperando el nivel de vida y consumo anteriores.

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