Ante la “renuncia” de Fidel y la reestructuración de Raúl:

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Fidel Castro se despidió del gobierno cubano

 

¿Qué hacer para evitar la Restauración Capitalista?

Publicado en EL SOCIALISTA CENTROAMERNICANO No 72

Por ALex Burguess.

El pasado 19 de febrero, tras 19 meses de un Castro omnipresente, dirigiendo la isla desde su lecho de enfermo, finalmente ocurrió lo inevitable: tras 49 años, Fidel Castro renunció a seguir ostentando sus cargos de dirección. ¿Habrá un cambio de rumbo en Cuba?, y si es así: ¿Hacia donde?

Fidel Castro, es una figura polémica. Se trata del político latinoamericano más brillante del siglo XX. Su habilidad extraordinaria para mantener un control férreo a través de las turbias aguas de la historia, hacen más patente aún, que esta nueva etapa de “retiro”, le permitirá evitar aplicar él mismo las reformas estructurales que terminarán destruyendo las conquistas alcanzadas por el Estado cubano en 49 años; proceso que parece ya estar en marcha.

Restauración capitalista: un proceso en marcha.

La economía cubana, luego de las reformas económicas del “Período Especial” (1992-1995) sufre una dicotomía interna, existiendo dos economías, una oficial y otra “paralela” El Estado cubano no da abasto, “paga los salarios del 80% de la población laboralmente activa, la educación en todos sus niveles, importa el 50% de los alimentos, subsidia la luz, el agua, el gas y el teléfono.” (El País 23/09/2007)

Ejemplo de esta dicotomía lo encontramos el “trabajo por cuenta propia”, “legalizado desde 1993, ha sido ejercido por 200.000 personas, y se calcula que un millar se han hecho millonarias” (Ídem.), y que surge para suplir las funciones que el Estado cubano no puede: la plomería, carpintería, electricidad, mecánica, chapistería, etc. Esto inocula elementos capitalistas dentro de la economía de un Estado Obrero, la realidad así lo demuestra: “muchas de las pequeñas empresas del Estado ya funcionan como cooperativas privadas usando el inmueble, las maquinarias y los insumos para hacer trabajos particulares cobrando precios de mercado negro” (BBC 19/02/2008)

La situación en el campo no es diferente, las granjas estatales tiene una productividad mediocre frente a las granjas particulares; y el gobierno ha fortalecido sus relaciones con este sector de pequeños propietarios; Raúl Castro “ha dado los primeros pasos para mejorar la relación con los campesinos saldando las deudas del Estado con el sector y aumentando el precio pagado por la leche y la carne de res, (…)” (Ídem.). El Estado Cubano ante su ineficiencia en la agricultura se ha tenido que apoyar en este segmento de campesinos; dando origen a un nuevo estamento cuya “(…) prosperidad, espoleada por las expectativas del beneficio, es visible en las cuentas bancarias, en su elevado tren de vida, en la perfecta remodelación de coches de la década de los cincuenta, o en el equipamiento de sus casas: frigoríficos de 3.000 euros al cambio, televisores de 1.000 (euros) y teléfonos de última generación.” (El País 23/09/2007).

Las desigualdades en la sociedad cubana lejos de disminuir, se han acrecentado; la pervivencia de dos tipos de moneda (el peso cubano y la divisa) es sólo una muestra de ello, en Cuba un mesero del área turística gana 20 veces más que un médico.

Los salarios pagados en devaluados pesos cubanos son el principal problemas en este contexto, “el 75% de los ingresos mensuales de las familias se destina a la compra de alimentos, según un portavoz del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC)” (Ídem)

Además, a nivel social, la población cubana ya ha sufrido una transformación cualitativa, “El 70% de los 11 millones de cubanos nació después del triunfo de Fidel Castro. Tres millones de ellos no han cumplido 20 años y la mayoría piensa en clave de música, videojuegos, zapatillas de moda e Internet” (Ídem). Estos factores económicos sociales, han devenido en un “daño ideológico”, explicado por el propio Carlos Lague: “cuando un trabajador se acostumbra a recibir un salario sin respaldo productivo, o sin emplear todas sus potencialidades, se provoca un daño económico e ideológico” (Ídem.)

Libertades democráticas: el gran tema.

El tema de las libertades democráticas, lejos de la propaganda imperialista, es un problema objetivo para el gobierno cubano. El control absoluto del PCC, el monopolio de los medios de comunicación, y el carácter burocrático con que funciona a lo interno el PCC; constituyen un contrapeso para el pueblo cubano.

Los marxistas revolucionarios siempre hemos defendido la “democracia obrera” como antitesis de la “democracia burguesa”, insistiendo en la necesidad de que los trabajadores y campesinos cubanos gocen de las mas amplia libertad de prensa, asociación, culto, etc. La burocracia del PCC, dentro de su deformación estalinista, ha encontrado en la censura un instrumento permanente de represión; impacto que ahora se deja sentir en un pueblo cubano cada vez más critico y deseoso de gozar de dichas libertades.

¿Quién dirige el proceso de restauración capitalista?

Las autoridades electas el pasado 24 de febrero, son los autores necesarios de un proceso de cambio gradual en el modelo económico-social cubano. Raúl Castro, electo Presidente, nombró como su segundo en el Consejo de Estado a José Ramón Machado Ventura, de 77 años e identificado con el ala “ortodoxa” del PCC.

En su primer discurso Castro, aunque invocó de forma sacrosanta el aura de Fidel, se comprometió a un proceso de reformas estructurales, el que inició en diciembre pasado, cuando hizo circular “listas oficiosas de reformas” en diversos sectores a fin de conocer los cambios requeridos por la sociedad cubana: “flexibilización de los trámites migratorios, incluyendo la derogación del permiso para salir del país; el levantamiento de prohibiciones, como las que impiden a los cubanos vender su coche particular y su vivienda o contratar una línea de teléfono celular; y reformas en la agricultura, que podrían incluir cambios en la propiedad de la tierra y la extensión del mercado regido por la ley de la oferta y la demanda.” (El País 20/02/2008).

Éstos fueron precisamente las reformas que Raúl, ya en el poder pretende implementar en forma gradual, y a nivel económico estableció su prioridad: “satisfacer las necesidades de la población (…) fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva" (El País 26/02/2008)

Es precisamente en el “aumento de la base productiva” y generación de riqueza, que está por verse la “táctica” de Raúl, resaltando dentro de su equipo la presencia de Julio Casas Regueiro como Ministro de Defensa, quién desde su anterior puesto de Vice-ministro del Consejo de Estado, impulsó las actividades comerciales de la Armada (hoteles, tiendas y una aerolínea). No es de olvidar que Raúl Castro, fue el ideólogo de la “apertura” a la inversión extranjera durante el “Período Especial”; lo que podría dar señales sobre sus tendencias y directrices, que parecieran ser: más espacios para la iniciativa privada, menos centralización y una revisión del modelo de propiedad estatal

¿Modelo chino o restauración gradual capitalista?

Muchos analistas, señalan que éstos son los dos caminos posibles para Cuba. El adaptar el modelo chino a Cuba, implicaría, que la burocracia del PCC estaría en proceso de convertirse en una burguesía estatal, que amasaría millones desde los negocios y empresas mixtas controlados por el Estado; este modelo posee obvias limitaciones: Cuba es una isla de 11 millones de personas, con una economía que se concentra en la agricultura y el turismo, la implementación del modelo chino, necesitaría –para emerger y competir- de una masa enorme de obreros explotados, y de una tecnología industrial que a la fecha Cuba pareciese no tener.

El otro camino, la restauración capitalista inmediata, también tiene sus contradicciones lógicas; ya que un cambio abrupto en el régimen conllevaría necesariamente conflictos sociales y económicos, que podría salirse de control de la burocracia del PCC.

La transición hacia alguno de estos modelos, o matices de los mismos, conllevarían a la destrucción de las conquistas logradas por la Revolución de 1959, y la restauración en mayor o menor grado del capitalismo. El rejuego de Raúl Castro a nivel internacional también será un síntoma del rumbo; sus relaciones con el imperialismo yanqui, europeo, e incluso con el propio exilio cubano serán determinantes para poder caracterizar el proyecto cubano.

Una Revolución Política.

Los trabajadores y campesinos cubanos, están llamados a salvar el último Estado Obrero del hemisferio. Sólo una Revolución Política que destruya los gérmenes reaccionarios impuestos por la burocracia política del PCC evitará la restauración capitalista. La Revolución Política, es un proceso mediante el cual, los trabajadores deben combatir políticamente a la dirección del PCC (incluso hasta echarlo del gobierno), deponiendo los métodos burocráticos que deforman al Estado Obrero cubano; pero sin trastocar el sistema de producción socialista: monopolio estatal del suelo, los medios de producción y de las exportaciones.

Las libertades democráticas son la tarea transicional mas importante, no cualquier democracia; sino una apoyada en las organizaciones obreras y campesinas, que garantice la libertad de expresión y de prensa, de asociación que permita organizaciones obreras y campesinas clasista que se distancien y combatan políticamente al PCC. A nivel económico la batalla es inmensa, deben ser los obreros y campesinos quienes controlen las empresas estatales y distribuyan los ingresos; el problema de la tierra posee profundas implicancias, por lo que tendrán que ser los organismos de masas quienes realicen una nueva reforma agraria que garantice la justa distribución y explotación de la tierra. Sólo así, Cuba seguirá siendo un Estado Obrero, de lo contrario, seguirá el mismo sendero al que la burocracia estalinista guió a la URSS en el siglo pasado: la restauración capitalista.

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