Comunicado Político N° 41

El movimiento huelguístico convocado por el Bloque Unitario Sindical y Social para el jueves 20 de marzo ha suscitado reacciones políticas adversas por parte de dos organizaciones sindicales, el FIT y la ANEP contrarias a esa movilización de protesta enmarcada dentro del objetivo principal del Bloque Unitario que apunta a la ruptura con el modelo neoliberal.

Para efectos de comprender algunos de los hechos que se han dado en las últimas semanas, cabe destacar lo siguiente: fue un acuerdo del Bloque Unitario Sindical y Social que la decisión del día de la movilización de protesta contra el alza del 0.43% se tomaría en la reunión plenaria acordada para el 24 de febrero. La decisión precipitada de la ANDE y de la APSE de ir a la movilización del 25 de febrero fue interpretada por muchas organizaciones de esa instancia como una violación a un acuerdo por lo cual no se sumaron a esa convocatoria.

La movilización del 25 no produjo fisuras en el Bloque Unitario Sindical y Social y se tomó el acuerdo de aprobar el documento político base presentado a esa instancia y de convocar a una nueva movilización para el jueves 20 de marzo en el marco de ir avanzando hacia el objetivo principal planteado en el documento político base, de ruptura con el modelo neoliberal. El FIT-ICE por decisión de su coordinador rechazó ad portas el documento político.

Surgen entonces las reacciones y las diferencias se hacen públicas. Albino Vargas manifestó que no participaban en el movimiento del 20 porque las agendas no eran las mismas y porque habían tenido un acercamiento con el próximo presidente Luis Guillermo Solís. Aquí empiezan a presentarse las contradicciones, porque para la movilización del 25 tampoco había una agenda común, solo un punto había en común, la protesta contra el miserable aumento salarial del 0.43%. Ni la ANDE ni la APSE, para poner un ejemplo acompañaron nunca la agenda de la ANEP. Pero la ANEP trataba de presentar las cosas diferente, es decir, que la ANDE de alguna manera respaldaba su agenda.

Fabio Chávez coordinador del FIT-ICE fue más allá y aseguró que en el movimiento sindical había tres bloques: uno muy radical, otro bloque representado por la ANEP más mesurado y de propuestas y el FITICE y la mayoría de los sindicatos que, según Chávez, están en el centro, reiterando que la división sindical no se podía ocultar más. Por supuesto no es así. Lo que existe realmente es una contradicción política de fondo que si, efectivamente, no se puede ocultar.

Esa diferencia política quedó plasmada en el encuentro del 24 de febrero cuando salió a colación el documento firmado por el FIT-ICE, SITRAPEQUIA, Rerrum Novarun, ANEP, SINAE, CSJMP, UPANACIONAL y algunas cooperativas, titulado "Manos a la Obra, por una Costa Rica Solidaria e Inclusiva" donde se pone de manifiesto que el nuevo método para resolver las contradicciones en materia de política pública es el diálogo social, lo que entró en clara contradicción con el objetivo principal del Bloque Unitario Sindical y Social, que no excluye el diálogo, pero que no lo magnifica ni lo antepone a la lucha clasista y menos lo considera como "el método de trabajo por excelencia" como hacen esas organizaciones y como dicta el manifiesto precitado y entregado al candidato Luis Guillermo Solís.

Por supuesto que Solís muy contento con esas posiciones. Pero cuando se contrastan por el fondo las posiciones de la ANEP, entonces, Albino Vargas, recurre al trillado argumento del anticomunismo aduciendo que él es igualmente atacado por los extremos de la derecha y de la izquierda.

En el comunicado que hace el FIT-ICE (18 de marzo) para no ir al movimiento de huelga el 20 de marzo, igual se ponen de manifiesto esas contradicciones pero se va más allá y se apuntan cosas que no son ciertas. No es cierto como afirma el FIT-ICE que varios sindicatos se quitaron del compromiso dejando solos a la ANDE, la ANEP y el FIT-ICE como principales convocantes de la movilización del 25 de febrero. Los sindicatos que no fueron a ese movimiento, como se explicó, interpretaron que se había violado un acuerdo tomado en el Bloque Unitario y aclararon esa situación públicamente. Ese fue el motivo principal por el que no convocaron a su base y no como afirma el FIT que no fueron porque "un movimiento de un día no perturbaría al gobierno".

Luego, el FIT-ICE explica por qué fue al movimiento del 25: obligar al gobierno a retirar el decreto salarial del 0.43% (que no se logró), protestar contra las políticas de este gobierno y mostrar la fuerza de la mancha amarilla. No existe la menor alusión a la ruptura y a la lucha frontal contra el modelo neoliberal que es el principal instrumento de los sectores dominantes para hacer lo que han venido haciendo durante 30 años, desmantelando el Estado y sus instituciones, especialmente el Sector de Telecomunicaciones del ICE.

Para qué fuerza amarilla si los dirigentes del FIT-ICE son fieles al documento "Manos a la Obra". Incapaces de avanzar política y estratégicamente hacia la ruptura con el modelo neoliberal, el FIT-ICE prefiere el diálogo social como "el método de trabajo por excelencia", para "defender" lo que queda del ICE.

Tampoco es cierto como afirma el FIT-ICE que exista confusión en los objetivos del movimiento del 20 de marzo. Los objetivos están más que claros y se aprobaron en el encuentro nacional del movimiento sindical del 24 de febrero, objetivos que el FIT-ICE rechazó ad portas.

Como se mira, los argumentos presentados por las organizaciones FIT-ICE, ANEP, para no convocar al 20 de marzo no resisten el menor escrutinio político. Es cierto, hay diferencias en las agendas pero eso no da pie a desatar una campaña desmovilizadora como lo están haciendo esas organizaciones. Es mejor quedarse callados antes que aparecer como rompehuelgas y tontos útiles.

19 marzo 2014

Comisión Nacional de Enlace

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