Por Sebastián Chavarría Domínguez

Después de 13 años de relección continua en el cargo de presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerri, ha traspasado el cetro y la corona a Michael Healy, quien ha sido electo como nuevo presidente de esa organización. ¿Qué significa este cambio?

El gran capital maneja al COSEP

El COSEP es la más importante organización empresarial de Nicaragua. Curiosamente, no son los pequeños y medianos empresarios afiliados al COSEP, quienes manejan los hilos de esta organización, sino el “Consejo de Asesores” conformado por los banqueros y principales grupos económicos del gran capital: Grupo Pellas, BANPRO, LAFISE, grupo Baltodano, Grupo Cohen y otros grupos minoritarios, pero importantes.

El Consejo de Asesores no se somete el voluble estado de ánimo en las asambleas, sino que define y negocia las políticas en las alturas, y los acuerdos que se logran a veces son producto de codazos y patadas.

De las confiscaciones a la política de “dialogo y consensos”

La burguesía en Nicaragua se ha acostumbrado a negociar privilegios con los gobiernos de turno, así fue durante largos 40 años con la dictadura somocista. Hasta que Somoza los estaba liquidando económicamente, a través de la competencia desleal, los empresarios cambiaron de posición, y apoyaron la lucha armada del FSLN 1979. Cuando creyeron que se iniciaba un nuevo periodo para sus negocios, vinieron las confiscaciones y la guerra civil. En 1980 fue ejecutado Jorge Salazar, presidente de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (UPANIC), y directivo del COSEP, por supuesta conspiración contra el gobierno sandinista.

De 1990 hasta el 2006, fueron 16 años de lucha abierta entre el COSEP y el FSLN que estaba en la oposición, pero que seguía siendo el poder tras la presidencia. En 1993 fue ejecutado Arges Sequeira Mangas, directivo de UPANIC y COSEP, quien llamó a recuperar las fincas confiscadas, con las armas en la mano.

Sin embargo, antes de la elección del 2006, Daniel Ortega comenzó a recuperar alcaldía, y poder en las instituciones del Estado, lo que obligó al gran capital a buscar un acercamiento. La persona escogida fue José Adán Aguerri, un pequeño empresario obediente y fiel al grupo Pellas. Aguerri firmó un acuerdo de respaldo político al FSLN en plena campaña electoral. Una vez en el poder, Daniel Ortega se reunió con el gran capital en el INCAE, para definir las nuevas reglas económicas. Ahí se comenzó a gestar la política de “diálogos y consensos” que en 2014 inspiro una reforma que elevó a rango constitucional ese nuevo corporativismo.

El COSEP después del 2018

Bajo la presidencia de José Adán Aguerri (2007-2020) se produjo una luna de miel entre los empresarios y Daniel Ortega, aquellos cerraron los ojos mientras se construía lentamente una nueva dictadura. El flujo de dólares proveniente del acuerdo petrolero con Venezuela, creo una bonanza económica que tenía embelesado al gran capital, hasta el sueño dorado se rompió con la insurrección de abril del 2018.

Desde entonces, aunque el gran capital en su conjunto trabaja en salida que signifique un aterrizaje suave de la dictadura, es decir, cambios graduales que eviten en nueva revolución, los grandes empresarios están divididos en torno a quien controlara los negocios bajo un nuevo gobierno. Por un lado, está el grupo Baltodano-FUNIDES y LAFISE, por el otro están el grupo Pellas y BANPRO. Esta división del gran capital ha sido aprovechada por la dictadura para intentar perpetuar su dominación.

En medio de este conflicto, el control del COSEP se vuelve crucial. Y los dos bloques del gran capital libraron una despiadada batalla por el control de esa organización. Debido a que José Adán Aguirre está muy “quemado” políticamente, por impulsar durante 13 años los “diálogos y consensos” con la dictadura, surgió la candidatura de Michael Healy, presidente de UPANIC, pero perteneciente el mismo bloque Pellas-BANPRO.

El contendiente de Healy fue Mario Hanon, presidente de la Asociación Nicaragüense de Formuladores y Distribuidores de Agroquímicos (ANIFODA), ligado al grupo Baltodano-FUNIDES-LAFISE.

Lo que viene

La crisis de los grupos de oposición, sus constantes divisiones, son alentadas desde arriba por las fracciones del gran capital. Es posible que en los próximos meses se opere un cambio dentro de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), que estuvo siendo controlada por Juan Sebastián Chamorro, ligado al grupo Baltodano-FUNIDES-LAFISE.

Debe quedar claro que todas las fracciones el gran capital coinciden en el aterrizaje suave y en volver a la situación anterior a 2018, como un poco de más juego formal democrático. El pleito por el control del COSEP es para garantizar sus negocios bajo un próximo gobierno. ¡Nada más!

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