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Por Aquiles Izaguirre

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En las últimas semanas, la comunidad universitaria ha visto desarrollarse un importante debate sobre las Educación Superior, y el rol que juegan las universidades adscritas al CNU (Consejo Nacional de Universidades). Según sentencia de la Corte Suprema de Justicia, emitida ante una queja de la U de M (Universidad de Managua), esta universidad privada, puede ser partícipe del CNU, y por ende, percibir parte del presupuesto que el Estado asigna a la educación superior. Esta discusión resalta, la aberración por la cual; la educación se ha vuelto un negocio redondo, en donde el Estado se encarga de patrocinar el capital privado, que no busca una educación integral, antes bien, pretende amasar ganancias.

El CNU, es la organización que rige las políticas educativas que se tomaran en la educación superior en Nicaragua, pero además de establecer los parámetros educativos, la ley le otorga al CNU la potestad de distribuir el 6% asignado a las universidades por el Estado. En su momento, la propia ley de autonomía de las universidades establecía las universidades que pertenecerían al consejo y cuales gozarían del 6% constitucional, entre las cuales contamos universidades privadas como la UCA y la UPOLI. En el momento en que se aprueba dicha ley el contexto histórico es muy diferente y ambas universidades privadas son incluidas debido al apoyo que el régimen sandinista recibió de los jesuitas y los BAUTISTAS.

¡La U d M en el CNU¡

Lo que en su momento se estableció como una excepción, ahora la CSJ quiere dejarlo como norma. Pero ¿si la ley le brinda esta posibilidad? ¿Por qué no dejar que las universidades privadas participen del CNU? Según Mario Valle “un gran filántropo de la educación”:“Nunca hemos aspirado a utilizar el seis por ciento (...), hemos defendido que el seis por ciento se le debe entregar a las universidades públicas y a las universidades de la Costa Caribe, esta universidad ha funcionado con sus propios recursos, aspira a seguir funcionando con sus propios recursos (...), pero no podemos desconocer que de conformidad a ley tenemos derecho a participar en la política educativa” (La Prensa 03/02/09) Aunque ilusamente le creamos a Mario Valle, cuando dice que no pretende utilizar las arcas del Estado para financiar su empresa privada, el problema no se resume solo al dinero, sino al carácter que debe tener la educación y su papel social, asimismo la gran cortina de humo que tienden los rectores del CNU, quienes han impulsado el proceso de privatización de educación en el país.

El CNU y las universidades privadas.

A pesar de la verborrea de los rectores de las universidades públicas, es necesario desenmascarar su lenguaje retórico, y denunciar que estos, hoy “defensores de la educación pública”, promueven la creación de universidades privadas paralelas a las universidades públicas, ¿quién no sabe? que el IES es financiado con fondos del 6% y es el sector privado de la UNI. Y de esta putrefacción se vale Mario Valle, quien conoce perfectamente los beneficios económicos y políticos que puede obtener al ser partícipe de las decisiones en el CNU.

La educación gratuita: sin control de la burguesía.

Antes de los albores del siglo XIX, los liberales masones ya habían establecido como parámetro que los fondos del Estado no deben beneficiar a la educación privada, por el contrario, el dinero de los impuestos solo financiarían la educación pública. En pleno siglo XXI, esta premisa básica del liberalismo se ha perdido en la putrefacción tanto del liberalismo y el sandinismo, quienes para mantener sus cuotas de poder financian hasta a la “Universidad Católica” del Cardenal Obando, seria banal recordar que la iglesia tiene suficientes recursos provenientes de sus empresas, y sus benefactores, la gran burguesía.

Como se mencionó, la educación tiene un carácter social importante, por tanto no debe quedar en las manos caprichosas de burgueses como Mario Valle, o peor aún, en las garras de agentes burgueses como el cardenal Obando y la iglesia, por el contrario, la educación solo debe ser propiedad de la sociedad, y ser dirigida por los únicos que no venderán la educación, las clases explotadas de nuestro país.

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