Juan Lindo, Presidente de Honduras proclama la solidaridad con el México invadido en 1847

Raúl Jiménez Lescas

Historiador mexicano

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1847. México invadido por el ejército de conquista de los Estados Unidos de América. En esa guerra, el país perdió más de la mitad de su territorio. Fue una Guerra de Conquista, así lo dijo el entonces presidente Polk en sus Memorias. Los territorios ocupados fueron anexados a la Unión Americana y hoy en día son estados como California, Nuevo México y Arizona, además de Texas. Los mexicanos pelearon solos (además de estar divididos). La invasión inició en 1846 y, en 1848, tras la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo (2 de febrero), las tropas yanquis empezaron a desalojar el país. En septiembre de 1847, tras la derrota de los mexicanos en el Castillo de Chapultepec, las tropas del General Scott ocuparon la capital de la República, izaron la bandera de las barras y las estrellas, tomaron el Palacio Nacional, y el gobierno mexicano se trasladó a la ciudad de Querétaro para reorganizarse.

En esos momentos trágicos y amargos, el entonces presidente de Honduras, Don Juan Lindo emitió una proclama histórica digna de recordarse de solidaridad con México invadido. Lindo se pronunció contra la invasión y ofreció ayuda contra el ejército de los invasores. De haberse concretado a tiempo la correspondencia entre los ministros de Relaciones Exteriores de Honduras y México y, el gobierno de éste último país hubiese aceptado el ofrecimiento hondureño, quizá la historia hubiese registrado el primer caso de brigadas internacionales en solidaridad con una Nación invadida por una potencia en la primera mitad del siglo XIX. Pero la correspondencia llegó tarde y el gobierno mexicano no aceptó el ofrecimiento, solo agradeció el gesto solidario.

Desafortunadamente, por el cruce la correspondencia entre ambos gobiernos, se puede desprender que la solidaridad y ayuda ofrecida por los hondureños llegó tarde, pues la respuesta del gobierno mexicano está fechada el 15 de octubre de 1847 en Querétaro.

La Proclama de Don Juan Lindo, motivó que militares de alto rango y funcionarios del supremo gobierno del Estado de Honduras, se sumaran entusiastamente por la causa mexicana y completaran el cuadro de la solidaridad centroamericana con el país invadido. Tanto la Proclama del Presidente como la Circular a los Gobiernos Centroamericanos fueron publicadas en el periódico oficial hondureño Taquígrafo de la Dieta Nacional (número 2, Comayagua, julio 1º de 1847. Imprenta del Estado). Ambos documentos históricos circularon en aquel país y otros lugares de Centroamérica y, al menos, en Chiapas y Querétaro en territorio mexicano. Asimismo, se conservan las cartas enviadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Honduras a su homólogo mexicano y al gobierno del Estado de Chiapas.

La solidaridad, el ofrecimiento de apoyo por parte del gobierno y del ejército hondureño contra el invasor es uno de los acontecimientos externos más sorprendentes de los Centroamericanos con la causa mexicana y, curiosamente, el más olvidado por nuestra Historia oficial.

Los documentos reflejan un sentimiento de hermandad. Don Juan Lindo habla de la fatalidad que a México golpea y considera al país como hermano. Propone “ayudarles de alguna manera en su honrosa lucha” y denuncia el bombardeo del puerto de Veracruz. Y, dice que todo el mundo debe saber que los hondureños “… estan prontos á cumplir sus deberes de cualquier naturaleza que sean.”.

El entonces presidente hondureño sabía muy bien de lo que hablaba, pues sus estudios de abogacía los había realizado en la entonces Nueva España, ejercido como abogado y fue diputado al congreso convocado por el Emperador Iturbide. Pero, por otra parte, quizá conciente de las repercusiones que significaban la “aniquilación” de México para Centroamérica, se pronunció contra el entonces llamado Gobierno Norteamericano. Sea cual fueren las razones de Don Juan Lindo para apoyar a México contra Estados Unidos de América, resulta profético los temores del presidente, pues más tarde, los militares estadunidenses habrían de invadir Nicaragua, dominar el Canal de Panamá y ejercer su control político-militar sobre el Istmo de Centroamérica.

Los militares de alto rango del Ejército Hondureño, respaldaron al don Juan Lindo. Entre ellos los Generales de División Ferrera, Guardiola y Quijano, señalan con claridad en sus proclamas que es “… evidente la obligación que tenemos de cooperar á la defensa de aquel pueblo. Sus hijos son nuestros hermanos, y la causa que sostienen, es también la nuestra, la de la Libertad contra la conquista.”.

La Proclama de Dn. Juan Lindo de 1847, dice así:

“COMPATRIOTAS.

La fatalidad rige actualmente los destinos de Méjico y amenaza á sus hijos con la desolación y exterminio. Los Norte-americanos han destruido la hermosa población de Veracruz, se han posesionado de sus escombros y marchan sobre la Capital; en el día no sabemos que otras desgracias pesarán sobre aquella Nación…

Son nuestros hermanos, sus riesgos son nuestros y su suerte es la que nos espera, no debemos guardar silencio y sí ayudarles de alguna manera en su honrosa lucha.

Sepa el mundo todo que los Hondureños están prontos á cumplir sus deberes de cualquier naturaleza que sean.

A todo trance sostendré en el Estado una paz honrosa; pero no lo haré con sacrificio del honor Hondureño porque un pueblo envilecido solo sirve para arrastrar cadenas y para sufrir humillado las amenazas y las injurias que le haga el más fuerte.

Hoy me dirijo á los Gobiernos de la república haciéndoles las observaciones convenientes para que si lo tuviesen á bien procuremos auxiliarlos como sea posible, ó por lo menos manifestarles nuestra buena disposición por su causa y libertad.

La división y los partidos interiores han arruinado á nuestros hermanos mejicanos –Ocho millones de habitantes de que se compone aquella Nación no han podido defenderse de un puñadito de hombres que han mandado á tomarse sus tierras, sus propiedades, y anular sus derechos. ¿Cuál sería la suerte de los Centro-Americanos si continuásemos divididos?

Los Hondureños siempre se presentan extraordinariamente grandes, se ha trabajado por dividirlos moviendo los resortes más convenientes, pero nada ha sido bastante para estraviarlos, el respeto al Gobierno y la sumisión á la ley lo consideran como su poder, su gloria, y su honor... ¡¡¡Que placer esperimenta el que rije los destinos de un pueblo adornado con estas virtudes….!

Comayagua, junio 1º de 1847.

Juan Lindo”.

Nota.- AHGE-SRE. 1847. Proclama del presidente de la República de Honduras, Juan Lindo y circular del secretario de Relaciones del mismo país, Carlos Gutiérrez protestando por la invasión norteamericana de 1847 y ofreciendo ayuda. LINDO, Juan, El Presidente del Estado de Honduras a los Centro-americanos, publicada en el Taquígrafo de la Dieta Nacional, núm. 2, Comayagua, julio 1º de 1847. Imprenta del Estado. p. 3-4. Copia original. LE-1090-C-02-V-02. 4 fs (6-9). Se respeta la ortografía original del periódico.

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