Por Tomas Andino Mencía

Diputado suplente por el Departamento de Francisco Morazán

Ex dirigente nacional del Partido Unificación Democrática.

La máxima dirigencia oficialista de la UD, presidida por el señor Cesar Ham, está en un verdadero problema. Por un lado, no oculta su desesperación por participar en la farsa electoral del 29 de noviembre, pero, por otro, es presa de los requisitos políticos que se colocó a sí misma para condicionar su participación.

Aún están frescas en nuestra memoria las palabras del señor  Ham en el acto del 23 de octubre del corriente año, cuando junto a los representantes de otros partidos políticos afines a la Resistencia, afirmó que la UD participaría en el próximo proceso electoral siempre y cuando se cumplieran cuatro condiciones innegociables:

Primero, que fuera restituido el Presidente Zelaya;

Segundo, que cese la represión y violaciones a los Derechos Humanos contra la Resistencia;

Tercero,  que cese la campaña de desprestigio y odio contra los dirigentes de la Resistencia y de la UD; y,

Cuarto, que los militares regresen a sus cuarteles.

Como todo mundo sabe, ninguna de esas condiciones se ha cumplido: Desde la firma del Acuerdo de Tegucigalpa es claro que Micheletti no tiene intención de restituir a Mel en la Presidencia; la represión contra la Resistencia continúa, los militares siguen en las calles, y más aún, los militantes de la UD siguen siendo víctimas de la represión del golpismo, como lo atestigua la represión a una marcha que había sido autorizada por el TSE al Partido y la reciente detención de varios compañeros udeístas que transportaban propaganda electoral del Partido en el departamento de Valle.

Sin embargo, con la desfachatez a que nos tiene acostumbrados, el señor Cesar Ham no esperó a que se cumplieran los mencionados requisitos, sino que él como candidato Presidencial y algunas de sus candidatas y candidatos a diputaciones y a alcaldías, han lanzado una fuerte ofensiva publicitaria para ganar el voto del electorado, tapizando con miles de afiches las principales ciudades del país, pautando costosos anuncios en la televisión y la radio, presentándose en  los “reality show” de los golpistas así como en cualquier reunión, incluso en las marchas de la Resistencia, con volantes proselitistas.

Con tales muestras de entusiasmo electoral, cualquiera con dos dedos de frente se da cuenta de que la dirigencia oficialista de la UD ha decidido participar en el espectáculo circense del 29 de noviembre, aun cuando nos quiere dar atol con el dedo diciendo públicamente que todavía no lo han definido.

Entonces ¿en que quedó su palabra?  Esta es la pregunta que las bases de la Resistencia se hacen y con la cual martillan la conciencia de los candidatos y dirigentes de la UD. Y los reclamos son más  fuertes desde que el Frente Nacional de Resistencia decidió llamar a desconocer activamente la farsa electoral, y de que el Presidente Zelaya decidió no aceptar ningún acuerdo de restitución, porque solo serviría en estos momentos para legitimar a la dictadura militar-empresarial. Entonces los argumentos para justificar la participación de este Partido en la farsa electoral se han vuelto insostenibles.

El sentido del honor en algunos y la vergüenza en otros comienza a mover la conciencia de muchos udeístas honestos, seguidores del Sr. Ham, algunos de los cuales le han desobedecido renunciando a su postulación, como hicieron al menos dos candidatos a diputados de la UD por Francisco Morazán, así como alguno que otro candidato a alcaldías por este partido; tendencia que por lo que sabemos tenderá a expandirse en los próximos días.

Otros no están dispuestos a que el Sr. Ham les imponga una decisión y exigen que esta sea tomada colectivamente desde las bases, debido a lo cual los máximos dirigentes de este Partido, antes de arriesgarse a una desbandada de renuncias, se han visto obligados a convocar a consultas departamentales para luego tomar una decisión nacional.

Se supone que la dirigencia oficialista de la UD estará tomando esa decisión para el 20 de noviembre próximo, es decir, a apenas 9 días de las elecciones y a 4 días de la fecha de finalización de las campañas electorales. Pero si piensan hacerlo en la víspera de la elección ¿Con que tiempo van a reivindicarse del error que han cometido al violentar su propia palabra?

Además ¿por qué es tan difícil para la dirigencia oficialista de la UD, que se precia ser de izquierda y revolucionaria, tomar una decisión tan sencilla si los parámetros siempre han estado claros?  ¿Por qué no siguieron el ejemplo de la Candidatura Independiente de Carlos H Reyes que a tiempo se retiró del show electorero en cumplimiento de su palabra?  Sólo hay una respuesta a estas preguntas: porque la dirigencia oficialista de la UD es una dirigencia oportunista.

No hay tales de que están pensando en la pérdida de la legalidad del Partido, porque ellos perfectamente saben que todo lo actuado por este régimen de facto y por el Tribunal electoral nombrado en violación de la Constitución, es ilegal. El Sr. Ham como experimentado diputado lo sabe pero finge demencia.

Todo indica que lo que pretenden los dirigentes oficialistas de la UD es hacer sobrevivir a este Partido sometiéndose al chantaje de los golpistas, aceptando la migaja de cuota de poder que la oligarquía está dispuesta a cederle en el Congreso y en alguna que otra alcaldía. ¡Qué penoso destino para un partido que surgió para estar a la cabeza de una revolución popular!

Así las cosas, la UD está ante un dilema: Si participa en la farsa electoral, vive “legalmente” ante la oligarquía pero muere en el corazón de sus seguidores. Y si no participa, la UD desaparece para la “legalidad” de la burguesía, pero se conservaría en el corazón del Pueblo.

Aunque de esta dirigencia oportunista de la UD cabe esperar cualquier cosa –como lo demostró en el pasado aliándose con el Partido Nacional, pretendiendo derogar las prohibiciones para reelegirse indefinidamente como diputados o haciendo uso de las dispensas para la compra de autos de lujo--  no descartamos sin embargo, que por decisión de sus bases termine finalmente por tomar la decisión de retirarse del proceso electoral fraudulento; lo cual por supuesto será bien recibido por la Resistencia.

Pero lo que a estas alturas no puede hacer es evitar que su oportunismo haya quedado en evidencia, porque si algo ha aprendido a hacer el pueblo en Resistencia es a reconocer a los traidores y oportunistas de todo tipo.

Primero este Golpe de Estado desenmascaró a quienes desde el Estado oligárquico quisieron ocultarse tras ropajes democráticos y hasta clericales. Ahora por su propio peso se están desenmascarando los falsos que, sentándose a su izquierda y a su derecha, en algún momento pretendieron aparecer como apóstoles del Presidente Zelaya.

Tegucigalpa, M.D.C.  15 de noviembre de 2009

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