Por José Manuel Guardiola
Con una celeridad sorprendente el poder judicial realizó un juicio a compañeros que han participado en las actividades convocadas por el Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado y que fueron acusados entre otros por los delitos de sedición, terrorismo, robo y organizaciones ilícitas.
Sucede que en la marcha pacífica convocada el día miércoles 12 de agosto y que se dirigía hacia el centro de la ciudad de Tegucigalpa al solo llegar a las cercanías del Congreso Nacional se dieron actos violentos en contra de los manifestantes. Tal acción se desencadenó cuando el Vicepresidente de este poder del estado en forma desafiante y haciendo gestos en su contra-ante la presencia de los manifestantes- salió en forma desafiante del edificio del congreso hacia el lugar que ocupa el Banco Central. Al ser reconocidos por los manifestantes estos lo atacaron y dicho congresista fue protegido por algunos manifestantes y la policía que inmediatamente desató una cruel represión en contra de todos los que se manifestaban pacíficamente.
La cantidad de personas era tanta que la manifestación fue desarticulada cuando apenas las primeras personas llegaban al hemiciclo legislativo y fueron testigos del incidente con el congresista. La represión no se hizo esperar, ya estaba planificada ya que las bombas lacrimógenas salían de los techos de todos los edificios que están alrededor del parque Central, lo que significan que dicha actividad fue fríamente calculada.
Ante el ataque con dichas bombas por parte de la policía a los manifestantes no les quedó otra alternativa que intentar huir y refugiarse en donde podían. Pero como es lógica toda acción tiene una reacción y parte de los participantes repelieron dicho ataque, en desventaja evidente, ya que nunca se han previsto dichas situaciones.
Al final de dicha jornada fueron golpeados, heridos y detenidos muchos de los manifestantes. Ese día los recintos del Congreso Nacional se convirtieron en presiones para todos los manifestantes que fueron apresados y llevados a los reparos del edificio legislativo que se convirtió en prisión y aún cuando estaban afectados por los golpes y gases de los cuerpos represivos, el personal de la cruz roja no los podía auxiliar ante la negativa del personal militar y policial que estaba en dicho lugar.
Muchos compañeros luchadores fueron apresados ese día, al final de la jornada nos enteramos que a 24 manifestantes se les acusaba de los delitos de: sedición, robo, terrorismo y asociación ilícita. A estos compañeros con la celeridad impensable se les desarrollo un juicio a tal grado que se les hizo aguantar toda una noche en el desarrollo de las audiencias de alegatos de la fiscalía y la defensa como si no bastara los golpes y maltratos que ya habían padecido.
El día de ayer fue dada a conocer la sentencia de estos compañeros luchadores. De los 24 acusados a 18 se les dejo en libertad definitiva y a 6 de ellos se les dio medidas cautelares entre los que están los siguientes: Darwin Isaac Amaya, Mabel Carolina López, Nelson Gustavo Rivera, Justo Pastor Mondragón, Santos René Herrera, Milco Durán Céspedes. Sin duda que lo acontecido es un precedente funesto para el país ya que con la celeridad nunca antes vista se desarrollo dicho juicio. Para demostrar que la justicia no actua de forma imparcial se debe señalar que en ese mismo día fue salvajemente golpeado el diputado Marvin Ponce, el que resultó con serias fracturas y hasta el momento no se ha realizado ninguna investigación en contra de los responsables de tal acto. Como se explica que la justicia actua con una brillante celeridad en un caso y en otro no solo porque en el caso del diputado Ponce este ha manifestado su condena ante el Golpe de Estado y ese día participaba activamente en acciones en contra de dicha situación.
¡Abajo el gobierno espurio de Micheletti!
¡Para los asesinos ni olvido ni perdón!
¡Por una asamblea Nacional Constituyente obrero, campesino y popular!