Por Sebastián Ernesto Gonzáles

“La justicia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos”. La cita anterior es adjudicada al monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado en El Salvador en 1980, luego, la menciona el escritor Eduardo Galeano en uno de sus escritos, y, repetida en Honduras por el exembajador estadounidense (1990-1993) Cresencio S. Arcos. Esta cita de 11 palabras describe a la perfección de cómo se desempeña el Poder Judicial en nuestro país.

El sábado 17 de agosto fue detenido el Juez Marco Antonio Vallecillo, quien hasta en ese momento ocupaba el cargo de coordinador del circuito de Tribunales en Materia de Criminalidad Organizada, Medioambiente y Corrupción, acusado del delito de extorsión. Según un testigo protegido, el Juez Marco Vallecillo le estaba extorsionando pidiéndole tres millones de lempiras para excluirlo de un caso, además de la detención del juez también se detuvo a Nelson Omar Sierra Flores, amigo de Vallecillo y el abogado del testigo protegido, Reinaldo Leiva Suazo, anda prófugo. La detención se realizó en el acto en que recibían el dinero.

La detención del Juez Vallecillo evidencia nuevamente lo putrefacto del Poder Judicial, son muchos los casos en que se han señalado de corruptos a jueces que han dejado en libertad a acusados de la Fiscalía, la mafia que opera en este poder también tiene sus tentáculos en la Fiscalía y otras instituciones, solo es de recordar el caso de la Fiscal Francia Sofía Medina, detenida el 29 de noviembre del 2023 por sustraer más de 63 millones de lempiras del Banco Central de Honduras.

El imputado se ha declarado inocente y manifiesta “Me consideran un trofeo en esta supuesta lucha contra la criminalidad organizada”. El Mundo (19/08/2024)

Lo que más ha sorprendido en este caso de corrupción es la actitud mediática del cuarto poder, los periodistas, quienes muy rápido generaron el rumor de que el dinero era para el esposo de la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, a raíz de que el abogado constitucionalista, de afiliación Liberal, Juan Carlos Barrientos manifestara en medios de comunicación que “la transacción fraudulenta estaba destinado a una destacada funcionaria del poder judicial, una persona de amplia notoriedad”. https://icndigital.com/

El mismo Juez Vallecillo ha negado tales palabras de Juan Carlos Barrientos “No sé de donde han sacado y quién diablos ha propagado esa cuestión que dicen. En ningún momento supe que había dinero en ese lugar, y mucho menos, señores, que ese dinero era para el esposo de la presidenta. Dejen de difundir noticias que son falsas”.  El Libertador (19/08/2024)

El rumor difundido como una hoguera por los medios de comunicación, inmediatamente dio lugar a que se utilizara las llamadas de programas periodísticos en vivo para exigir la destitución de la abogada Raquel Obando como presidenta de la CSJ, pero, también han gastado mucho papel para hacer creer a la población que el Fiscal General, Johel Zelaya está involucrado en la trama.

CSJ: corrupción y especialización en crimen organizado

Sin duda alguna que, la elección de los 15 magistrados de la CSJ siempre ha estado empañado de componendas entre los grupos de poder, y, los partidos Nacional y Liberal, el caso más sonado fue cuando se eligió la CSJ en febrero del 2016, quedando como presidente de la misma Rolando Argueta, un abogado del departamento de Lempira e íntimo amigo de Juan Orlando Hernández.

Son innumerables los casos en que se favorecen políticos, empresarios, militares y extranjeros con resoluciones de jueces que contravienen el estamento jurídico, tal y como sucedió con la reelección ilegal de JOH, la venta del territorio nacional a través de las ZEDE, la destitución de los magistrados en el 2012, o la reelección ilegal de Oscar Chinchilla en el 2018 como Fiscal General.

La mejor prueba de la confabulación de jueces y fiscales con el crimen organizado es que, a pesar de todos los extraditados hacia USA, acusados de narcotráfico y otros delitos, acá en el país ni siquiera tenían una multa de tránsito.

La corrupción en la CSJ no es nueva, tal y como lo denunció el embajador Cresencio Arcos hace varias décadas, o como lo señaló el Poeta Roberto Sosa en uno de sus poemas “Entré en la Casa de la Justicia de mi país y comprobé que es un templo de encantadores de serpientes”.

La única forma de poner fin a la putrefacción que existe en la CSJ es convocando a la población a que, mediante el voto directo, pueda elegir a personas probas para ser parte de los 15 magistrados, al igual que los jueces deben pasar por un colador de pulcritud conformado por personas honorables del país y de larga trayectoria de lucha por la justicia social. Mientras la elección de la CSJ sea por los políticos y empresarios, seguirá destilando fétidos olores con serpientes que solo muerden a los de pies descalzos.

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