Por Ricardo Velásquez

Al hacer una caracterización del gobierno del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), inmediatamente se identifica que el botín fue repartido entre exdirigentes del Partido Liberal, familiares y amigos cercanos a la familia Zelaya, ex dirigentes de la UNAH, miembros de la Tendencia Revolucionaria (TR), dirigentes del magisterio, algunos sindicalistas, militares y un sector de la empresa privada.

Es muy importante aclarar que no toda la izquierda forma parte del gobierno de LIBRE, el sector más progresivo de lo que fue el Espacio Refundacional no es parte del gobierno, organizaciones como; Bandera Socialista (BS), Unión Revolucionaria del Pueblo (URP), Socialismo o Barbarie (SoB), Partido Socialista de los Trabajadores (PST), el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), o bien; Círculos Bolivarianos, mantienen su línea independiente de lucha con un accionar propio con ideología revolucionaria. Si bien es cierto, en el proceso electoral del 2021 se apoyó al Partido Libre para sacar del poder a la narcodictadura, no se comparten muchas de las acciones del actual gobierno, principalmente en las Secretarías de Estado donde sus autoridades permanentemente realizan acciones que ponen muy en duda las buenas intenciones que dice tener la presidenta Xiomara Castro, una de ellas es la de Educación, donde aparentemente todo es armonía.

El contubernio entre autoridades y dirigentes

El objetivo principal en las elecciones del 2021 fue sacar al Partido Nacional y toda su dirigencia corrupta del poder, esto generó esperanza en el pueblo y se sembró la idea de recuperar muchas de las conquistas desaparecidas, y de hecho, esa fue la promesa de la presidenta Xiomara Castro; devolver las conquistas.

Un error crucial de la presidenta, porque ella es la que nombra a los Secretarios de Estado, por más que la quieran eximir de culpa sus seguidores, es haber entregado un cheque en blanco con la Secretaría de Educación a la dirigencia de los colegios magisteriales. Si la presidenta Xiomara Castro no se da cuenta de la realidad en educación, entonces es culpable por ignorancia, si se da cuenta y no le importa, entonces, es culpable por omisión.

Primero, vale la pena reconocer algunas de las políticas que han devuelto sonrisas al magisterio; los dos aumentos otorgados al magisterio en el 2023 y 2024, los concursos docentes hechos en el 2022 y 2024, la derogación del Reglamento de la Ley Fundamental de Educación, completar la cantidad de maestros, un derecho cercenado por el gobierno anterior, entre otros logros.

Muy a pesar de estas medidas correctas, no significa que todo es color de rosas, la educación se encuentra en un estado de aletargamiento crónico, sin esperanza de poder levantar la cabeza, resulta que la educación no es solo aumento salarial y concursos para nombramientos de plazas, la educación es mucho más que eso, pero, principalmente; la formación que se les brinda a los estudiantes y que determinará el tipo de ciudadano en el futuro.

Entregar la Educación a una dirigencia parasitaria es dejar en evidencia la poca importancia que se le da a nuestra niñez y juventud. El malestar de los docentes es mucho, adormecido por Juntas Directivas Centrales que se han entregado totalmente a las autoridades en educación y a la misma política del gobierno impulsada a través del diputado Edgardo Casaña.

Alguien le hizo creer a la presidenta que la salvación de la educación consistía en permitir que se repartiera el pastel entre las dirigencias corruptas y, estas, han hecho un amorío insaciable con las Juntas Directivas Centrales de los colegios magisteriales. El lema es: se hace lo que nosotros queremos y se le ayuda a quien nosotros decimos.

Para el caso, la JDC del PRICPHMA y la del COPEMH no han sido reconocidas por la Dirección de Regulación, Registro y Seguimiento de Asociaciones Civiles (DIRRSAC), sin embargo, estas siguen participando de forma ilegal en las representaciones de los organismos competentes, también gozan del permiso para ausentarse de sus lugares de trabajo sin haber sido reconocidos.

Es curioso que, desde la página oficial de la Secretaría, se felicite al presidente del COPRUMH, Luis Ramírez, por haber obtenido una maestría, un mes después de que este denunciara venta de plazas en la Departamental de Francisco Morazán. Mientras que, la JDC del COPEMH felicita al Ministro Daniel Esponda por recibir el reconocimiento la Orden de Justo Sierra “Maestro América” en el grado de Gran Cruz. ¿Qué es eso?

El magisterio debe levantarse

Con toda esta realidad, queda en evidencia que la presidenta Xiomara Castro no le apostó a la educación, simplemente, se limitó a entregar un cheque en blanco a la dirigencia corrupta del magisterio.

La emancipación de la base inicia por botar con militancia tenaz a las dirigencias, estos no pueden seguir dirigiendo las organizaciones, mucho menos ser autoridades.

¿Quién tiene la última palabra? ¿la presidenta o la base del magisterio?

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