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Después del Paro Cívico Nacional:

Preparemos un primero de Mayo combativo.

Por Manuel Rivera.

El pasado 1 de febrero, en el primer encuentro obrero campesino y popular se aprobó el paro cívico nacional y el pliego de peticiones que consta de 12 puntos. Este primer encuentro sentó las bases para la unidad de acción entre las centrales obreras, el movimiento popular y el magisterio, permitiendo un clima de aceptación, agitación y sobre todo la lucha unitaria entre los sectores explotados por la burguesía hondureña. Este nuevo marco en particular, sirve para la reactivación de la Coordinadora Nacional de Residencia Popular (CNRP), de la que hacia varios meses, no se escuchaba absolutamente nada. Pero más importante aun, el Paro Cívico Nacional, vuelve a plantearnos nuevas tareas políticas y organizativas de cara al primero de mayo, fecha en la que la CNRP debe avanzar un tramo mas en su lucha contra el neoliberalismo, y arrancarle nuevas conquistas sociales al gobierno de Mel Zelaya.

 

 

Un gobierno desgastado.

El Paro Cívico Nacional se produce cuando los trabajadores están siendo embestidos por las medidas neoliberales, aumento desmedido de la canasta básica, los aumentos semanales de los combustibles, aumentos en los servicios que presta el Estado como; agua, luz, teléfono, etc. Como mencionaría el dirigente de la CUTH Israel Salinas: “las políticas neoliberales, acompañadas de medidas y ajustes económicos, privatizaciones de las entidades públicas y la desregulación de las leyes laborales, son amenazas permanentes a que hemos estado sometidos (…) pues los salarios que devengan los trabajadores apenas permiten comprar los alimentos esenciales para la sobrevivencia”. (La Tribuna 17/04/08) Asimismo, el gobierno esta lleno de escándalos de corrupción como en Hondutel, Enee, Salud, Cohdefor, Pani e Infop. Igualmente en este periodo se registra un incremento en la violencia, que según señalamientos del PNUD, este mes registra un promedio de 267 muertes violentas.

Además de estos factores, actualmente observamos la agudización de los pleitos internos dentro del partido liberal. Conflictos que persiguen repartirse las arcas del estado en el próximo periodo, así como el reacomodo de las fracciones burguesas dentro del Liberalismo, que buscan la parte del pastel que les toca, o les tocaría, si ganasen las próximas elecciones primarias. Sin duda alguna, quienes se van a aprovechar el incremento del presupuesto nacional para las elecciones, serán las fracciones de los dos partidos burgueses más importantes de Honduras, el partido Liberal y Nacional.

La candidatura a presidente por el partido liberal, se la van a disputar Roberto Micheletty (presidente del congreso) y Elvin Santos (vicepresidente del ejecutivo). El primero esta aglutinando a todas las facciones del partido liberal y es el mas fuerte aspirante para que sea candidato liberal en las elecciones generales, el segundo todavía busca el aval de la Corte Suprema de Justicia.

EL paro Cívico Nacional.

Previo a la jornada del 17 de abril, y como lo planteaban Juan Barahona y Rafael Alegría, las organizaciones protestaban: “porque los hondureños ya no soportamos el alto costo de vida y para exigirle al presidente que cumpla con sus promesas de campaña”. (EFE 17/04/08)

Las actividades comenzaron desde la mañana, se llevaron a cabo en La Ceiba, Potrerillos, Cortés, Tegucigalpa, Comayagua, Siguatepeque, El Paraíso, Danlí, Choluteca, La Entrada, Santa Rosa de Copán, Juticalpa, Santa Barbara, Tocoa, San Pedro Sula, El Progreso y Tela. Estas albergaron aproximadamente unas 50,000 personas en las 17 ciudades que mencionamos anteriormente, en donde se realizaron las actividades programadas por la CNRP. Esto, es sin lugar a dudas es un buen paso de cara a la reactivación de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular, que ahora encara de manera unitaria con las Centrales Obreras, las luchas en contra de las medidas neoliberales del gobierno de Mel Zelaya.

Desde nuestro punto de vista podemos notar que la convocatoria fue un éxito, la Coordinadora salio por fin del letargo. En esta ocasión había un solo emblema sobre la marcha y realmente hubo unidad de acción entre las organizaciones que salieron a las calles. Pero debemos estar claros, que este es solo el primer paso, ya que es necesario que la lucha unitaria se materialice para arrebatarle a la burguesía, las conquistas mas sentidas por la población hondureña, que objetivamente sería, que el gobierno cumpla con los doce puntos planteados para el Paro Cívico.

La respuesta del gobierno fue la represión.

Desde la madrugada del 17 de abril, previo a las movilizaciones programadas por el movimiento popular y las organizaciones obreras, el ejército y la policía se apostaron en los puntos importantes de las ciudades donde estaban programadas los tranques y marchas. Fue tan obvia la actitud represiva del gobierno, que los medios de comunicación anunciaban: “Más de 30 comandos militares habían sido vistos cercano a la Casa Presidencial, así como en el Anillo Periférico y otros sitios de la capital movilizando efectivos militares, mientras las fuerzas policiales hacían lo mismo.” (Proceso digital 17/04/08) Asimismo el Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos en Honduras (Cofadeh) calificó la movilización castrense como un: “despliegue impresionante de tropas del ejército” y afirmó que “el gobierno de Manuel Zelaya Rosales ha procedido a sitiar las principales ciudades del país, enviando un claro mensaje de intimidación a la ciudadanía y a las organizaciones obreras y magisteriales” (Ídem)

La militarización de las ciudades provoco un clima de zozobra, en el cual algunos dirigentes como Erasto Reyes, manifestaba que los reclamantes no generarían ningún tipo de violencia, pero: “eso no implica que si hay una represión fragante nos vamos a quedar de brazos cruzados” (La Tribuna 16/04/08)

Como era de esperarse, muchos tranques y movilizaciones esparcidas a lo largo del país, fueron reprimidas brutalmente con golpes y bombas lacrimógenas, lo que dejo muchos heridos y paralizo algunas movilizaciones programadas para el Paro Cívico. Cabe mencionar que en algunas ciudades como la Ceiba, los trabajadores armados de palos y piedras se enfrentaran valientemente contra la policía.

Las expectativas que genero el Paro Cívico Nacional, conjuntamente con la propaganda hecha por los medios de comunicación y las perspectivas al interior de La Coordinadora, fueron mancilladas, pues no se obtuvo respuesta a los 12 puntos, al contrario, el gobierno ofreció garrotes y gases lacrimógenos en casi todos los puntos que habían manifestaciones, en ningún momento hubo un asomo de dialogo por parte del presidente, que cobardemente mando a sus emisarios para que buscasen un arreglo con los delegados de La Coordinadora, los cuales se negaron a entablar un dialogo con los representantes de Mel Zelaya.

Las acciones del presidente contradictoriamente, desmienten su eslogan de “Poder Ciudadano”, ya que en los hechos, no obedece a los intereses de la mayoría de los ciudadanos hondureños, que son pobres, por el contrario, solo refleja los intereses de los empresarios hondureños y extranjeros, a los que nunca ha reprimido cuando le piden mejores condiciones macroeconómicas para hacer negocios.

Después del Paro Cívico, ¿que sigue?

Debemos señalar que las perspectivas de las futuras luchas del movimiento popular son ventajosas para las clases desprotegidas, siempre y cuando la dirigencia de la CNRP, logre mantener la unidad entre el movimiento obrero, el campesinado, empleados públicos y el movimiento popular. Claro esta, todavía no estamos ante jornadas como las de mayo del 56, pero las perspectivas se mantendrán, debido al debilitamiento del gobierno de Mel Zelaya, producto de la lucha interna del partido liberal por la candidatura presidencial.

Evidentemente, esta jornada nacional de lucha deja un mal sabor para el movimiento popular y los obreros, ya que, aunque es un logro cualitativo la alianza del movimiento popular y las organizaciones obreras, los objetivos que perseguíamos (12 puntos) no se pudieron materializar por la actitud represiva del Estado Hondureño.

Después de una extenuante jornada de golpes y gases, solo nos queda preparar las condiciones para las movilizaciones del 1 de Mayo, estas deben aspirar a; mantener la coordinación nacional conquistada hasta el día de hoy por la CNRP, mantener la alianza entre todos los sectores sociales que participaron en el Paro Cívico Nacional, incorporar a nuevas organizaciones sociales, y por supuesto, proseguir el camino hacia la conquista de los doce puntos planteados como meta por las organizaciones que marcharon e hicieron tranques el pasado 17 de Abril.

Este primero de mayo tiene que ser combativo, beligerante y aglutinador, que rescate la dignidad mancillada de los trabajadores que salieron el pasado 17 de abril, pero que siempre están en pie de lucha para defender los intereses de las clases desprotegidas.

Por la unidad del movimiento obrero, campesino y popular, debemos mantener la firmeza y la convicción, de que solo a través de la movilización de las masas, podremos recuperar las conquistas que la burguesía y sus gobiernos nos pretenden arrebatar.

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