Por Isyoli Mafú

El sistema de salud y educación pública han sido los más afectados en casi dos años de pandemia, como siempre, en un país gobernado por un grupo sin escrúpulos y sostenido con las armas, ser corrupto se vuelve un mérito que debe ser ovacionado por los adláteres. Los hondureños se ven abatidos cotidianamente por la corrupción imperante en estos sectores, en que cualquier necesidad se utiliza para asaltar el arca pública bajo pretexto de favorecer al pueblo. La impunidad es una estrella insigne con la que el Congreso Nacional, controlado por el narco partido Nacional, decora la frente de los delincuentes.

La última proeza realizada por los diputados fue la aprobación, el día jueves 7 de octubre, de reformas a leyes en que se aumenta la penalización a los campesinos por luchar por la tierra o quienes hagan protestas sociales, mientras, en contraste, extendieron un manto de protección a los funcionarios o diputados mencionados en casos de corrupción.

Es lamentable que, en un país tan lleno de riquezas como el nuestro, esté siendo exprimido y vendido para beneficio de la bolsa de los que los que son un tonel sin fondo. Un pueblo que luchó por muchos meses en las calles para revertir la situación política convulsionada en el 2009, sigue pagando el precio de tan cruenta derrota.

La corrupción en salud

A mejor vida pasó el escándalo de los hospitales móviles y las compras sobre valoradas de insumos para atender la crisis de emergencia desatada por el COVID-19. Sin duda alguna que, el chivo expiatorio será Marco Bográn al igual que en el escándalo en el IHSS lo fue Mario Zelaya, mientras los principales artífices de esas redes de corrupción se mantendrán con la etiqueta de magos para fabricar dinero y nunca los veremos tras las rejas.

Ahora, una vez más las denuncias salpican a la muy cuestionada ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, al respecto, leemos lo siguiente: “…el Consejo Nacional Anticorrupción, presentó hoy ante la Unidad Fiscal Contra las Redes de Corrupción (UFERCO) del Ministerio Público (MP) una nueva denuncia en la que identifica una red de corrupción constituida desde las más altas esferas de la Secretaría de Estado en los Despachos de Salud (SESAL).

Dicho grupo ha venido operando sin escrúpulos entre los años 2020 y 2021 mediante el otorgamiento de contratos, plazas y aumentos desproporcionados de salario en favor de familiares y sujetos cercanos claves en cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad.” El Libertador (11/10/2021).

Del régimen que nos desgobierna se puede esperar cualquier cosa en cuanto a saqueo e impunidad, de ahí que la única forma por pararlo es con movilización popular, es inadmisible que mientras su principal referente, Juan Orlando Hernández, goza de los mayores porcentajes de rechazo del pueblo hondureño, y, el candidato oficialista; Nazry Asfura, va en descenso según nos vamos acercando al proceso electoral de noviembre.

La forma en que el régimen ha sacado provecho de la crisis sanitaria es oprobiosa, asquerosa e inhumana, tienen el sistema de salud de cabeza y siguen enriqueciéndose con el dolor del pueblo.

El retroceso en educación

El sector educativo ha retrocedido enormemente durante esta crisis en que nunca se logró dar una salida eficiente a los docentes y educandos, la incapacidad de las autoridades se manifiesta al plantear y exigir salidas cosméticas para que aprueben los alumnos el año escolar, una extensión de medidas que se venía arrastrando desde el 2012 con la aplicación de oficios ministeriales tendientes a cumplir con las metas EFA (Todos Podemos Aprender) con cero reprobación y cero deserción, estadísticas exigidas por los organismos cooperantes externos.

Los docentes tienen un gran reto por delante, independientemente de lo que suceda el 28 de noviembre, se debe iniciar un replanteamiento de las aspiraciones en el sector educativo, la calidad educativa debe convertirse en prioridad para lograr que el alumnado alcance las competencias mínimas de aprendizaje.

La lucha del 2019 en defensa de la educación y la salud pública debe servir de motivación y de repaso para preparar nuevamente una plataforma que unifique alrededor de un objetivo común; salud y educación de calidad.

La impunidad con la que se está cubriendo el narco gobierno debe ser desnudada por el ímpetu del anhelo libertario del pueblo, los delincuentes deben ir a la cárcel mientras los científicos y revolucionarios son los que deben conducir la salud y la educación pública.

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