Por Sebastián Ernesto González

Tal y como lo había anunciado oficialmente el Partido Libertad y Refundación (Libre), el día lunes 3 de octubre se realizaron plantones en diversas casetas de peaje del país. Oficialmente el Partido Libre, a través de su coordinador general, Manuel Zelaya, comunicó “vamos a luchar contra el desvergonzado cobro de la energía y por el uso de las carreteras nacionales como nuestra firme decisión de rechazo a la trampa del fraude y la entrega del país”.  

Actualmente, el gobierno de Juan Orlando prácticamente ha privatizado el servicio de la energía eléctrica, específicamente al consorcio Empresa Energía de Honduras (Eléctricas de Medellín y Unión Eléctrica de capital colombiano y la empresa hondureña Enterprice Consulting S.A.), a las que se les adjudicó el sistema de distribución. Desde muchos años anteriores ya se había privatizado el sistema de cobros y el sistema de generación con plantas térmicas.

Esta privatización del servicio de energía eléctrica trae consigo el cobro de un depósito equivalente al promedio de consumo de dos meses de cada abonado y la venta de electricidad prepago; con esto estarían siendo afectados centenares de familias a quienes por negligencia de la casi desaparecida Enee, se les ha acumulado muchos miles de lempiras en deuda acumulada, que van en aumento cada mes que pasa, mientras las grandes empresas que adeudan millones siguen siendo favorecidas por las concesiones hechas por el gobierno.

Ante el llamado de Libre a movilizarse, el gobierno, a través de Julián Pacheco amenazó: "Nos comprometemos a mantener el orden público y no permitir que los grupos anárquicos trastornen la tranquilidad de los hondureños y extranjeros. Las personas que infrinjan las normas serán puestas a la orden de la autoridad competente”.  

La amenaza no amedrentó a los hondureños, que decidieron apoyar la toma y desde muy temprano se hicieron presentes a las casetas de peaje, las que fueron reprimidas sin dar lugar a que estas fueran alimentadas con la afluencia de protestantes según pasaran los minutos. En la caseta de peaje salida a Puerto Cortes, donde se encontraba el coordinador de Libre, Manuel Zelaya, lanzaron bombas lacrimógenas para disolver la protesta; lo mismo hicieron en las demás casetas donde también se hicieron presentes algunos diputados de Libre. En la caseta de Zambrano, carretera que conduce de Tegucigalpa al norte del país, un auto de la empresa encargada del cobro del peaje fue quemado, motivo suficiente que sirvió para que ilegalmente, la policía detuviera a varios jóvenes que se habían movilizado a dicha zona.

Una vez más, el régimen de JOH mostró sus colmillos y no da respiro alguno a los sectores que pretenden movilizarse. Sin embargo, también es evidente que la tan mencionada oposición a JOH no da muestras de querer movilizar de forma unificada.

Partidos Anticorrupción y Liberal siguen manteniéndose al margen de las movilizaciones

En esta ocasión, es evidente que la actividad fue netamente convocada por el Partido Libre, quedándose al margen el Pac y el PL. Se sigue observando que, de parte de los 3 partidos que sacaron mayor votación en las elecciones de noviembre del 2013, no hay unidad para enfrentar y detener a JOH en su ambición continuista.

El día viernes 7 de octubre, en una de las casetas de peaje del norte del país se informó que espontáneamente muchos conductores decidieron no pagar el peaje, motivados por manifestantes de la zona que realizaban un plantón llamando al no pago por circular en la carretera. Esta acción deja una evidencia clara del malestar de los hondureños por el cobro inmisericorde de muchos de los servicios públicos, siendo uno de ellos el uso de las carreteras, que están siendo concesionadas a empresas extranjeras y hondureñas que cobran el paso vehicular sin haber construido un tan solo metro de calle.

Si las dirigencias de los partidos LIBRE, PAC y Liberal siguen sin movilizar contra el ataque al bolsillo de los hondureños, contra los altos casos de corrupción que ya casi quedan en el olvido y contra el continuismo de JOH. Prácticamente ya tenemos 4 años más de gobierno de Juan Orlando Hernández.

La gran crisis económica que abate a las familias hondureñas tarde o temprano, con el apoyo del trabajo paciente de la izquierda revolucionaria, logrará que aparezcan dirigentes capaces de movilizar esta gran lucha que cada día parece volverse titánica. Por lo pronto el pueblo sigue creyendo en la unidad de la oposición y en la movilización como su arma de lucha.

¡No al continuismo de JOH!

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