Por Máximo Luján

En la edición anterior de El Socialista Centroamericano, se alertó a la población hondureña sobre la verdadera intención de Juan Orlando Hernández y sus partidarios al impulsar un nuevo órgano Policial denominado Policía Militar de Orden Público. El tema ha sido altamente politizado por el gobierno y el candidato oficialista, quien mantiene una guerra mediática para vender la idea de que este cuerpo policial será la panacea que acabe con los males provocados por la delincuencia.

Pasos de animal grande

A escasos días para que se den las elecciones generales, el ambiente dentro del oficialismo es de intranquilidad e impaciencia; de manera apresurada han emitido decretos amañados en los últimos meses con el propósito de amarrar un posible gane, o en caso contrario, ubicar a las personas de su entera confianza en los cargos claves para manejarlos a su antojo, como ocurre actualmente en el Congreso Nacional, Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Supremo Electoral. En esta semana, se promovió la iniciativa del candidato presidencial Juan Orlando Hernández, de reformar la ley para elevar a nivel constitucional la creación de la Policía Militar.

El propósito del candidato Nacionalista es que la ley no se derogue en el momento que llegue a perder las elecciones. Con esto Juan Orlando pone en duda su triunfo o se prepara para una posible reacción de las masas ante un eventual fraude que lo lleve a la silla presidencial. Este temor es confirmado por el presidente de la Comisión Especial de Seguridad del Congreso Nacional Mario Pérez, cercano colaborador del candidato, quien sostiene que la reforma “debe ejecutarse antes de las elecciones por cualquier cosa que pueda pasar ese día. Es mejor ya tener aprobado esto, tener esa coraza, ese blindaje sobre esta policía, no dejar ahí ninguna rendija para que puedan vía recurso de inconstitucionalidad poder derogar el decreto que le dio vida a la misma” (La Prensa, 7/11/2013).

Ley pretende legitimar la represión

La reforma constitucional que se pretende aprobar en un santiamén y que garantice la existencia permanente de la Policía Militar de Orden Público (PMOP) son los artículos 272 y 274, cuyo contenido incorpora en el texto que “la Policía Militar de Orden Público es una unidad más de las Fuerzas Armadas y que por tanto está dedicada a las tareas de contribuir con la Policía Nacional en las tareas de combatir el terrorismo, tráfico de armas, el crimen organizado, así como en la protección de los poderes del Estado y el Tribunal de Elecciones, a pedimentos de éstos, en su instalación y funcionamiento y de mantener el orden público y la seguridad de los ciudadanos” (La Tribuna, 7/11/2013).

Considerando el funcionamiento del Poder Legislativo en el transcurso de este gobierno, se espera que la reforma se apruebe en estos días y con esto el Congreso Nacional violente nuevamente la Constitución de la República para satisfacer los caprichos de Juan Orlando Hernández. La reforma es clara y no oculta la intención por la cual ha sido creada. El propósito es que exista un aparato represor que esté regido por una figura dictatorial que tenga poder de decisión sobre ellos y que ninguna otra entidad u órgano de gobierno como la Corte Suprema, Ministerio Público, organizaciones particulares y privadas, organizaciones internacionales y de derechos humanos, pueda intervenir y demandar al órgano policial ante cualquier atropello que éstos cometan contra el pueblo; en otras palabras, dotarles de inmunidad cuando les toque apalear y reprimir a las masas cuando estas se alteren por cualquier medida arbitraria del gobierno que dañe sus intereses. La ley pretende además acabar con los decretos temporales de militarización de zonas en conflicto (Bajo Aguán, Río Blanco) y contar con una policía permanente que reprima y resguarde todos los bienes de la burguesía nacional y extranjera.

Ante tales circunstancias, El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), desenmascara las intenciones de Juan Orlando Hernández y alerta al pueblo hondureño a no caer en la trampa impuesta por el candidato presidencial. La intención es aprovecharse de un problema tan sensible como la violencia y ganar las elecciones para luego concretar sus planes maquiavélicos. Solo la unidad y la lucha permanente de todos los trabajadores frenarán las intenciones nefastas de Juan Orlando Hernández y de todos aquellos políticos que pretenden llevar al país al descalabro total.

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