“La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura.”

Vicente Espinel

Por Omar Federico Fonseca

El Espacio Refundacional, espacio compuesto por una variedad de organizaciones políticas y sociales, surgió como una respuesta ante el desvío electoral y el debilitamiento de los organismos democráticos del FNRP producto de la imposición arbitraria de la política de Zelaya y de la dirección oportunista y claudicadora, que por cierto, dejo a un lado los objetivos estratégicos de la población en resistencia para adentrarse a la institucionalidad “democrática” del Estado burgués y semicolonial de Honduras. 

Para ese momento, una diversidad de organizaciones, entre ellas el PSOCA, establecimos la más amplia unidad de acción para emprender una lucha interna contra las corrientes lideradas por el Ex Presidente Zelaya, que ya meses atrás habían conducido a la población en resistencia  a una derrota pacifica  producto de los acuerdos y las negociaciones pactados con los golpistas y a espaldas de las masas.

Durante este proceso, el Espacio Refundacional realizó una pelea en desigual condiciones, ya que los sectores sindicales plegados al zelayismo, así como las corrientes lideradas por el Coordinador General estaban al frente de los organismos de dirección e impusieron de forma deshonesta y en algunos casos arbitrariamente a personas que respaldarían sus posiciones políticas sin cuestionamiento alguno. De esa manera lograron ser mayoría e imponerse sin oposición alguna, más la que realizada por el Espacio refundacional.

Un giro en la política: la resistencia de varios sectores

La llegada de Manuel Zelaya Rosales al país, en mayo de 2011 marcó un giro en la política de varias organizaciones que venían militando al interior del Espacio Refundacional, y que su presencia contribuía a la unidad y a realizar un contrapeso importante con las pretensiones de la cúpula del FNRP y las corrientes burguesas lideradas por Zelaya.

No obstante, ante el furor electoral empezaron a marcar distancia y a vincularse a la nueva fuerza política propuesta por Zelaya. De esa manera, percibimos un distanciamiento de Artistas en Resistencia (AER) OFRANEH, Will Paz –dirigente gremial del Bajo Aguán- entre otros.

El encuentro con Zelaya: los primeros acercamientos

Sin duda alguna, el Espacio refundacional jugaba un papel muy importante al interior del FNRP, no era casual que Zelaya junto a sus más fieles colaboradores, entre ellos Ricardo Salgado, pretendieran acercarse al Espacio e imponer su voluntad a partir de la seducción electoral.

En ese marco, varios de los dirigentes más destacados se auto propusieron como enlaces, precisamente para realizar la tarea de acercamiento, no obstante, la crítica se hizo sentir y se realizaron las correcciones del caso. Pero siempre se hizo sentir, por varios sectores, entre los que se destaca el Movimiento Nueva Democracia,  la necesidad de emprender un acercamiento con el Coordinador General.

 Aunque había un consenso establecido sobre la posición de las mayorías de organizaciones del Espacio, en cuanto a la desnaturalización del FNRP y a la participación electoral, en algunos casos se irrespetaron los acuerdos y se modificó la línea previamente establecida.  No era casual, algunos compañeros, aunque no lo manifestaban de forma franca ya abierta deseaban entrar al proceso electoral bajo la lógica de los golpistas y los mecanismos establecidos por la institucionalidad del régimen continuador del golpe de Estado.

No es nada común, que como Espacio Refundacional no hayamos logrado consensuar una política electoral revolucionaria, precisamente porque afloran varias contradicciones, sobre todo porque algunas organizaciones, como el Movimiento  Nueva Democracia conducía un proceso de negociación con LIBRE, a pesar de manifestar lo contrario y de no haberlo dicho a través de un planteamiento por escrito. Decimos lo anterior porque algunos de sus miembros son militantes de LIBRE, quienes lo anuncia sin trastabillar su incorporación y al proyecto política de Zelaya.

Cuestionamos lo anterior, precisamente porque consideramos que esta actitud no contribuye a la unidad y al fortalecimiento del Espacio refundacional, al contrario lo debilita y aflora posiciones políticas contrarias. No cuestionamos la libertad de las personas y de lo movimientos sociales de establecer sus propias políticas, sino la falta de transparencia y centralismo democrático.

El argumento que los miembros podrán hacer cualquier cosa y que la organización política tendrá una posición contraria, es fragmentar la práctica política y hacer de la moral revolucionaria algo relativo. Bajo esa perspectiva, cualquier militante, como sujeto e individuo podrá hacer cualquier cosa, militar y ostentar cargos en un partido burgués y ejercer como funcionario del Estado burgués. Esta bifurcación en la moral y la práctica política es la manera más burda de justificar el oportunismo político.

Si somos fieles a la tradición marxista sabemos que  “Un revolucionario se forma en un clima de crítica a todo lo existente, incluida su propia organización. Sólo se puede lograr una firme disciplina por medio de la confianza consciente en la dirección. Para ganarse esta confianza son necesarias una política correcta y también una actitud honesta frente a los propios errores”. ...“un régimen partidario democrático conducirá a la formación de un endurecido y unificado ejército de luchadores proletarios sólo si nuestras organizaciones, apoyándose en los firmes principios del marxismo, están dispuestos a combatir irreconciliablemente, aunque con métodos democráticos, toda influencia oportunista, centrista y aventurera”[1]

Los socialistas centroamericanos no fomentamos el apoliticismo

 Los socialistas centroamericanos no fomentamos el apoliticismo político, al contrario, igual que Lenin hemos manifestado que la lucha debe de realizarse en todo terreno, y si la participación electoral contribuye en elevar el nivel de conciencia de la masas realizando una experiencia electoral los socialistas revolucionarios estamos en la obligación de participar.

Lenin nos enseño utilizar las elecciones para educar a las masas en la idea de la ruptura del sistema capitalista y para organizarla para la guerra civil por la nueva democracia popular, por la conquista de la dictadura democrático-popular. Para hacer la revolución y no para cohabitar con las clases explotadoras, en el seno del sistema económico imperante y del sistema de Estado y del sistema de gobierno. Pero, más que todo eso Lenin marco claramente la actitud comunista ante las elecciones burguesas.

Mientras que la burguesía y sus lacayos, políticos y profesores asalariados, se desgañita por convencer a la gente de lo “bueno” de las elecciones libre en la condiciones del régimen oligárquico o democrático burgués, como la esencia última del proceso de cambio democrático. Lenin ha remarcado reiterativamente su posición, que es la de los comunistas (marxistas-leninistas), sobre eso.

Él  señalo: “El sufragio universal es la dictadura de la burguesía”. Y así es en efecto, en manos de la burguesía y de los terratenientes están los medios de comunicación de masas, las escuelas y la Universidades, las Iglesias; en sus manos tiene el control de la maquinaria estatal; por medio de los fondos públicos financia la campaña electoral y a los mismos grandes partidos burgueses; hablar de las elecciones, en condiciones de la actual sociedad y del actual estado, es remitirse  a toda esa gigantesca operación de manipulación de la opinión pública mirante a dar la ilusión que la política del gobierno de turno emana de la voluntad popular.

Cuando en realidad, dicha “voluntad” es el resultado de la manipulación y la propaganda, el lavado de cerebro y el clientelismo más vulgar y desvergonzado, y, cuando ello amenaza quebrarse en la conciencia de las masas trabajadoras entonces recurren a la violencia y a la represión. Exactamente, eso es lo que ha señalado Lenin cuando hace referencia a que las elecciones, bajo un capitalismo burocrático, como el nuestro, es la dictadura del capital.

Por eso, lapidariamente señala Lenin que, “sólo bellacos y tontos pueden creer que primero debemos ganar la mayoría en elecciones celebradas bajo el yugo de la burguesía, bajo el yugo de la esclavitud asalariada, y sólo entonces, ganar el poder. Esto es el colmo de la estupidez o de la hipocresía, es sustituir la lucha de clases y la revolución votando bajo el antiguo régimen, bajo el viejo orden”.

Si bien es cierto, en las elecciones generales de noviembre de 2009, y por cierto, fuimos los primeros, llamamos a no votar, sobre todo porque las elecciones se realizarán en el marco de la violación profunda de los derechos humanos, y en el marco del quebrantamiento del orden constitucional. Pero esa no era la única razón, las elecciones generales perseguían el propósito de blanquear el golpe de Estado y legitimarlo, y porque la lucha pasaba por la movilización y derrocamiento del gobierno espurio de Micheletti.

Sin embargo, tras la constitución del régimen de Porfirio Lobo llamamos a la no participación electoral del FNRP sin garantizar las condiciones democráticas mínimas de participación, mismas que hasta el día de hoy no se han garantizado, pese a que el Tribunal Supremo Electoral ha aceptado la inscripción de varias organizaciones políticas, entre ellos el partido Libertad y Refundación (LIBRE).

Una vez que se instaló el escenario electoral llamamos a la participación del Movimiento obrero y sindical desde la inscripción Candidaturas Independientes. Fueron los cambios y transformaciones en la realidad, por cierto aceleradas por la traición política de Zelaya y de los sectores que le representan, lo que nos llevó a levantar la propuesta de las  candidaturas independientes.

El problema no son las elecciones, sino con que política y con qué programa vamos a las elecciones, que tipo de gobierno proponemos, quienes lo deben encabezar, como cambiar la situación de pobreza y violencia en Honduras, etc. Por eso, en diversas ocasiones exhortamos a nuestros hermanos del Espacio Refundacional a cerrar filas en la defensa del proyecto original del FNRP, como un proyecto popular y de izquierda.

Seguimos creyendo que se deben impulsar candidaturas independientes, llevando como candidatos a los dirigentes más destacados en las luchas, electos democráticamente en procesos en donde las bases discutan y decidan. Hemos dejado claro, que no nos oponemos a librar la batalla en el terreno electoral, pero para ello se requiere discutir programas, políticas, y formas de elección de los candidatos.

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[1] León Trotsky. “El régimen partidario”, 17 de agosto de 1933.

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