Por Carlos Alberto Funes
Antes de que se aprobara el Estatuto del Docente en 1998, existían profesores que laboraban en educación primaria y que tenían título universitario en grado de licenciatura (en alguna área específica de la educación). También había quienes tenían título universitario en grado de bachiller. En aquel momento, se llegó al consenso entre la dirigencia del gremio y el gobierno de turno, en el sentido de reconocer el título universitario para estimular la carrera docente a nivel superior, pagando la calificación académica, independientemente de que se laborara en el nivel primario o medio.
Trabajando y estudiando duro
Antes de la aprobación del Estatuto, los únicos que laboraban en dos instituciones diferentes eran los docentes de primaria. Los que obtuvieron un título universitario, por ende lograron una jornada más en educación media. En ese entonces, eran muy pocos los que se encontraban en esta situación. En el Estatuto se contempló que los que ya tenían el título de bachiller universitario se les reconocería el 69 % de la calificación académica y que una vez que obtuvieran el grado de licenciatura se les equiparía el aumento.
En ese mismo tiempo, se comenzaron a abrir en las zonas más alejadas de las ciudades y en donde no existían institutos de Educación Media, los famosos Centros Básicos; que son centros de enseñanza de Educación Media y donde solo laboran 4 docentes. Entre ellos se distribuyen todas las clases que contempla la carga curricular. Esta medida en el fondo va en detrimento de la calidad educativa.
No obstante, este recargo de trabajo era una medida para darle salida académica a los jóvenes que vivían en zonas muy alejadas de los centros urbanos. Se miraba como una medida correcta. En ese momento, la Universidad Pedagógica Nacional inició una carrera nueva orientada en Educación Básica (de 1° a 6° grado), de hecho la primera promoción solo eran maestros que laboraban en primaria y que ameritaban la beca para poder realizar esos estudios, además de que debían cumplir el requisito de no estudiar alguna carrera en el grado de licenciatura. La UPN llegó a un acuerdo con el gobierno y la dirigencia de que estos docentes también tendrían derecho a la calificación académica. Que en primera instancia obtienen el grado de bachiller y luego el grado de licenciatura.
Negocio en la UPN y degeneración del programa de Educación Básica
Lo que en sus inicios se vio como la oportunidad de preparar a los docentes de primaria, para que mejoraran la calidad educativa en los grados de 1° a 6°, rápidamente se volvió en la gallina de los huevos de oro de la UPN, y una gran oportunidad de los docentes para obtener el aumento de la calificación académica. Este programa que inició con docentes que laboraban en forma de becados, rápidamente pasó a ser privatizado por la misma UPN, donde los docentes que estudian esta carrera pagan el costo de la misma.
La mayoría de los que se matriculan en esta carrera son aquellos que no se consideran con capacidad para emprender los estudios en un área específica de la educación, además que el programa está contemplado para terminarlo en 4 años para alguien que estudie normalmente, cumpla este docente con las competencias mínimas o no las cumpla. Otro gancho que también ofrecía la UPN para los aspirantes a esta carrera, era hacerles creer que podían aspirar a trabajar en un Centro Básico: otro factor que va en detrimento de la calidad de la educación.
Es así que la UPN comenzó a egresar grandes cantidades de docentes con esta licenciatura, y el Estado también se encontró ante la situación de que por cada graduación de la UPN inmediatamente eroga enormes cantidades de dinero. Esto no es culpa de los docentes graduados, porque igual tienen derecho según la ley, sino del sistema educativo de mala calidad.
Los políticos y las dirigencias también degeneraron el programa
Lo que inicialmente comenzó con buen propósito fue degenerando poco a poco por las partes involucradas: La UPN comenzó a aceptar a cualquier persona que tuviera título del nivel medio y mientras el propio maestro financiara la carrera, no había ningún problema.
Los políticos comenzaron a abrir Centros Básicos por todos los rincones del país, aun si a la par funcionaba un Instituto de secundaria. Estos proliferaron en las ciudades al grado tal que los institutos han bajado la matrícula. Esta saturación es otro factor que baja la calidad educativa.
Existe el caso de la esposa de un dirigente que no es maestra de primaria. Sin embargo, ella estudió Educación Básica y con este título el marido-dirigente le consiguió plaza en una escuela de primaria, cuando la Ley no lo permite. De estos casos abundan, principalmente en aquellos lugares donde a un maestro titulado no le gusta ir a trabajar. En algunos casos se justifica, pero no en las zonas urbanas donde la demanda por una plaza es enorme, con exceso de docentes que cumplen con los requisitos.
El censo del 2006: un acuerdo entre Manuel Zelaya y el magisterio
En la lucha del 2006, el magisterio logró un acuerdo con el gobierno y uno de los puntos era levantar un censo al año siguiente (2007) que sirviera para ubicar a todo el personal docente y encontrar a maestros paracaidistas o fantasmas. Ya en ese momento, estando Marlon Brevé como Ministro de Educación, se corrió el rumor de que a los docentes con jornada exclusiva (54 horas clase) o con jornada plena (72 horas clase) no se les debía pagar la calificación académica, tal y como se venía haciendo, y que solo se debía pagar por una jornada completa (36 horas clase). Lo único que evitó que dicha amenaza se concretara fue el propósito de Manuel Zelaya de consolidar una base social que lo respaldara.
Los herederos del Golpe de Estado siguen aniquilando al magisterio
En el 2010 el Tribunal Superior de Cuentas (TSC) hizo reparos injustificados a más de 17,000 docentes por el pago de la calificación académica y se hicieron interminables listas que se publicaron en los diarios del país. Con la ayuda de la dirigencia y de los abogados del FNRP se respondió a dichos reparos sin obtener hasta el momento una resolución definitiva de parte del TSC. Y mientras tanto, como debía ser, se continuó pagando tal conquista laboral, como se venía haciendo desde 1998.
El 21 de octubre del 2011 el Congreso Nacional liderado por Juan Orlando Hernández y con la venia del Poder Ejecutivo aprobó el Acuerdo Ejecutivo 032-2011, N° 1634 y que apareció publicado en La Gaceta el 25 de octubre del mismo año. En el mismo, en lo que se refiere a la Calificación Académica se dice que “…este beneficio se pagará para una sola plaza cuando el Docente tenga más de una Plaza de 36 horas…”.
Con esta Ley, que esta siendo aplicada retroactivamente, queda reducida a la mitad una conquista salarial que los docentes obtuvieron desde la entrada en vigencia del Estatuto del Docente, en 1998. Es así como, el ex ministro Alejandro Ventura envió una circular al Escalafón del magisterio para que a partir de marzo se suspenda la Calificación Académica a todos aquellos que laboran en más de 36 horas y que solo se pague por 36 horas. Un docente con 72 horas clase estaría recibiendo 3200 Lps (165.8 $) menos en su salario mensual.
También en dicho Acuerdo se prohíbe la división de estructuras que le permite a muchos docentes ser nombrados en propiedad, y esto ha traído consecuencias terribles tanto para los docentes que no reciben pago desde los años 2010, 2011 y lo que va del 2012, como para los alumnos que no reciben clases por que no hay maestros nombrados.
La unidad y la lucha para recuperar lo que se ha perdido
Después de 2 años de abuso y represión de parte del régimen Lobo-Hernández a través de su ex Ministro Alejandro Ventura, la dirigencia del magisterio ha sido llamada a dialogar por el nuevo Ministro de Educación, Marlon Escoto, la instalación de la mesa de diálogo será el lunes 05 de marzo. Sin duda alguna que la dirigencia lo primero que exigirá es la derogación de todos esos oficios lesivos para el magisterio, si el nuevo ministro no acepta tal exigencia solo queda la lucha frontal con el régimen.
Ya ha pasado un mes del presente año lectivo, y es sumamente vital la organización de las bases, de los padres, madres de familia y alumnado en general. Ese mismo día la FOMH del departamento de Cortés ha llamado a asamblea con movilización en la ciudad de San Pedro Sula, han pedido llevar cacerolas para evidenciar el hambre permanente que se está viviendo en el gremio.
¿Por qué la dirigencia no convoca a movilización nacional?
Aunque sigue en vigencia el Decreto de Emergencia aprobado en marzo del 2011 y que permitió la suspensión de 303 maestros, este no es impedimento para que se llame a asambleas departamentales con movilización general en los 18 departamentos, claro que es prudente esperar la reunión del lunes, todo dependerá de la política con la que llega el nuevo Ministro, que ha nuestro parecer, solo será para paliar la represión desatada con saña por Lobo-Hernández en contra del magisterio.
La nueva lucha debe ser unificada para recuperar lo perdido, el magisterio es capaz de lograrlo si se encuentra unido. Ya no podemos esperar el apoyo de las dirigencias de las Centrales Obreras, estas ya demostraron la traición al magisterio tal y como lo hicieron con el STENEE en 1990. Pero si llamamos a las bases sindicales que se sumen a la lucha en sus zonas respectivas, que se avoquen a las instituciones educativas a brindar todo su apoyo. Lo mismo pensamos de la dirigencia del FNRP, quienes consideran que esa gran “resistencia” se desmovilizó solita desde antes de la firma del Acuerdo de Cartagena, ellos no movilizarán pero las bases de la resistencia si se pueden sumar a una nueva lucha del magisterio, por la recuperación de las conquistas perdidas y por la defensa de la Educación Pública, abolida con la aprobación de la Nueva Ley Fundamental de Educación.