reunioncita

Por Maximiliano Fuentes

Recientemente el gobernante venezolano Hugo Chávez Frías se reunió en la ciudad de Cartagena de Indias, en la república de Colombia, con el representante del gobierno ilegitimo de Honduras el Sr. Porfirio Lobo Sosa y el Presidente colombiano José Manuel Santos como mediador del encuentro. Resulta evidente inferir que en dicha reunión se plantearon acuerdos importantes, entre los que destaca que “..Colombia y Venezuela trabajarán en un documento que sirva de base para lograr el regreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA) durante la 41 Asamblea General, a celebrarse en junio en San Salvador, El Salvador.” (El Heraldo 11/04/2011)

En otras palabras, el comandante y máximo representante de la revolución bolivariana abogará por la incorporación del Estado de Honduras a la OEA, con ello no solo traicionará a un pueblo que ha entregado a algunos de sus hijos en la lucha por el restablecimiento del orden democrático y la construcción de una sociedad que se sustente en valores democráticos, equitativos y participativos sino que contribuirá a blanquear el golpe de Estado perpetuado por fuerzas militares el 28 de junio de 2009 y con ello le lavará el rostro a los golpistas y cercenadores de la vida.

En otros momentos, sobre todo para aquellos que enarbolaron las banderas del chavismo y que vieron en la revolución bolivariana una alternativa para los pueblos de América Latina este encuentro resultaría inaudito y poco probable. Para los meses que la frágil democracia hondureña fue atropellada por las fuerzas militares no pasaba por la mente de los simpatizantes de Zelaya y del mismo Chávez semejante encuentro. ¿Pero que aspectos de la realidad han cambiado para aceptar dicha reunión?

Evidentemente, el régimen de Porfirio Lobo no se ha modificado, al contrario ha mostrado su verdadera naturaleza. Sino recordemos las recientes luchas del magisterio que fueron fuertemente reprimidas y violentadas por el terror del Estado que ha dejado como saldo al menos dos muertos, centenares de heridos, despidos y hostigamiento contra dirigentes gremiales y sindicales. El gobierno de Lobo sigue irrespetando y violentando los derechos humanos y constitucionales, es más, su gestión se ha caracterizado por arremeter fuertemente contra las conquistas sociales y sindicales, por tanto no se puede argumentar que el gobierno ha cumplido casi en su totalidad las exigencias de la comunidad internacional.

Lo primero, nos parece que una de las intenciones de Porfirio Lobo es lograr un acuerdo con UNASUR y los países del grupo de Río, bajo la iniciativa de alcanzar la aceptación a la OEA. A pesar de casi año y medio de su gestión, el gobernante nacionalista no ha logrado la incorporación del Estado de Honduras a la OEA, razón que no le ha permitido ser aceptado por la comunidad internacional y accesar a distintos fondos o proyectos de desarrollo.

A todas luces el gobierno ilegitimo de Porfirio Lobo ha tratado de abogar por todos sus medios por el reconocimiento del Estado de Honduras a los organismos supranacionales, pero ante la intransigencia de la derecha de no permitir el retorno de Zelaya al país sin ser perseguido por los tribunales de justicia y su política de mano dura contra los sectores populares no le ha permitido obtener la credibilidad suficiente.

El problema del alza de los combustibles

Evidentemente el alza constante de los combustibles por la subida de precios del barril a nivel internacional ha empezado a ejercer una enorme presión entre la cúpula empresarial y el gobierno. La arremetida de los precios durante las últimas semanas ha empezado a preocupar la burguesía hondureña; esta preocupación no es el resultado del azar o el fervor patriótico de la burguesía hondureña, sino porque grandes rubros de la economía nacional depende de la generación de energía a través de plantas impulsadas por diesel, lo que inevitablemente traerá una alza en las tarifas de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, que ya en varias ocasiones ha anunciado un aumento de más del 3%.

La industria maquilera y la de prestaciones de servicio depende en gran medida de los servicios prestados por la ENEE y empresas privadas que generan energía a través de los derivados del petróleo. Por otro lado, la creciente cotización del crudo influye en un 72% en el precio local del galón de diésel y hasta en un 92% del precio del kerosene pagado en las estaciones de servicio. Datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que de aproximadamente 1.7 millones de hogares diseminados en el país, unos 57,172 utilizan el kerosene como carburante para cocinar sus alimentos en las estufas de mecha. De estas, unas 32,659 familias residen en el Distrito Central, y en San Pedro Sula viven 9,442. El resto de los hogares que utilizan este combustibles, unos 12,147, se encuentran en otras ciudades del interior del país; en la zona rural es utilizado en 2,923 casas de habitación.” (El Heraldo 6/04/2011)

Pero ahí no concluye el asunto, el aumento de los combustibles dispara la inflación y el costo de la canasta básica, automáticamente aumentan los costos de producción para la industria del transporte, por cierto favorecida con la aceptación del aumento a sus tarifas por la Secretaría de Obras Públicas y Transporte (SOPTRAVI). Como vemos, frente a esto y la crisis económica mundial el Estado tiene que tomar medidas, sin embargo trasladar las deudas del Estado y las consecuencias de la crisis a los trabajadores puede traer resultados funestos.

Por lo que la burguesía hondureña tiene que tener una política para poder accesar a menor costo el petróleo, en ese sentido restablecer relaciones con PETROCARIBE es una de las principales estrategias a seguir. No es casual, que el oligarca y Presidente de la Asociación Nacional de Industriales (ANDI) Adolfo Facusse, haya declarado a medios locales la necesidad de restablecer relaciones con Petrocaribe para pode accesar a precios más bajos del petróleo y de sus derivados, precisamente para reducir los costos de producción y no dar espacio alguno para los descontentos sociales.

El editorial de La Tribuna del 11 de abril, sin ser marxista, explica las motivaciones económicas de este nuevo romance entre la burguesía hondureña y el chavismo: “Petrocaribe permite al país comprar en condiciones preferenciales el crudo a Venezuela, bajo un mecanismo en que un porcentaje del alto precio que se paga –porque no hay rebaja de precios– se acredita como financiamiento. O sea, no se paga el precio total de lo que se consume, sino que una parte se asume como deuda, financiamiento que el país puede utilizar, ahora, para que la factura la paguen las futuras generaciones. Varios países son miembros de Petrocaribe y no de la Alba, porque lo segundo es una asociación política y no económica.”

Los intereses económicos del chavismo

Sin duda alguna el chavismo representa uno de los fenómenos sociales del nuevo siglo, bajo las banderas del socialismo del siglo XXI un sector de la burguesía venezolana al no querer ser expoliada por la embestida del imperialismo norteamericano impulso un proyecto de corte nacionalista en aras de proteger sus empresas e inversiones de los intereses de la burguesía imperialista norteamericana. Claro, este proyecto nacionalista se fundamentaba bajo la una ideología de corte socialista reclamando el triunfo de la revolución y utilizando como referentes políticos los héroes del proceso independentista de América del Sur como Simón Bolivar.

Una de las razones de los triunfos electorales del chavismo y de fuerte afianzamiento en las instituciones del Estado fue el asegurar una fuerte base social en las capas más bajas del proletariado venezolano, otorgándoles un tipo de prebendas logró asegurar cierto asentimiento social.

Este proyecto nacionalista realizo fuertes inversiones en aras de obtener créditos y ganancias, es decir acrecentar su capital, por ello el tratado de libre comercio ALBA le permitía comerciar productos avícolas, ganadería y agricultura con los países centroamericanos, al mismo tiempo mantener inversiones a largo plazo con los Estados de Honduras, Nicaragua y Cuba. La colaboración de Chávez a los gobiernos de Daniel Ortega, José Manuel Zelaya Rosales y Fidel Castro son inversiones a largo plazo donde se obtendrá un beneficio económico por el financiamiento y crédito en la compra de los combustibles y de sus derivados.

Por consiguiente, el Estado venezolano no dejará a un lado sus inversiones, necesita asegurar los pagos de la deuda adquirida por el Estado durante el gobierno de Zelaya y si asegura un comprador para sus productos en tiempo de crisis mucho mejor, es por ello que sostenemos que los intereses del chavismo son de naturaleza económica y no política.

Frente a todo lo anterior, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hacemos un llamado a todos los trabajadores de Honduras, organizaciones sindicales, gremiales, estudiantiles y al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) a tener una actitud crítica y de denuncia frente al reconocimiento del gobierno espurio e ilegitimo del gobernante venezolano. Estos acercamientos no son propios de un dirigente revolucionario y lejos de fortalecer el proceso de lucha lo diluye ante los intereses propuestos por los grupos empresariales de ambos países.

 

Hemeroteca

Archivo