izquierda cede

Por Maximiliano Fuentes

Los distintos sectores que conforman el Frente Nacional de Resistencia han otorgado la coordinación  al Ex Presidente José Manuel Zelaya Rosales. Casi por unanimidad, han decidido otorgarle la dirección de este organismo político, mismo que ha aceptado sin condición alguna.

Resultaba evidente que Zelaya no desistiría de tan importante cargo, dado que de esa forma asegura su futuro político. Defenestrado por fuerzas militares y reemplazado por uno de los cuadros políticos de su partido, estaba claro que no regresaría a las filas del liberalismo, no solo por resentimiento político o nostalgia, sino porque eso significaría perder todo el prestigio obtenido en su destierro.

Si Zelaya fue el referente de la oposición y de la abnegación ante la conciencia de las masas, retornar al partido que lo llevo al poder resultaría una aberrante traición. A José Manuel Zelaya no le queda otra que plegarse a este nueva plataforma, es decir al Frente Nacional de Resistencia Popular.

Una táctica alejada de los principios

La mayoría de organizaciones que conforman el FNRP han abogado para que Zelaya tenga la coordinación de la organización. Algunas por simpatía política o oportunismo, otras por creer de forma falsa que el debate y la pelea interna solo contribuiría con la fragmentación del Frente. Este temor se fundamenta en el hecho de que el debate y la defensa de los principios tan solo contribuirían con la disolución del amplio movimiento de masas que se ha gestado después de las luchas contra el golpe de estado.

La constitución de un Frente Amplio que luchara por la restitución del orden democrático y por el respeto de las garantías constitucionales fue una táctica valida y legitima en su momento histórico. Sin embargo, hoy en día, y aunque manifiesten lo contrario, la única pretensión de la corriente liderada por Zelaya es utilizar el prestigio político del Frente para constituirse en la segunda fuerza política después del partido nacional.

A lo largo de estos meses, hemos manifestado que el Frente debe de constituirse en un organismo de la clase y para la clase obrera, en una palabra: en su instrumento de lucha contra la opresión que ejerce la burguesía y sus lacayos. Es por todo ello, que siempre hemos propuesto que la conducción del mismo debería estar en manos de los luchadores, es decir de los dirigentes de la clase obrera y campesinado que se han destacado en el proceso de la lucha contra el golpe de estado. Decir la verdad, plantear lo correcto no significa llevar al fracaso a una organización, al contrario, de lo que se trataba era de dar la lucha por una verdadera conducción revolucionaria.

Cambiar el curso de los acontecimientos

El haberle otorgado la conducción política al Ex Presidente Zelaya ha generado en ciertos sectores profundos temores y desconfianza. Dudamos mucho, que la política de Zelaya se erija desde las necesidades más sentidas de las masas, al contrario, será un profundo obstáculo en el proceso de liberación del pueblo hondureño.

Esperamos que los distintos sectores de la izquierda hondureña que conformamos el Frente Nacional de Resistencia logremos imponer nuestra voluntad sobre la de los oportunistas.

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