Por Hercilia Cáceres

La lucha contra la privatización de la universidad de San Carlos de Guatemala, dirigida del Colectivo Estudiantil Universitario (CEU), detonó el descontento dentro de estudiantes, docentes y trabajadores que se unieron a una serie acciones de presión contra la administración del mercenario rector Murphy Olimpo Paiz. A raíz del aumento en las medidas de privatización de la USAC, sectores organizados manifestaron públicamente el descontento ante las políticas de seguridad que disfrazan un proyecto privatizador, que excluye aún más a la población popular, pese a ser quiénes mantienen de pie dicha casa de estudios.

Como resultado de las distintas manifestaciones, el rector decidió hacer una mesa técnica encargada de discutir el plan de seguridad que pretende ser aplicado en toda la universidad, incluyendo los centros universitarios y demás dependencias de la universidad. Esta mesa técnica incluye a la administración universitaria, trabajadores, docentes y estudiantes entre los que se encuentra la Asociación de Estudiantes Universitarios, agrupaciones feministas y el Colectivo Estudiantil Universitario.

En realidad, al analizar las intenciones de la administración en esa mesa técnica, todo parece indicar que solo pretenden crear una cortina de humo, haciendo sentir incluidos a los diferentes grupos únicamente para validar la propuesta que poseen desde el principio. Las discusiones se encuentran dirigidas por Murphy Paiz y la directora de la Dirección General de Administración, Wendy López, conocida por realizar acoso sistemático a los vendedores de la universidad. Vale la pena recordar que uno de los mensajes de ataque contra los estudiantes por parte del rector, fue que no existía diálogo y que entorpecían el desarrollo de la Universidad, así que la dichosa mesa técnica también es ese espacio de reuniones interminables, discutiendo propuestas estúpidas que en realidad no cubren las necesidades de la comunidad universitaria, pues, en tres meses se pretende discutir un plan de seguridad que será aplicado en todas las instancias, sin tomar en cuenta aportes estadísticos, ni mucho menos científicos.

Las reuniones, que ya dieron inicio, son grabadas, claro, la administración debe demostrar que en realidad hay diálogo y que las partes en pugna no hacen los aportes necesarios, cuando en realidad, de nada sirve proponer ya que al final del día, solo se aprueban los planes de la administración. Son escasas las posturas en oposición y cuando las críticas van contra lo propuesto, automáticamente, con una postura autoritaria es la directora de la DIGA quien se encarga de decir que dicho espacio es para sumar y no para criticar, sin importar que la propuesta sea una bazofia. En esta “nueva” propuesta, se incluye a la nueva jefa de seguridad, Ermita Fernández de origen español, experta en terrorismo islámico, crímenes policiacos y género, es una de las piezas que pretende oxigenar las acciones privatizadoras, dándole una nueva cara y otras palabras a los planes que no han cesado.

Es necesario hacer mención que la Asociación de Estudiantes Universitarios, ya ha demostrado que con actitudes serviles es que se involucra en propuestas, para no hacerse de enemigos o caras feas. Su propuesta no es más que una réplica de la propuesta del Centro de Estudios Urbanos y Regionales, que es la pieza de la administración. Es un hecho que esta mesa técnica no es un espacio de incidencia genuino, carece de validez y credibilidad, pero es necesario en la medida de lo posible, mostrar descontento y oposición al plan de seguridad, que, carente de aportes técnicos y estadísticos, pretende ser implantado en toda la universidad, sin tener características especiales en cada una de las dependencias universitarias (Centros Universitarios, museos, biotopos, etc.).

Está muy claro que este es el menor espacio de incidencia que se debe tener, pues habrá que recordar que el plan de seguridad solo es uno de los medios para la privatización de la universidad. No hay que olvidar, que mientras las diferentes agrupaciones llegan a sentarse y discutir por horas cosas que ya están establecidas, de las que no cambiarán más que la forma y no el fondo, las políticas neoliberales siguen siendo aplicadas. Es un hecho, que los sectores no serviles y con interés de luchar a favor de la educación pública, debemos continuar con medidas inteligentes de presión contra la administración de Paiz, no desgastarse y, sobre todo, involucrar a los sectores más afectados porque cualquier agrupación sin respaldo de su base social no tendrá la fuerza necesaria para las fases de lucha que se avecinan.

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