Pérez Molina propugna por un régimen político mas fuerte para enfrentar la crisis

Por Marcial Rivera

A mediados del mes de abril de este año, el presidente Pérez Molina empezó a coquetear con la idea de que se permita la reelección presidencial, prohibida por la actual Constitución de la República. El tema no pasó a más, pero a finales de mayo, el mandatario y su Partido Patriota plantearon el problema desde otra óptica, lazando la idea de prolongar el período presidencial, tema que igualmente prohíbe la Carta Magna.

El 'Serranazo' en 1993 y el octubre negro en 2003 han sido dos de los principales acontecimientos que han empañado la incipiente democracia burguesa guatemalteca, alterando el primero la sucesión presidencial mediante un autogolpe y en el segundo se intentó imponer la ilegal candidatura presidencial del exdictador Efraín Ríos Montt .

En enero de 2012 tomó posesión el general Otto Fernando Pérez Molina, quien se convirtió en el primer militar en retiro en ostentar la primera magistratura de este país centroamericano, en tiempos de 'paz'. Desde este mismo espacio se ha caracterizado el gobierno de Pérez Molina a partir de las acciones llevadas a cabo desde el gobierno central y dirigidas a sectores específicos de la sociedad, de manera que se puede inferir inequívocamente que el gobierno del Partido Patriota ha sido reacio al diálogo, a respetar los resultados de las distintas consultas comunitarias -sobre todo en temas como los mega proyectos, empresas mineras e hidroeléctricas- y desvergonzadamente pro empresarial.

La reelección a nivel regional

América Latina ha tenido un nivel de aversión durante algún tiempo al tema de la reelección presidencial, fundamentalmente porque las distintas décadas de sanguinarias y voraces dictaduras militares, fueron dando lugar a la necesidad de bregar por la alternancia en el ejercicio del poder político, expresada en las demandas de los distintos sectores de la sociedad y plasmada en las Constituciones que actualmente tienen vigencia en los distintos Estados.

En Centroamérica fundamentalmente, el proceso de reacción democrática dio paso a la aprobación de nuevas constituciones y a Estados gobernados por civiles que desde su mística y nueva posición estuvieron del lado de la clase dominante, pero bajo una óptica menos sanguinaria y en apariencia más democrática, y con mayores niveles de apertura político-ideológica. Pero los casos de Venezuela, Ecuador, y otros Estados han servido para repensar el tema de la reelección presidencial desde otras ópticas, fundamentalmente porque puede darse la reelección presidencial sin necesidad de que esto se convierta en dictadura o en un escenario antidemocrático, desde la óptica formal. Aunque el mismo desgaste sufrido por estos gobiernos es evidente. Se han dado algunas movilizaciones por reivindicaciones específicas, aprovechadas por el imperialismo estadounidense para desestabilizar regímenes nacionalistas burgueses; de manera que algunos intermedios de inestabilidad política y falta de gobernabilidad democrática se han hecho patentes en este sentido.

Trastocar el sistema político

Lo cierto es que este es el primer intento serio de trastocar el régimen político en Guatemala desde el autogolpe de Jorge Serrano Elías. La tendencia en la región es apuntar al fortalecimiento de los regímenes y lograr gobiernos fuertes, que permitan a las oligarquías en el poder la estabilidad política necesaria para enfrentar la grave crisis que atraviesan los países centroamericanos. Las intenciones de Pérez Molina de cambiar las características del sistema presidencial son un primer indicio en Guatemala de esta tendencia, aunque no ha logrado eco en las élites. Ni la prolongación del periodo presidencial, ni la modificación a las cláusulas pétreas en materia de reelección repercuten en mayores horizontes de democracia o justicia social.

Pérez Molina, afirmaba el 16 de mayo de este año según Prensa Libre "Me parece el peor de los sistemas que podamos tener", al referirse a las limitaciones de tiempo en cuanto al impedimento que puede existir para el cumplimiento de promesas de campaña. Distintos sectores, entre ellos el Partido LIDER (principal partido de oposición) han mostrado algún nivel de apertura para debatir sobre el tema de la reelección presidencial, aunque evidentemente esto va en contra del artículo 187 de la Constitución guatemalteca, que plantea que no se debe dar la prolongación del periodo presidencial o la reelección del presidente.

Sin embargo, en Nicaragua ya se vivió una reforma constitucional que ha dado lugar a la posibilidad de la reelección del actual mandatario Daniel Ortega Saavedra; además Honduras vive un proceso de discusión política y un intento de estabilización de la sociedad a través implementar un régimen fuerte.

Los grupos oligárquicos

Habrá que recordar también el papel fundamental que juegan los grupos oligárquicos en las decisiones políticas que afectan a la vida democrática del país. Ellos han maniobrado para construir un sistema tributario que les beneficie enormemente, y no tengan que pagar las cantidades y porcentajes de impuestos que deberían pagar. El gobierno presidido por el Partido Patriota es pro-empresarial y afín a los intereses oligárquicos, haciendo la salvedad de que como todo grupo que hace gobierno, tiene preferencias por ciertos sectores en los negocios del Estado. De tal forma que tanto la reelección como la prolongación del periodo presidencial en teoría beneficiaría al empresariado en el sentido de que el Estado se pondría en función de generar mayores niveles de inversión, impulsar las reformas que ayuden a temas como la flexibilidad laboral, reducir los niveles de tributación, y reducir los costos que en ‘términos burocráticos’ representa invertir en Guatemala. Pero el CACIF y las distintas gremiales empresariales no han tomado un posicionamiento unificado en este tema, más bien han sido evasivas, pues se han limitado a manifestar que debe respetarse la Constitución aun cuando saben que en alguna medida el tema de la reelección presidencial les beneficiará bajo el punto de vista que quiera verse.

En este orden de ideas, el coordinador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos IPNUSAC, Edgar Gutiérrez consideraba al preguntársele “¿Qué intereses podría haber detrás de esta idea?: Además del Presidente, los diputados se ahorran una campaña inmediata, tienen dos años más de gestión, sacando leyes a la medida de los intereses de cada sector. Los alcaldes mayor obra y de manejo presupuestario. Y los magistrados, cinco años más…Yo tengo la hipótesis de que el presidente tiene el respaldo de una parte del sector privado que necesita que siga ahí para que sus inversiones se cristalicen. Creo que son principalmente inversiones en el área energética, explotación de recursos naturales.” (El Periódico, entrevista 9/06/204).

A pesar de lo anterior, debe apuntarse que sobre el tema de reelección y/o prolongación del periodo presidencial existen posicionamientos encontrados, Gustavo Berganza sostiene que “Al parecer, dentro del sector privado organizado podía contarse, si no con el apoyo explícito de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), principal sostenedora del actual régimen, por lo menos con el ofrecimiento de no torpedearlo de entrada. Al fin y al cabo, en algo debían de corresponderle a este régimen que les permite semejante derecho de picaporte” (Berganza, Gustavo. Contrapoder, 30/05/2014). Esto resulta interesante, básicamente porque el tema de reelección presidencial ha propiciado que se den posiciones encontradas desde las distintas gremiales empresariales y los ha enfrentado entre sí.

Jorge Briz, presidente de la Cámara de Comercio, en una entrevista a El Periódico el 10 de Junio, sostenía al cuestionársele: “¿Qué intereses podrían haber detrás de la iniciativa? Lo ignoro. Cuatro años es un tiempo suficiente. Lo que hace falta es darle continuidad a los proyectos de un Gobierno a otro, y tomar con seriedad, responsabilidad, disciplina y estrategia los planes de desarrollo y los problemas más sentidos que tenemos que resolver como la miseria, la pobreza, seguridad, generación de empleo y desarrollo. Si se analizan en el transcurso del tiempo, en muchos de ellos hemos retrocedido. Cada vez que cambia un periodo presidencial, en lugar de dar continuidad a los proyectos, muchas veces los dejan por temas partidarios.” 

No debe dejar de mencionarse que de forma extraoficial se sabe que sectores de la oficialidad del ejército han advertido al presidente que se abstenga de seguir con este proceso. No solo ya se han dado diversas reacciones manifestando aversión hacia el tema de la prolongación o reelección presidencial, sino que también se han dado algunos pasos en materia legal; desde Plataforma Ciudadana se hizo un emplazamiento de carácter penal contra el presidente por el tema.

El Partido Socialista Centroamericano invita a laizquierda guatemalteca y centroamericana a debatir sobre este importante tema, analizando el desenvolvimiento de los hechos. Pensamos que este es un primer intento de crear un régimen más fuerte que permita a las élites superar la crisis del sistema; no es un intento de golpe de Estado que dé paso a una dictadura militar: ni el imperialismo ni la oligarquía se proponen regresar al pasado. La discusión está planteada. Lo cierto es que los medios de comunicación, las gremiales empresariales y la sociedad civil organizada, han mostrado su animadversión hacia el proyecto, el general Pérez Molina ha sido aislado en este punto; le toca dejar a un lado su propuesta sobre el tema y concentrarse en adecentar su mandato.

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