Por Marcial Rivera

Recientemente, y durante la coyuntura electoral, se trajo a la palestra un tema que debe abordarse con la seriedad del caso: La Reforma Fiscal. La Cámara de Comercio de Guatemala dio a conocer la propuesta sobre el tema por parte de los empresarios. La propuesta fue entregada a los otrora ex candidatos a la presidencia de la República; cuyo conocimiento también atañe al candidato ganador el General Otto Pérez Molina.

Guatemala posee uno de los niveles de recaudación tributaria más bajos de la región, por el orden  del 10%; esto en parte a los vacíos legales que existen en materia de legislación tributaria, a un sistema de tributación por demás injusto y a la evasión y elusión de impuestos, que anualmente evita que millones de quetzales puedan entrar a las arcas del Estado. Diversos, sectores económicos sostienen que la economía Guatemalteca mejorará en la medida en que se genere empleo por medio del estímulo a la inversión nacional e internacional; en otros términos: crear verdaderos paraísos fiscales.

Gravar a la Economía Informal

Según La Hora en su edición del 17/10/2011: “Diversos estudios realizados por universidades, sindicatos, organizaciones sociales también han llevado a cabo talleres de discusión y análisis que coinciden en reformar áreas de tributación directa, indirecta, gasto público, descentralización tributaria, transparencia, eficacia y eficiencia del gasto público y el control de rendición de cuentas referente al uso de fideicomisos, ejecución del gasto público a través de las ONG y organismos internacionales”.

La propuesta de la Cámara de Comercio, consiste en diferentes cosas: Simplificar el Impuesto Sobre la Renta, y hacerlo menos gravoso, aprobar la ley anti-evasión 2, eliminar el secreto bancario, entre otros. La posición del empresariado es que frente a la crisis económica que se vive en la actualidad, no es viable aumentar impuestos, pues esto alejaría la inversión. Por otro lado, plantean que antes de hablar de una reforma tributaria, es necesario hablar de la transparencia en la ejecución del gasto público. Es decir, que el estado debe rendir cuentas, respecto a cómo se ejecutan los impuestos recaudados, con miras a evitar la corrupción.

¿Cuáles son las debilidades de dicha propuesta?

En principio, la propuesta se ve razonable, pero hay que traer a colación algunas ideas que permitirán comprender por qué no es viable gravar a la economía informal. En principio, la mayor generación de empleos proviene de la economía informal, o de los pequeños negocios, es decir que no son las grandes corporaciones aglutinadas en las gremiales empresariales quienes generan más empleo, y por tanto aportan al PIB. En segundo lugar, los ingresos de los negocios informales, no son lo suficientemente grandes como para tener la capacidad económica de tributar al estado, en base a sus ingresos, esto los pondría en serios aprietos.

¿Cuál debería ser entonces la reforma a aplicarse?

Al hablar de una reforma tributaria, debe avocarse a la lógica, quienes más tienen más deben pagar; el actual sistema de tributación regresivo es injusto en la medida en que actualmente quienes tienen menos pagan más, y la mayoría de impuestos que llegan a las arcas del Estado, no provienen precisamente de las grandes corporaciones, sino provienen de las capas bajas y medias de la población, quienes deben pagar el Impuesto al Valor Agregado, IVA. Durante la última cumbre regional sobre seguridad, realizado en la Ciudad de Guatemala, se trajo a la palestra la idea de un impuesto al patrimonio, idea que ha sido rechazada por el empresariado. Este impuesto, serviría para financiar los programas de seguridad que se pretenden impulsar, pues las diferentes gremiales empresariales, se han pronunciado sobre lo oneroso que resulta para sus iniciativas gastar hasta un 22% en costos de operación solo en el rubro de seguridad privada.

Un impuesto al patrimonio, según las gremiales empresariales, solo gravaría los precios de los productos, pues este impuesto sería trasladado al consumidor final, y por tanto toda la ciudadanía terminaría pagando este impuesto. Lo curioso es que esta iniciativa surge del Gobierno Estadounidense, y es rechazada por las gremiales. No es posible, que Guatemala, sea la nación con el menor nivel de recaudación tributaria, pero que sea el mayor importador de vehículos de lujo; y no es posible que un litro de leche pague IVA y uno de estos vehículos no lo haga por lo establecido en los TLCS. Figúrese usted.

Por esto, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), exhorta a la ciudadanía a estar atenta a los proyectos de reforma tributaria, que únicamente busca beneficiar al empresariado en detrimento de la ciudadanía, y que bajo el pretexto de la crisis económica, persigue enriquecerse a costa del sector de la economía informal, y de las clases desposeídas de Guatemala.

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