Por Alberto Castro
La situación de violencia social que vive El Salvador en la actualidad rebasa los índices de meses anteriores. Inicialmente el Presidente Sánchez Cerén desmentía esta situación en sus discursos aduciendo que era una campaña mediática, pero ello fue refutado por la representante del imperialismo yanqui. Mientras la violencia y delincuencia social no ponga en riesgo al sistema capitalista y los intereses del partido en gobierno, el gobierno y las clases dominantes hasta pueden sacar ventaja; pero cuando la situación va poniendo en riesgo sus intereses y puede llevarles un desgaste, buscan el combate represivo como la medida más fácil. Es así como el presidente Sánchez Cerén con optimismo anuncia las políticas de seguridad, para hacer creer a la población que habrá un mejor futuro y que la violencia ha de disminuir. Con ello lo que busca es quedar bien con los empresarios, a la vez que detiene el desgaste del gobierno.
Indignación, odio y violencia
En lo que va del año varios miembros de la Policía Nacional Civil han sido asesinados, lo cual ha sido atribuido, según los responsables de la institución policial, a las pandillas y las maras. Luego los asesinatos han golpeado a los miembros de la fuerza armada y nuevamente los responsables de la fuerza armada se lo incriminan a las maras y pandillas. En el marco del asesinato de un militar, un oficial militar señaló: “Estamos investigando y estamos ocupando todas las tropas necesarias con el propósito de encontrar a los delincuentes que asesinaron al suboficial. Por supuesto que tenemos un sentimiento de indignación todos, porque se trató de un asesinato muy cobarde” (LPG. 20 de abril del 2015). En su mayoría los asesinatos de los policías y de los soldados no han ocurrido en momentos que éstos se encuentren defendiendo a las personas de una agresión, pero los responsables de las instituciones de seguridad responsabilizan a las maras y pandillas. Se debe investigar verdaderamente cuáles han sido los móviles de dichos asesinatos para evitar todo sesgo u aprovechamiento que sea con el objetivo de desarrollar ese sentimiento de indignación y odio contra los miembros de las maras, pandillas y de sus familias.
Enfrentamientos armados entre soldados y pandilleros
Los discursos del presidente alientan esperanzas y generan falsas expectativas en la población, aunque la verdad es muy distinta, ya que la realidad muestra una nueva ola de violencia en donde se están enfrentando los miembros de fuerza armada y la Policía Nacional civil contra las personas que pertenecen a las Maras y Pandillas. La situación es tal que Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia en un comunicado manifestó que “un grupo de entre 15 y 20 pandilleros se encontraban reunidos en una vivienda de dicho sector. Una patrulla de cuatro soldados que contingencialmente estaban en la zona, fue alertada sobre la presencia de los pandilleros y se hizo presente al lugar”. El resultado de este enfrentamiento fue la muerte de nueve personas pertenecientes a la pandilla a manos de elementos de la fuerza armada salvadoreña; aunque las autoridades señalan que “en el lugar, se encontraron dos fusiles M16, una pistola 9mm y municiones”, el hecho genera cierta inquietud, pues cómo fue posible que de los cuatro soldados que se enfrentaran contra 15 y 20 pandilleros no sufrieran mayor cosa, mientras que murieron 9 pandilleros. Independientemente de las circunstancias, ya sea que éstos hayan muerto combatiendo o que hayan sido asesinados una vez se rindieron, el hecho nos demuestra el peligro de incorporar a la fuerza armada en labores de seguridad pública y un posible giro represivo del gobierno.
De la super mano dura a los batallones especiales
El panorama real en cuanto a la situación social que vive en país es muy malo con respecto a la seguridad. Los discursos oficiales muchas veces chocan con la oposición representada principalmente por ARENA, quien en las coyunturas electorales siempre se basa precisamente en el tema de la seguridad para hacer sus propagandas demagógicamente. Tal parece que la rancia burguesía como clase dominante pide a coro la represión como el principal componente para atacar a las organizaciones juveniles, algo que está haciendo la nueva burguesía ligada al Fmln. Es de esta forma como el gobierno actual del Fmln y de Sánchez ha manifestado: “Estoy por emitir la orden a la Fuerza Armada de la creación de tres batallones militares para hacer frente a la ola de violencia”. De igual manera, durante su discurso en el programa “Gobernando con la Gente”, también dijo: que la Policía Nacional Civil (PNC) creará una unidad especial de reacción inmediata. “Vamos a agrupar alrededor de 1,200 agentes para responder de forma inmediata en aquellos lugares que son centros de máxima peligrosidad”. Dichos anuncios solo recuerdan a los batallones de infantería de reacción inmediata creados para combatir a la guerrilla salvadoreña, pero que además fueron los responsables de muchas masacres cometidas en contra de la población civil.
Es lamentable que la exguerrilla del FMLN dé su apoyo y defienda medidas como la creación de batallones especiales para el combate de la delincuencia, so pretexto de reducir los índices delictivos. Al respecto, Medardo González, secretario general del FMLN manifestó que “Serían unidades especializadas de reacción inmediata, no es lo mismo tener una policía administrativa, comunitaria que tiene una función especial, sino que esta policía de reacción inmediata tendrá que ser utilizada para cumplir misiones particulares y especiales”, González trató de matar el chucho a tiempo y “…enfatizó en que la intención del Ejecutivo no es crear unidades como las que se utilizaron durante el conflicto armado. ‘Son cosas distintas, aquellos eran tiempos de guerra civil, ahora es un tema social, de delincuencia’”. (Diario Colatino 22/04/2015)
El gobierno dará respuestas al estilo de los gobiernos anteriores de derecha, como representante de la nueva burguesía, que no hace sino reprimir con sus aparatos represivos en circunstancias adversas a sus intereses; haciéndolo todo en nombre del país y del pueblo. Para ello echan a andar todo el andamiaje ideológico, transmitido a la población a través de los medios de comunicación; y a los miembros de la Fuerza Armada y la Policía Nacional Civil les instruyen sobre quiénes son sus enemigos, en este caso las personas que pertenecen a las maras y pandillas.
A las propuestas del FMLN se unen las propuestas legislativas presentadas por Guillermo Gallegos de GANA, quien al estilo de la ley antipandillas, busca que sea delito el hecho de pertenecer a maras y el colaborarles; así mismo plantea reformas al Código Penal para que se agregue “medios de prueba especiales para miembros de pandillas, como inspección de espacios donde plasmen grafitis, intervención telefónica, tatuajes, ademanes o señales…” (El Mundo 24 /04/2015). Además de lo anterior, existen representantes de otros partidos políticos representados en la Asamblea que buscan proponer estados de sitios focalizados.
Para terminar con la delincuencia el FMLN debe destruir al capitalismo
Las pugnas constantes entre las fuerzas políticas mayoritarias, es decir la oficial y la principal oposicionista, pueden llegar a entenderse en determinadas circunstancias; por lo demás todo es show para los medios de comunicación, esto hablando de las declaraciones dadas por funcionarios del partido en el gobierno y los medios de comunicación ligados a ARENA.
La perspectiva a futuro de esta situación es que se acrecentará la violencia marcada por el incremento de asesinatos, donde la violencia legal y únicamente permitida será la que provenga de las instituciones estatales o afines, mientras que todo lo que esté fuera será perseguido y atacado con toda la fuerza del aparato burgués. De esta manera se librará una batalla desigual, con la participación directa de la F.A, con sus tres ramas permanentes: Ejército, Fuerza Aérea y Fuerza naval, contra organizaciones que el derecho burgués cataloga como delincuenciales, las cuales no son en sí ni siquiera un ejército, o una fuerza beligerante; son agrupaciones de jóvenes resultado de la exclusión social del sistema capitalista, no serán dos fuerzas que se medirán en condiciones similares.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) considera que el gobierno debe brindar seguridad para todo el pueblo salvadoreño, pero ello en ningún momento debe implicar medidas represivas que atentan contra la vida y la integridad física de las personas que pertenecen a las maras y pandillas. Así mismo se opone a la creación de los batallones anunciados por el presidente, ya que esto implica en cierta forma el retorno del militarismo a la escena en la vida nacional, porque esto ya se vivió en años anteriores, cuando la Fuerza Armada participaba en las tareas de seguridad pública. Así mismo demanda a que se investiguen los casos de asesinatos en los que se ven involucrados policías y militares como responsables. La represión no es la solución, ninguna alternativa anunciada por el gobierno brinda soluciones verdaderas, dichas medidas no responden a los intereses de las grandes mayorías.