La situación del movimiento obrero y sindical en Centroamérica, refleja la decadencia capitalista y la lenta disolución de los Estados nacionales. Más de tres décadas de ofensiva neoliberal han modificado sustancialmente la base económica y la estructura de clases en la región. Los Estados nacionales se disuelven aceleradamente, creándose una zona de libre comercio que es un verdadero paraíso para las trasnacionales.
Los Estados nacionales que surgieron del colapso de la Republica Federal en 1838, ya no son autosuficientes, para sobrevivir recurren al endeudamiento, entrega la soberanía nacional, un callejón sin salida. La decadencia y la barbarie capitalista es constante, aunque desigual. La parte norte de Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) reflejan una crisis generalizada, aunque con ritmos desiguales en cada país. La parte sur de Centroamérica (Costa Rica y Panamá) entran poco a poco en la vorágine general, decadencia marcada por la crisis y el endeudamiento. La tendencia general en toda la región es hacia la instauración de regímenes bonapartistas y dictaduras.
Esta situación de decadencia y barbarie ha afectado directamente al movimiento sindical. El neoliberalismo ha disuelto las empresas manufactureras, la clase obrera industrial se ha reducido. Se ha creado una joven e inexperta clase trabadora, en condiciones de semiesclavitud en las maquilas. Los trabajadores del Estado, especialmente en salud y educación, son los contingéntenles que hacen resistencia a las constates embestidas de las políticas neoliberales, que impulsan todos los gobiernos, sufriendo derrotas importantes con algunas pequeñas victorias que no logran revertir la ofensiva neoliberal.
Un contingente importante de nuestra clase obrera, incluso sectores de la clase media, ante el desempleo, los bajos salarios y la falta de perspectivas, ha migrado hacia Estados Unidos. Una parte importante de la clase trabajadora centroamericana ahora forma parte de la clase trabajadora en Estados Unidos. Los sindicatos y centrales obreras en Centroamérica, anteriormente debilitados por la ofensiva neoliberal, ahora están completamente reducidas a la mínima expresión, sobreviviendo de las donaciones de fundaciones y ongs. Ya no pueden sostenerse por sus propios medios, por la baja afiliación y la desmoralización.
Guatemala: romper las ilusiones en el gobierno de Arévalo y pasar a la lucha unitaria
Los sindicatos guatemaltecos se agrupan en dos grandes corrientes. Una es el Movimiento Sindical y Popular Autónomo de Guatemala (MSYPAG), que incluye a la Confederación Central General de Trabajadores de Guatemala (CGTG), la Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala (UNSITRAGUA Histórica), la Confederación de Unidad Sindical de Guatemala (CUSG), y el Movimiento de Trabajadores Campesinos de San Marcos (MTC); esta corriente representa al sindicalismo independiente, que se ha caracterizado por no pactar ni hacer alianzas con los diferentes gobiernos que se han sucedido a lo largo de su existencia.
La otra corriente son los Sindicatos Globales, que abarca sobre todo a sindicatos de trabajadores del Estado; en esta corriente está incluido el mayor sindicato de maestros, el Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG) y el mayor sindicato del área de salud, Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG). Esta corriente, a lo largo de las últimas décadas, ha respaldado de manera oportunista a sucesivos gobiernos de derecha, a cambio de prebendas y pactos colectivos que brindan algunas migajas a los trabajadores, aunque cada vez menos.
La actividad sindical se realiza en una situación totalmente adversa, en la que, según la Encuesta Nacional de Empleo e Ingresos 2022 (la más reciente), de los casi 7 millones de personas que poseen un empleo, el 71.1% tiene un trabajo informal, y el 28.9% trabaja en la formalidad; de estos últimos, cerca de un 2% está sindicalizado. En este entorno, la capacidad de lucha y presión de los trabajadores sindicalizados es extremadamente reducida, y proliferan las violaciones al derecho laboral, al derecho de sindicalización, los despidos injustificados y las condiciones injustas en los centros de trabajo.
Este año hubo cambio de autoridades municipales en todo el país, y una vez más, esto ha provocado oleadas de despidos por parte de los nuevos alcaldes para dar empleo a sus allegados, su clientela política, muchas veces echando de sus puestos a los trabajadores sindicalizados y a sus dirigentes.
Muchos dirigentes sindicales, para sobrevivir, terminan haciendo pactos con los gobiernos de turno. Bajo el nuevo gobierno, el MSYPAG ha acentuado las ilusiones de que se solucionaran muchos problemas, cuando ocurre todo lo contrario: Arévalo abandona el ropaje “progresista” y se acerca cada vez al CACIF y demás organizaciones patronales
El Salvador: Bukele ataca a las pandillas y de paso golpea a los sindicatos
Utilizando el Estado de Excepción, que ahora es permanente, Bukele no solo ha atacado a las pandillas, sino también a los sindicatos. Uno a uno, Bukele ha golpeado a los sindicatos más combativos, incluso algunos aliados, que se oponen a sus políticas de austeridad.
Ha creado leyes que restringen la participación de los sindicatos, como la reciente reforma a la Ley del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), que excluye al Colegio Medico, o para anular la representación de los trabajadores en las tripartitas. Varios servicios generales de las instituciones de salud, educación y seguridad social han sido privatizados y son brindados por empresas privadas que contratan personal incumpliendo los Derechos laborales.
Existen dirigentes sindicales con un discurso anti Rolando Castro, ministro del trabajo, pero siguen apoyando a Bukele, que es el jefe que nombro a Castro. Bukele ya sacó las garras contra los sindicatos y las dirigencias sindicales deben definirse de qué lado están.
Bukele ha capturado todas las instituciones del Estado. Ha cambiado la realidad para los sindicatos de las instituciones públicas, autónomas y municipales, ya no hay Ley ni institución que proteja a los empleados y a sus organizaciones sindicales, independientemente el tipo de trabajo o cualificación de la mano de obra. Estamos ante un retroceso real de los trabajadores. Reconocer la dura realidad no debe llevarnos al derrotismo.
Las luchas obreras aisladas o fragmentadas fácilmente son derrotadas, por lo tanto hay que desarrollar la solidaridad sindical y la unidad de acción. Las derrotas que está sufriendo los trabajadores de la salud, educación y del ISSS pueden ser revertidas si existe claridad de la situación y si pasamos a la lucha unitaria
Honduras: la situación empeora bajo el gobierno de LIBRE.
En Honduras, el sindicalismo se encuentra aglutinado en la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), la Central General de Trabajadores (CGT), y la Confederación Unitaria de Trabajadores de Hondura (CUTH). La dirigencia de estas centrales obreras esta burocratizada y siempre buscan acuerdos con los gobiernos de turno
La falta de democracia en las mismas no ha permitido el surgimiento de nuevos dirigentes. Hilario Espinoza en la CTH y Daniel Durón en la CGT no permiten corrientes sindicales clasistas. Con la muerte de Israel Salinas en el 2011, la CUTH se ha visto rejuvenecida con el profesor Joel Almendárez como Secretario General, sin embargo, vuelve a ocurrir el mismo fenómeno: la CUTH se ha plegado al gobierno del Partido Libertad y Refundación (LIBRE).
Las centrales obreras nunca han sido capaces de movilizar a los trabajadores para defender sus conquistas, ni siquiera lo hicieron en los doce años de gobierno del Partido Nacional (2010-2012) en que se despidieron empleados públicos de la ENEE, del SANAA, del magisterio, del INA y de otras dependencias del Estado.
El gobierno de LIBRE ha hecho intentos por controlar las direcciones de los diferentes gremios críticos. Los efectos de la crisis se sienten en la clase media. Recientemente, la directiva del Colegio de Abogados retornó a una dirección de ultraderecha. El Colegio de Periodistas sigue siendo controlado por el Partido Nacional, mientras que, en el magisterio el gobierno ha logrado imponerse y controlar los seis colegios magisteriales. Algunos sindicatos se resisten: el gobierno no ha podido controlar a Miguel Aguilar en la ENEE ni al sindicato de HONDUTEL.
Con el gobierno de LIBRE el sindicalismo ha retrocedido aún más, porque las direcciones colaboracionistas luchan para mantener a los sindicatos como base social y electoral del partido gobernante.
Nicaragua: extrema debilidad de los sindicatos
Nicaragua es el ejemplo extremo de la decadencia capitalista en Centroamérica: el país con el salario mínimo más bajo en todas las categorías, y con los niveles de sindicalización más bajo de toda el área, en donde no ha habido luchas obreras en los últimos años. Los trabajadores en vez de luchar deciden mejor emigrar
En el ultimo periodo, se produjo un auge de maquilas en las zonas francas. Hasta finales del 2023, habían unos 120,000 trabajadores en las maquilas, pero estas últimamente están cerrando operaciones, porque se trasladan a Asia en donde los salarios son aún más bajos. Los sindicatos de las maquilas no organizan luchas, sino que se limitan a negociar el salario mínimo cada dos años.
En Nicaragua ya no se celebra el 1 de mayo en las calles, sino en lugares cerrados, bajo techo, con escasa participación de los trabajadores. La dictadura no permite ningún tipo de movilización obrera o sindical.
Costa Rica: la austeridad de Chaves se mantiene, pero hay signos de reanimamiento
Durante el gobierno de Carlos Alvarado (2018-2022), del cuasi extinto Partido Acción Ciudadana (PAC), se produjeron las más grande y fuertes luchas del conjunto del movimiento sindical y obrero, pero algunas direcciones sindicales traidoras permitieron que los planes de ajuste del gobierno se aplicaran.
Las elecciones del año 2022 fueron ganadas por Rodrigo Chaves, un político advenedizo caracterizado por sus posiciones autoritarias. Rodrigo Chaves, como presidente de la República, ha gozado en sus primeros dos años de una amplia popularidad por su estilo confrontativo contra los partidos tradicionales y los viejos sectores oligárquicos y élites tradicionales de poder político y económico.
Esta popularidad de Chaves sirvió de pretexto a las direcciones sindicales oportunistas para colaborar con el nuevo gobierno, permitiendo que chaves avanzara aún mas por el camino de Alvarado. En los dos primeros años de gobierno de Chaves casi no se han producido luchas de importancia, ya que Chaves tuvo, al inicio de su gestión como política, desmontar procesos de luchas antes de que se realizaran.
Sin embargo, todo parece indicar que esa “etapa de desmovilización” y “desactivación de la protesta social” ha llegado a su final en el año 2024.. Primero fueron bloqueos de calles y movilizaciones de protesta social de varias comunidades en San José (Guadalupe, Moravia, Coronado, Hatillo, Desamparados, Alajuelita y otras comunidades), Alajuela y otros lugares del país por la contaminación del agua y su desabastecimiento. En los primeros días del mes de abril se produjo una huelga de diez días de los médicos especialistas de la CCSS, exigiendo mejoras en sus salarios, condiciones laborales y otras demandas. Asimismo, mismo se dieron dos manifestaciones de lucha del sector magisterial, una concentración el primero de abril frente al Ministerio de Hacienda por parte del SEC y, otra el tres de abril, que fue una gran movilización nacional de unos seis mil trabajadores de la educación, encabezada por APSE y ANDE. Esas concentración y movilización nacional exigían el pago de un reajuste adeudado desde el año 2020, así como el pago de recargos, anualidades y otras reivindicaciones.
El Frente Nacional de Lucha (FNL), que agrupa a 65 organizaciones, tales como UNDECA, organizaciones del Poder Judicial, BUSSCO, ANDE y otras. También las autoridades de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizaron una gran marcha nacional este 24 de abril. Entonces, se ha abierto una nueva etapa de movilización y resistencia del movimiento sindical y de masas en contra del gobierno de Rodrigo Chaves.
Por un Plan de Lucha Unitario para recuperar y ampliar las conquistas laborales en toda Centroamérica
Este 1 de mayo, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a desarrollar la más amplia unidad de acción sobre los siguientes temas:
1.- Luchemos por un salario mínimo que permita comprar la canasta básica. Los salarios deben aumentar conforme el costo de la vida.
2.- Para combatir el desempleo debemos exigir en cada uno de nuestros países, la implementación de un Plan Nacional de Obras Públicas, para construir hospitales, viviendas populares, carreteras, caminos rurales, pavimentación de calles, escuelas, etc., que permitan garantizar el empleo digno para los desempleados.
3.- Defensa y mejoramiento de la seguridad social. Luchemos por pensiones o jubilaciones que cubran el salario que ganaban los trabajadores antes de retirarse, y en aquellos casos en que ganaban menos, deben recibir una renta básica equivalente el salario mínimo promedio regional. Los montos de las pensiones deben ajustarse al costo de la vida.
4.- Defensa y ampliación de las Convenciones o Contratos Colectivos de Trabajo.
5.- Por la más amplia unidad de acción sindical y popular para luchar contra los planes de ajuste neoliberales acordados con el FMI y ejecutados por los gobiernos de turno.
6.- Defendamos la libertad de sindicalización y derecho a huelga de todos los trabajadores (empleados públicos y municipales, sector privado), así como también garantizar el derecho al trabajo y la estabilidad laboral.
7. Defensa de las libertades democráticas, contra cualquier tipo de dictadura que restrinja la organización y movilización de los trabajadores.
8.- Renacionalización de empresas y servicios públicos, privatizados o entregados en concesión. El Estado debe mantener el monopolio de los servicios públicos, bajo administración y control de los trabajadores para garantizar el acceso de la población.
9.- No al pago de la deuda externa, todos los recursos del Estado deben estar destinado a financiar los programas sociales y garantizar la salud publicas
10. Por la coordinación de las centrales obreras y campesinas, sindicatos y organizaciones populares de Centroamérica, para luchar unidos contra los efectos de la crisis capitalista y el imperialismo.
Centroamérica, 24 de abril del 2024
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)