El 28 de febrero de 2021 serán electos en El Salvador los 84 Diputados que integran la Asamblea Legislativa, 20 Diputados del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y los 262 alcaldes con sus respectivos Concejos Municipales pluralistas.
Estas elecciones se realizarán en un contexto económico marcado por un aumento de la crisis económica, bajo crecimiento económico, aumento del déficit fiscal y de la deuda externa, lo cual se agudizó por la pandemia del COVID-19, lo que llevó a pérdidas de empleos y reducciones de salarios. Problemas que afectan a la clase trabajadora como son los bajos salarios, bajas pensiones continúan sin resolverse. En materia de seguridad, en el problema de violencia y delincuencia no se han aplicado soluciones estructurales que acaben directamente con las causas que lo provocan, como son el desempleo y falta de oportunidades. En materia política continúa un antidemocrático sistema electoral que limita la participación política y privilegia la partidocracia.
Continúa la Partidocracia
En este 2021 los partidos políticos que participarán son: Partido de Concertación Nacional (PCN), Partido Demócrata Cristiano (PDC), Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Cambio Democrático (CD), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), Partido Democracia Salvadoreña (DS), Nuevas Ideas (NI), Nuestro Tiempo (NT), y VAMOS. Vale señalar que la Constitución salvadoreña señala que El Salvador es un país con un sistema político pluralista que se expresa por medio de sus partidos políticos, los cuales son los únicos instrumentos para la representación del pueblo. Lo anterior da la potestad de participación política y representación del pueblo solamente a los partidos políticos.
A finales de 2010 la Asamblea Legislativa aprobó las disposiciones que ahora permiten la inscripción de candidaturas no partidarias para Diputados a la Asamblea Legislativa, lo cual realmente no significó una apertura democrática plena, ya que los requisitos para poder participar son difíciles de cumplir, pero no imposibles. Para este evento electoral 61 personas presentaron solicitudes de autorización para recolección de firmas que respaldaran sus candidaturas no partidarias, de las cuales solo un reducido número logro su inscripción.
Los mismos y lo mismo de siempre
Es necesario analizar cada uno de los partidos políticos que participarán, así tenemos:
Partido de Concertación Nacional (PCN): es la resurrección del Partido Conciliación Nacional (PCN). Se define como un partido populista de derecha basado en principios como nacionalismo, democracia, justicia social y conciliación nacional. Históricamente es conocido como el partido de los militares, debido a que sirvió para legalizar los fraudes y las atroces dictaduras militares, su organización de masas fue Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), la cual se convirtió posteriormente en un cuerpo paramilitar, encargado de vigilar y reprimir a la población siendo señalada como responsables de cometer muchos crímenes de lesa humanidad contra el pueblo salvadoreño.
Partido Demócrata Cristiano (PDC): es un partido de centro derecha, su ideología es humanista cristiana, fue oposición durante las dictaduras militares, lo cual no quita su ideología derechista. Durante su gobierno también realizó acciones represivas contra el pueblo salvadoreño.
Alianza Republicana Nacionalista (ARENA): es un partido conservador de extrema derecha tradicionalmente ha representado los intereses del gran empresariado salvadoreño. Fue fundado en 1981 por el militar Roberto d'Aubuisson Arrieta, como una estrategia ante el desgaste del PCN y en contraposición al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
ARENA es conocido como el partido de los escuadrones de la muerte, los cuales son una continuidad de la Organización Democrática Nacionalista (ORDEN), siguiendo el ejemplo de estos igualmente reprimieron y masacraron a las organizaciones sindicales clasistas y demás organizaciones del pueblo salvadoreño. Dentro de sus objetivos plantean Defender nuestras tradiciones occidentales ante el ataque ideológico y agresión permanente del comunismo internacional, y frente a otras ideologías y organizaciones políticas que pongan en peligro la vida Institucional de El Salvador, adoptando para esto tres principios: Nacionalismo, Democracia y Libertad. Luchar por la formación de una sólida conciencia Republicana y Nacionalista…Apoyar a la Fuerza Armada.
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN):
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se constituyó el 10 de octubre de 1980 como una coordinadora político-militar en donde convergieron las FPL, RN, ERP, PRTC y PCS, las cuales tenían profundas diferencias políticas, ideológicas, estratégicas y tácticas, pero que bajo la represión militar fueron coyunturalmente superadas.
El actual FMLN, firmante del Acuerdo de Paz ARENA-FMLN-Gobierno, es un partido que proviene de la antigua guerrilla del FMLN. Es el único partido político que obtuvo su personalidad jurídica mediante un Decreto de la Asamblea Legislativa. Ya como partido legal, aprovechó el capital político acumulado por las anteriores organizaciones guerrilleras que le dieron origen y una vez en la Asamblea Legislativa, Concejos Municipales y Ejecutivo, la cúpula demostró su verdadera naturaleza reformista y oportunista, la cual había sido denunciada aun en pleno conflicto, tildando a quienes se atrevieron a hacerlo de infiltrados, contrarrevolucionarios, etc. El tiempo fue suficiente para desenmascararlos ante el pueblo salvadoreño y sus bases, dentro de las cuales existen elementos que pugnan por un proyecto revolucionario. Las desviaciones de su cúpula no quitan el valor histórico del FMLN, en donde muchas personas ofrendaron sus vidas.
Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA): es un partido conservador populista de derecha, conformado en el año 2010 por una disidencia de ARENA. En el año 2014 lanzó la candidatura presidencial de Tony Saca, el mismo que ahora está siendo enjuiciado por el robo de 300 millones de dólares del erario público durante su mandato presidencial (2004-2009). Tiene planteamiento de extrema derecha y de corte fascista, como es la imposición de la pena de muerte como alternativa a la violencia y delincuencia.
Cambio Democrático (CD): es un partido de centro izquierda conformado en el 2005 por miembros socialdemócratas, demócratas cristianos y del FMLN. Su hito histórico inicia con el Frente Democrático Revolucionario (FDR-1980), Convergencia Democrática (1988), Centro Democrático Unido (CDU-1999), Cambio Democrático (CD-2005). En sus inicios mantuvo alianzas con el FMLN, las cuales continuaron cuando el FMLN se convirtió en partido electoral; sus últimas alianzas han sido con el gobierno de Nayib Bukele y el partido Nuevas Ideas (N) con el cual llevan coaliciones municipales en este 2021.
Partido Democracia Salvadoreña (DS): es un partido centro derecha, constituido en el 2012 y legalizado hasta el 2013. Su primer secretario general nacional fue el empresario Adolfo Salume Artiñano, quien ha sido señalado en los offshore en Panamá.
Según acta de constitución se fundamenta en el respeto y defensa de la Constitución Política y en principios del humanismo cristiano.
VAMOS: fue constituido en febrero del 2017 y legalizado el mismo año. Se definen como un partido de centro derecha. Su primer Secretario General fue el empresario Josué Alvarado, propietario de la empresa Río Grande Foods. Y en 2015 fue candidato a diputado por el PDC.
Nuestro Tiempo (NT): ideológicamente se definen como un partido de Centro Humanista, en su interior predomina una ideología de derecha. Popularmente se conoce como el nuevo partido de niños fresa.
Fueron reconocidos por el TSE en el 2019. Venden la idea que están mayoritariamente conformados por jóvenes que no han tenido experiencia en política, pero en su interior se encuentran personas que militaron en Nuevas Ideas (NI), diputados exareneros Johnny Wright y Juan Valiente, así como también hijos de personas ligadas a la política como Héctor Silva (hijo). Sus principales financistas son familias oligárquicas como Vidrí, Kriete, Sola, Etc. Así mismo hablan de ir “ir más allá de las ideologías”, lo que recuerda a los políticos en tiempos de campaña diciéndole al pueblo que no están haciendo política.
Bukelismo y Nuevas Ideas (N):
Bukele surge como caudillo ante el rechazo a la partidocracia, la corrupción, y el desgaste del bipartidismo ARENA-FMLN. El brazo político del ahora presidente fue el Movimiento Nuevas Ideas que luego se convirtió en el partido Nuevas Ideas (NI), el cual es un partido de derecha, legalizado en el 2018. Entre sus fundadores estuvo el actual presidente Nayib Bukele. Se definen como un “…partido político democrático, descentralizado, plural, inclusivo, sin ideologías obsoletas…”
Candidatos no partidarios: fueron un total de 61 personas que se abocaron al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para inscribir candidaturas; de estas un total de 22 fueron declaradas improcedentes, ya que según el TSE está prohibida la postulación como candidatos no partidarios, a personas que estén o hayan estado afiliadas a partidos políticos durante los tres años previos a la elección. El resto pasó a la fase de recolección de firmas, sufriendo un bloqueo constante del TSE, unido a los efectos de la pandemia por el COVID-19.
De las 61 solicitudes solamente 2 lograron superar los requisitos impuestos por el TSE. 1 para San Salvador (Roberto Leonardo Bonilla Aguilar, actual Diputado), y 1 por La Paz (Jesús Alberto Segovia Tejada). Estos tampoco son opción electoral ya que no son candidaturas clasistas ni de organizaciones del pueblo. En el caso del Diputado Bonilla su nueva habilitación a como candidato independiente ha sido cuestionada.
Las personas que no lograron inscribir sus candidaturas independientes, deben llamar al voto nulo en señal de protesta.
Dulces envenenados: Voto por Bandera, voto por rostro y candidatos no partidarios
El pueblo salvadoreño está descontento con los partidos políticos tradicionales principalmente ARENA-FMLN y su forma de hacer política, lo cual ha llevado a que los ciudadanos tengan apatía y no se vean motivos a ir a votar y de los deciden ir a votar, un porcentaje termina votando nulo o se abstiene de marcar las papeletas en señal de protesta.
Por ejemplo, en las elecciones legislativas del 2018, la participación fue del 45.73%, lo que equivale a 2,371,324 electores de un total de 5,186,042. Para el caso de las presidenciales del 2019, de un total de 5,613,101 electores solamente votaron 2,733,178, lo que representa el 51.88%. De este 51.88% (2,733,178) el partido GANA, bajo el cual participó el actual presidente Bukele, obtuvo 53.10% (1,434,856), todo ello a pesar de los altos índices de popularidad del presidente Bukele.
Existe un desgaste de los partidos tradicionales mayoritarios ARENA-FMLN y aun del mismo GANA. Aparejado a lo anterior se tiene la aceptación de la figura del presidente Bukele. Ante esto, los partidos tradicionales centran su campaña en votar por rostro y Nuevas Ideas (NI), el partido del presidente, llama a votar por bandera debido a que dentro de sus candidatos existen rostros de los mismos de siempre.
Si bien dentro de ciertos partidos en contienda existen personas con credibilidad o con banderas de luchas de ciertos sectores sociales, estos son el dulce envenenado de la fiesta electoral para atraer el voto, ya que una vez en los cargos en temas importantes terminarán votando contra el pueblo y los sectores mismos que dicen representar.
Los rostros pulcros que participan por los partidos políticos o de forma independiente en esta contienda en realidad no representan a nadie, debido a que su postulación no es producto de un ejercicio democrático preliminar, en donde sus postulaciones hayan surgido de consultas y asambleas de las organizaciones o sectores que dicen representar.
Luchemos por una real democratización del sistema político y electoral
El presidente Bukele no solo busca renovar el bipartidismo; por sus acciones se puede ver que busca concentrar todo el poder en su persona, poniendo así en riesgo la incipiente democracia burguesa surgida después de los Acuerdos de Paz, dando visos de un giro hacia un régimen bonapartista el cual terminaría llevándonos a una Dictadura.
Esta es una realidad, lo cual está siendo utilizado por los mismos de siempre que temen una dictadura, pero que a la vez por años han obstaculizado que la clase trabajadora, los campesinos, los pueblos originarios, etc., presenten opciones electorales, imponiendo requisitos que imposibilitan la legalización de partidos políticos y la participación no partidaria en los procesos electorales.
Si bien este 28 de febrero tenemos que movilizarnos para anular nuestro voto, debemos ir más allá y empezar un proceso organizativo y de discusión de métodos de lucha popular que permitan enfrentarnos a los mismos de siempre y revolucionar el sistema político salvadoreño. Debemos luchar por la apertura de espacios de participación política.
Ni el peor, ni el menos peor
Los partidos políticos tradicionales, bajo el discurso del menos peor y la defensa de la democracia buscan atraer votos, venden la idea de que se debe evitar que el presidente Bukele tenga mayoría en la Asamblea Legislativa.
En realidad, no buscan la defensa de democracia, sino más bien buscan preservar y proteger sus privilegios e intereses de cúpulas partidarias. Después del Acuerdo de Paz GOES-ARENA-FMLN, en lugar de democratizar el sistema político electoral se consagró el bipartidismo FMLN-ARENA, el cual busca renovar el presidente Bukele y su partido Nueva Ideas. La clase trabajadora salvadoreña no ha podido presentar opciones electorales al pueblo. El pueblo no tiene partido, ni rostro por quién votar, el menos peor termina siendo igual o peor que el anterior, sino veamos en las elecciones pasadas, el menos peor como era Bukele, ha irrespetado el mismo estado democrático de Derecho.
Corrupción, robo, aumento de la deuda y bajo crecimiento económico
El discurso contra la corrupción fue uno de los ejes primordiales de la campaña del ahora presidente Nayib Bukele, con lo cual logró mover parte del electorado a su favor. Y no es para menos, en los gobiernos de ARENA de 1994 al 2009 sustrajeron como gastos secretos un total de $504.22 millones, mientras en dos gobiernos del FMLN dicho gasto fue $534.48 millones.Lo anterior ha sido fuente de enriquecimiento de dichas administraciones.
Según el fallecido intelectual Salvador Arias, el robo realizado durante los gobiernos de ARENA rondó por los 37 mil ciento doce millones, 12 mil 515 dólares. No en vano el gobierno de Funes inició denunciando dichos robos, comprometiéndose en su campaña electoral a combatir la corrupción de los 20 años de gobierno de ARENA; pero al final terminaría haciendo lo mismo. Por ejemplo, se puede mencionar caso El Chaparral, donde el gobierno de Funes desvió US$ 45 millones.
El actual gobierno de Bukele, quien en su campaña pedía que devolvieran lo robado, ha corrido con menos suerte que los anteriores; ya a menos de dos años, funcionarios de su gobierno han sido señalados de corrupción y de supuestas compras irregulares. A manera de ejemplo está el caso de salud (…compró botas de hule para personal médico por $225 mil), FONAES (empresa Insema, S.A. de C.V., propiedad de la familia de Aguilar Zarco, había vendido 100,000 protectores faciales por un monto de 250,000 dólares al ministerio de Salud.), etc.
El saqueo de los fondos del estado parece no parar, mientras los gobernantes se llenan las bolsas; el endeudamiento del país continúa. El 2020 fue un año marcado por la pandemia por el COVID-19; datos oficiales sostienen que el 2020 cerró “…con un incremento de $2,817.18 millones, compromisos que representan casi el 90 % del tamaño de la economía” más allá de los esperanzadores decursos también se señala que “…la deuda pública continuará aumentando en 2021 y representará cerca del 94.1 % del PIB. Se estima que la economía crezca 4.6 %”.
Al final los corruptos no son juzgados y los que son juzgados terminan libres o les reducen las penas, sin obligarles a devolver lo robado. La corrupción es un problema estructural con el cual debemos terminar.
No a los reajustes fiscales
Al final será el pueblo salvadoreño quien terminará enriqueciendo a los gobernantes y sus grupos, a la vez que tendrá que pagar la deuda. Ello implica que después de estas elecciones las migajas dadas por el gobierno deberán ser devueltas, ya que estos para poder pagar la deuda tendrán que aplicar recetas de los organismos financieros internacionales lo que implicaría un programa de ajuste estructural como son aumentos de impuestos, venta de activos del estado, focalización de subsidios, eliminación de incentivos a los trabajadores públicos, etc.
Votar es nuestro Derecho: Anular el voto ante la ausencia de alternativa, es un deber
Por todo lo anterior, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), llama al pueblo salvadoreño a Votar Nulo en estas elecciones del 28 de febrero del 2021. Debemos mostrar nuestra inconformidad para todos los partidos políticos. Nadie debe negarnos nuestro Derecho al Voto Nulo, mandemos un mensaje de rechazo a todos los partidos políticos.
La imposibilidad de presentar opciones electorales del pueblo, debido a los requisitos impuestos por el sistema electoral, nos obliga a que este 28 de febrero votemos nulo como opción de protesta ante la corrupción, los robos realizados por los gobiernos y los partidos políticos tradicionales.
Por la creación y consolidación del partido de los trabajadores y el pueblo
Del voto nulo debemos pasar a la búsqueda de un espacio político en donde converjamos todas las organizaciones del pueblo salvadoreño y discutir los formas y métodos de lucha que nos permitan la participación política, y a la vez crear un referente político que represente y luche por el bienestar de las mayorías.
Este 28 F en las urnas anulemos, pero luego en las calles luchemos…
No nos confiemos, mejor Anulemos
Anular y organizar para el sistema político democratizar…
Centroamérica, 6 de febrero del 2021
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)