Han pasado dos años desde que se realizaron las elecciones para la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) “Oliverio Castañeda de León”, que permitieron recuperar esa organización, después de más 17 años de usurpación por parte de un grupo represor que nunca representó los intereses de los estudiantes.
Esta camarilla parasitaria fue respaldada por las administraciones de turno en la rectoría de la Universidad San Carlos (USAC). Las primeras elecciones democráticas, luego del periodo de usurpación, fueron ganadas por el extinto grupo Frente Estudiantil, que se identificaba más con los intereses de las agendas internacionales de las ONG’s que con la defensa de los intereses estudiantiles, lo que se demostró durante sus dos años de gestión en la medida que la nueva directiva electa no resolvió significativamente ninguno de los problemas que aquejan a las masas estudiantiles.
Un paso adelante, dos pasos atrás
En ese sentido, la recuperación o rescate de la AEU en 2017 fue un pequeño paso enormemente progresivo para reconstruir las tradiciones de organización y luchas de los estudiantes guatemaltecos, las que fueron cortadas a sangre y fuego por los distintos gobiernos militares, cuando los mejores dirigentes estudiantiles y magisteriales fueron secuestrados, asesinados o desaparecidos. Pero este paso progresivo se terminó diluyendo, porque las elecciones en 2019 para elegir otra directiva de la AEU se producen en medio de una enorme crisis de los grupos estudiantiles y de una gran apatía de los estudiantes.
Las tradiciones de arribismo y oportunismo contagian a algunos grupos estudiantiles
Es importante mencionar que las más oscuras tradiciones de la política nacional, como la corrupción, el caudillismo, el clientelismo y el arribismo, se refractan irremediablemente dentro de la USAC, contagiando y enfermando a una parte de los grupos estudiantiles, cuyos dirigentes se pelean por recoger las prebendas que caen del escritorio de rectoría.
La USAC es la única universidad pública de Guatemala y la más grande de Centroamérica. De sus aulas egresan una buena parte de los profesionales y personal técnico que brinda sus servicios en las instituciones del Estado y las empresas del sector privado. Entonces, algunos caudillos estudiantiles utilizan su posición de dirigentes como trampolín para sus intereses personales, ingresando al entorno de corrupción. Este fenómeno ha empeorado en los últimos años. Los “zopes” fueron la manifestación mas descarnada de este fenómeno degenerativo, pero la recuperación de la AEU en 2017 no logró acabar con ellos y el fenómeno del “zopismo” renace en otros grupos y dirigentes estudiantiles, quienes se inclinan siempre a negociar con rectoría prebendas y privilegios materiales
Por esta razón, las contiendas electorales dentro de la USAC se ven afectadas por esta arraigada y corrupta tradición de la política nacional, caracterizada por peleas entre pequeños grupos que en realidad no representan a nadie más que a sus intereses particulares, y cuyo objetivo central siempre es negociar prebendas con la rectoría, en detrimento de las grandes mayorías del estudiantado sancarlista en todo el país.
Otro fenómeno peligroso: escasa participación estudiantil
La realidad del “movimiento estudiantil”, es que esta siendo controlado por grupos minoritarios que carecen de legitimidad democrática. En la mayoría de unidades académicas de la USAC, solamente un 10% de la población estudiantil elige a sus representantes. La democracia estudiantil está en crisis. En las elecciones de 2017, de 140 mil estudiantes inscritos, solamente votaron cerca de 16 mil. En unidades académicas que cuentan con 1,200 estudiantes, solo 100 votaron para la elección de su respectiva asociación.
No cabe la menor duda que esta apatía estudiantil es consecuencia directa de los 36 años de guerra interna, que aniquiló físicamente a varias generaciones de la vanguardia estudiantil, y provocó un corte total en las tradiciones de organización y lucha.
Los diferentes rectores conspiran de manera permanente para evitar que la AEU vuelve a ser la organización de lucha y representativa de los estudiantes. Y mas bien alienta la corrupción y degeneración de algunos grupos estudiantiles, para captarlos y ganarlos a sus intereses.
La apatía no solo se ha manifestado en la escasa participación de los estudiantes en las elecciones de la directiva de la AEU, sino también la casi nula participación en la elecciones de las asociaciones de las diferentes unidades académicas, así como en los cuerpos colegiados en estas y en el propio Consejo Superior Universitario (CSU). Al no participar la mayoría de los estudiantes, los puestos de dirigentes estudiantiles son llenados por individuos que aspiran a mejorar sus ingresos personales, tener privilegios o enlazarse a las tuercas corruptas dentro de la USAC.
Ejemplo de esto son los banquetes que se sirven en todas las reuniones del CSU, los múltiples viajes y dinero que las autoridades aportan a los “representantes” estudiantiles, que son electos por una minoría
Olvido y abandono de los estudiantes de los centros universitario
Por si fuera poco, los centros universitarios ubicados en el interior de Guatemala se encuentran desligados de cualquiera de las formas de gobierno estudiantil desarrolladas en el campus central de la USAC. De la misma forma que la zona metropolitana se impone al resto del país, la centralización de las decisiones en los asuntos estudiantiles, además de promover la desarticulación entre estudiantes, divide al combativo estudiante del interior, dejando las principales decisiones en los grupos estudiantiles minoritarios y más acomodados de la capital.
Es preocupante que la directiva saliente de la AEU haya aprobado reformas a los estatutos de la AEU sin llamar a la gran asamblea general de estudiantes de toda la USAC, no solo del campus central. Se dedicaron a hacer cambios ridículos de forma y no de fondo, pues no buscaron incluir a los centros universitarios del interior dentro de la representación estudiantil. Esa antidemocrática reforma a los Estatutos, pretendía asegurarse que el resultado de las elecciones les beneficiase, jamás buscaron como fortalecer la participación y la democracia estudiantil.
¿Vale la pena votar en las elecciones del 2019?
Dos años después de la recuperación de la AEU, se realizarán las segundas elecciones. Al final, esta recuperación fue simbólica, porque no se logran restablecer las tradiciones de lucha del movimiento estudiantil guatemalteco.
Estas elecciones se atrasaron por las jornadas de la última toma estudiantil en todas las sedes universitarias, durante el mes de agosto pasado. En esta ocasión, las 3 planillas que luchan por el trofeo de la nueva directiva de la AEU, el 5, 6 y 7 de octubre, dejan mucho que desear.
Estos candidatos reproducen todos los males de la política nacional, sus discursos están centrados en ataques personales contra los contendientes, pero no presentan los programas y propuestas de lucha, para terminar con la escasa participación estudiantil y convertir al estudiantado en un factor de cambio revolucionario en Guatemala.
Es necesario refundar el movimiento estudiantil en la USAC
Desde 2016-2017 estamos ante una nueva fase de reorganización del movimiento estudiantil. Se recupero formalmente la AEU, pero el actual sistema electoral dentro de la USAC se basa en la enorme apatía de los estudiantes, provocada por 20 años de control por parte de los zopes.
En 2017 logramos sacudirnos a los zopes. El próximo paso debe ser lograr la democratización más amplia del movimiento estudiantil, haciendo a un lado a los arribistas y colocando al grueso de los estudiantes en las tomas de decisiones y elecciones de representantes. Para alanzar esta meta debemos partir de un programa de trabajo y lucha que reconozca las necesidades reales de los estudiantes y los despierte a la vida política.
Ante esta situación, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) plantea que es necesaria una refundación del mismo. Esta refundación debe tener un eje claro de democratización y reorganización de las actuales estructuras de gobierno estudiantil.
Debemos luchar para evitar que grupos minoritarios, que no gozan del respaldo de la mayoría, se eternicen en las estructuras de gobierno estudiantil, como hace poco lo hacían algunos grupos en la comisión Transitoria, atrincherados en el Honorable Comité de Huelga de Dolores.
Mas que votar para que todo siga igual o peor, es urgente cambiar radicalmente la estructura y forma de elección de los órganos de dirección de la AEU y de la representación estudiantil. Debemos terminar con el régimen presidencialista al interior de la AEU, ya que es una copia al carbón del sistema de gobierno que la oligarquía ha impuesto por casi dos siglos en Guatemala
Llamamos a reemplazar al secretariado de la AEU por un órgano colegiado formado por representantes o delegados electos en las diferentes asociaciones estudiantiles de las diversas unidades académicas que conforman la USAC. Esto implica un cambio desde las propias unidades académicas, que incorpore a las bases estudiantiles en la elección de las directivas de sus asociaciones, para que sean representaciones realmente democráticas que integren desde los salones a la mayor cantidad de estudiantes, único remedio para acabar con las tradiciones oportunistas, sectarias y antidemocráticas de los grupos minoritarios que hoy están usurpando la representación estudiantil.
Para impulsar estos cambios debemos luchar por la convocatoria de un Congreso Constituyente Estudiantil, que apruebe la nueva forma de gobierno, basada en un Consejo General, donde los cargos sean rotativos, que incluyan obligatoriamente a los delegados de provincia. Estos cambios deben terminar en nuevos Estatutos y nuevas elecciones aplicando el sistema de elección de delegados.
¡LUCHEMOS POR LA REFUNDACIÓN Y DEMOCRATIZACIÓN DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL SANCARLISTA!
Centroamérica, 4 de octubre del 2019
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)