Abajo la privatización en salud y educación, defensa de la seguridad social, aumentos salariales  y defensa de las conquistas laborales!

Este 1 de Mayo se celebrará en todos los países que conforman la nación Centroamericana bajo una situación particular.

Desde la firma de los Acuerdos de Paz (Nicaragua en 1990, El Salvador en 1992 y Guatemala en 1996), bajo la ofensiva neoliberal la región en su conjunto ha experimentado un retroceso sistemático en todos los indicadores económicos y sociales, producto de la oleada de privatizaciones parciales o totales de servicios públicos esenciales como salud, educación y seguridad social.

Todos los Estados nacionales de Centroamérica están endeudados, con enormes déficits fiscales, ya no pueden atender las necesidades mínimas de la población. lo que ha provocado una ola de violencia, desintegración social y oleadas migratorias hacia Estados Unidos, provenientes en su mayoría de los países del Triangulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras).

Bajo los tratados de libre de comercio, se han cerrado fábricas y empresas, golpeando de manera especial a la clase obrera industrial y debilitando con ello a los sindicatos y centrales obreras, organismos que han quedado en manos de corruptas burocracias.

Las nuevas “fábricas” que se han instalado son las maquilas, que no partan ninguna riqueza a nuestros países, y que son en realidad verdaderos centros de esclavismo industrial. Este nuevo proletariado agrupa a más de medio millón de personas en toda la región. Está compuesto en su mayoría por mujeres, pero tiene bajo niveles de organización, lo que permita la sobreexplotación.

Ante el debilitamiento y atomización de la clase obrera industrial, las principales luchas de resistencia contra la ofensiva neoliberal han sido libradas en los últimos años por los trabajadores públicos de los diferentes Estados, especialmente los sectores de salud y educación. En el año 2018 tuvimos las heroicas huelgas y luchas de los trabajadores públicos de Costa Rica, contra la aplicación del Combo Fiscal. Ahora le ha tocado el turno a los trabajadores públicos de Honduras, quienes están luchando contra la reciente Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación, que pretende imponer masivos despidos e iniciar la privatización de esos vitales servicios públicos.

Mientras el imperialismo norteamericano y europeo, en conjunto con las transnacionales, imponen a todos nuestros países, planes globales de ajuste neoliberal, los trabajadores de la región centroamericana seguimos peleando solos, divididos, limitados a los límites que nos imponen las fronteras artificiales, lo que constituye una gran debilidad.

En toda la región los trabajadores enfrentamos los mismos problemas: alto desempleo, bajos salarios, congelación salarial, destrucción de las conquistas de los pactos o convenios colectivos, negación sistemática de nuestros derechos laborales, desorganización y para colmo las pocas centrales obreras han quedado en manos de corruptas burocracias que no quieren luchar.

1.- Guatemala: el gigante continúa dormido

Guatemala tiene la economía y la clase obrera más grande de Centroamérica. En 2019 la clase obrera guatemalteca se ha visto afectada por el estancamiento de los salarios. En diciembre de 2018, para sellar el respaldo de la oligarquía al gobierno de Jimmy Morales en el conflicto con la CICIG, el presidente ordenó que el salario mínimo no fuera incrementado en el nuevo año, favoreciendo al empresariado organizado en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF).

De esta cuenta, los salarios mínimos se mantuvieron en Q 2,992.37 para actividades agrícolas y no agrícolas y Q 2,758.16 para actividades de maquila y exportación. Mientras el costo de la vida ha continuado incrementándose implacablemente; para marzo la canasta básica de alimentos se situó en Q 3,564.44 y la canasta básica ampliada, que incluye los gastos en servicios básicos, se elevó a Q 8,230.06. A simple vista se evidencia que los salarios mínimos no alcanzan ni para la alimentación básica de una familia promedio. Pero en muchos centros de trabajo los empresarios voraces no pagan ni siquiera los sueldos mínimos, sobre todo en plantaciones de café, hule, caña de azúcar, palma africana y otros productos de agroexportación, y en pequeñas municipalidades del interior.

Además de ello es común que no se pague las horas extras, que los patronos no paguen sus cuotas al Instituto Guatemalteco de Seguro Social (IGSS), y se roben las cuotas que descuentan a los trabajadores, que a las trabajadoras se les pague menos por hacer las mismas tareas y se les despida al quedar embarazadas. La represión sindical está a la orden del día, con un nivel de sindicalización del 1.7% en todo el país.

Luego de la ejemplar lucha de los médicos del sistema público de salud a finales del año 2018, que tuvo logros importantes, no ha habido luchas significativas en el país. La enorme falta de empleos, que obliga al 70% de la población a ocuparse en la economía informal, pesa fuertemente sobre el 30% que logra un empleo formal, pues ese ejército de desocupados influye negativamente en los esfuerzos por formar sindicatos y llevar luchas reivindicativas. Los sindicatos estatales, que han sido quienes han dado luchas importantes en los últimos años, especialmente en los sectores de salud y educación, están fuertemente controladas por burocracias con frecuencia corruptas, que facilitan material a la burguesía y los gobiernos para impulsar campañas de desprestigio en los medios contra los sindicatos en general.

2.- El Salvador: Dispersión, división y subordinación de las organizaciones de trabajadores

A nivel general existe una dispersión y división en el movimiento sindical. La principal causa es el control burocrático ejercido durante los 10 años gobierno continuo del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), y de otros corrientes que subordinan los sindicatos a los partidos políticos.

Con  el ascenso del FMLN al  gobierno  se produjo un incremento de nuevas  organizaciones sindicales, principalmente en el sector público,  ahora con la pérdida del gobierno han agilizado la legalización de muchos otros sindicatos. Pero esto no se debe al crecimiento del numero de trabajadores, sino que mas bien reflejan una profunda dispersión de los sindicatos.

Bajo los gobiernos del FMLN, muchas direcciones sindicales se dedicaron a reprimir, atacar y desprestigiar a las oposiciones sindicales. El FMLN subordinó a muchas organizaciones sindicales, convirtiéndolas en instrumentos del ajuste y la austeridad capitalistas, pero ahora en tránsito a la oposición el FMLN ha realizado un giro táctico presentándose como abanderados de las luchas de los trabajadores. Pese a ello, los trabajadores públicos del sector salud, y los empleados municipales, han mantenido una resistencia contra los planes de ajuste del saliente gobierno del FMLN.

La polarización política entre el FMLN y los partidos de derecha (ARENA y ahora GANA) crea una artificial división en el movimiento sindical, debemos evitar que las diferencias políticas e ideológicas terminen dividiendo a los sindicatos

En la Asamblea Legislativa se discute el proyecto de Ley de la Función Pública, que pretende regular a los trabajadores públicos, pero para arrancar muchas de sus conquistas históricas.

Los trabajadores del sector privado están desorganizados y por eso mantienen un bajo perfil en las luchas reivindicativas. Una gran parte vive atemorizada, siendo el sector de la clase trabajadora que tiene menos prestaciones y conquistas laborales. Ante lo anterior, es necesario conformar una Plataforma de Lucha Sindical y Popular, con los 12 puntos que proponemos, para poder enfrentar los planes del nuevo presidente Nayib Bukele. Muchas organizaciones tienen ilusiones que el nuevo gobierno de Bukele va a restituir muchas las conquistas perdidas durante los gobiernos de RENA y después del FMLN. Nada más falso, debemos prepararnos para desarrollar la mas amplia unidad de lucha entre los trabajadores, para detener los nuevos planes de ajuste fiscal.

3.- Honduras: ¡Abajo la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación!

Luego de la lucha contra el fraude electoral de 2017, las protestas y movilizaciones populares fueron decayendo paulatinamente, pero en el año 2018 se produjeron importantes luchas de resistencia: paros de transportistas; la heroica huelga de trabajadores bananeros, otra la vanguardia proletaria de Honduras, la que fue reprimida salvajemente por la Policía; asambleas informativas y huelgas parciales de enfermeras; la lucha del Colegio Médico contra la privatización de los hospitales, etc.

La reciente aprobación de la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación, que pretende imponer despidos e iniciar la privatización de estos servicios públicos, ha provocado la repuesta de dos importantes contingentes de empleados públicos: médicos y enfermeras, y el gremio magisterial, que fue la columna vertebral de la lucha contra el golpe de Estado del 2009.

La lucha conjunta del sector salud y educación en Honduras, es la mas importante de Centroamérica en la actual coyuntura y, por lo tanto, los gremios de los otros países debemos brindar solidaridad activa.

Las centrales obreras tradicionales, como la Central de Trabajadores de Honduras (CTH), la Central General de Trabajadores (CGT) y la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), están dirigidas por anquilosadas y corruptas burocracias que solo levantan la mano al momento de decidir los irrisorios aumentos del salario mínimo cada año y desfilar cada 1 de Mayo.

4.- Nicaragua: prevalece la atomización de la clase trabajadora

La insurrección juvenil y popular de abril del 2018 produjo profundos cambios políticos en el país, enormes sectores sociales se movilizaron contra la nueva dictadura, pero la clase trabajadora estuvo ausente.

Esta atomización se debe a la casi desaparición física de la clase obrera industrial. Su lugar ha sido ocupado por el nuevo proletariado de las maquilas, inexperto y los pocos sindicatos están controlados por la Central Sandinista de los Trabajadores (CST). A nivel de empleados públicos, el Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), dirigidos por Gustavo Porras, mantiene un control totalitario sobre los empleados públicos. Estas dos centrales controladas por el FSLN son una camisa de fuerza contra los trabajadores nicaragüenses, al grado tal que en la última reunión de la Comisión Nacional del Salarios Minino (CNSM) a inicios de este año, fueron los mas firmes defensores que en el año 2019 no hubiese aumento del salario mínimo.

Las otras centrales, como la Central de Trabajadores Nicaragüenses (CTN), la Central de Acción y Unidad Sindical (CAUS), y la Confederación de Unidad Sindical (CUS), han quedado reducidas a membretes y son aparatos colaboracionistas de la dictadura Ortega-Murillo.

La principal reivindicación de los trabajadores nicaragüenses es terminar con la dictadura Ortega-Murillo para recuperar las libertades políticas y los derechos sindicales.

5.- Costa Rica: continúa la lucha contra las consecuencias del Combo Fiscal

En el año 2019, el movimiento sindical y obrero en Costa Rica enfrenta una violenta ofensiva gubernamental y patronal. El Gobierno Alvarado-Piza y la pandilla neoliberal (PAC, PLN y PUSC) impulsan, desarrollan y aplican un profundo proceso de reacción política y económica.

La reacción económica se basa en la aplicación del Combo Fiscal: un paquetazo económico que redujo los salarios de los trabajadores del sector público, imponiendo los pagos porcentuales a nominales de los componentes salariales, mejor conocidos como pluses salariales (anualidades, carrera profesional y otros). También aumentó de forma generalizada los impuestos a 1% de la canasta básica y servicio como el agua, luz y otros.

Asimismo, el Gobierno Alvarado-Piza ejecutó la canallada de sacar de la canasta básica productos necesarios y saludables, tales como el atún en agua, los garbanzos, las mandarinas, fresas y otros, para imponerle un 13% de impuestos. Eso significará que miles de familias no podrán volver a comer ese tipo de alimentos e incluso muchos otros. Esas medidas económicas están conduciendo a una mayor pauperización de los trabajadores, sectores populares y clases medias.

Por otro lado, la discusión y eventual aprobación de los proyectos que prohíben la huelga y convierten a diferentes servicios públicos (79 en total), tales como la educación, en servicio esencial en donde el derecho de huelga será totalmente prohibido representará un golpe reaccionario y antidemocrático terrible contra el movimiento sindical y obrero.

La eliminación de derechos fundamentales básicos, como el derecho a la huelga se extiende de forma generalizada en todos los servicios públicos. En realidad, la prohibición al derecho a la huelga se generaliza, ya que este, en los hechos, no existe en la empresa privada en donde existe una verdadera dictadura patronal. Esa situación de legalización de la prohibición de la huelga en el sector público es el traslado e imposición de la situación de la empresa privada al sector público.

A su vez el proyecto de “Ley de Reforma al Empleo Público” es un profundo retroceso en materia salarial y laboral en el movimiento sindical costarricense. Ese proyecto constituye una contra reforma laboral profunda en el sistema de salarios y de empleo público en todo el sector laboral público de Costa Rica. Entre otros aspectos reaccionarios, impondrá el llamado “salario global” que, en realidad, es una forma de camuflar el denominado “salario único”. Dicho salario eliminaría, de un solo golpe, en el caso del sector educativo, los incentivos existentes, tales como, anualidad, carrera profesional, incentivo didáctico, zonaje y otros. Lo mismo le sucederá al resto de los trabajadores del sector público.

Para dividir a los empleados públicos, esa contra reforma laboral se aplicará en todos sus extremos a los nuevos trabajadores, una vez que la Asamblea Legislativa apruebe esas reaccionarias “reformas”. Es importante destacar que a los  empleados públicos de vieja data ya se les redujo los salarios, imponiendo la aplicación de los pagos nominales, no porcentuales, de los incentivos o pluses salariales.

Ese salario único sería el equivalente al salario base, aunque éste aumentará ligeramente, más un supuesto “incentivo por competitividad” que solamente se le pagará a un máximo del 30% de los nuevos empleados públicos. Es decir, que el 70% de los trabajadores, de nuevo ingreso, del sector público se quedará ganando sólo el salario base.

Por otra parte, como el 100% de los nuevos empleados públicos tendrán que pelearse ese 30% de incentivo, se entablará una fuerte lucha y competencia feroz entre los trabajadores por “ganarse” ese porcentaje de “estimulo”. Eso va a estimular el surgimiento o ensanchamiento de los serviles y sapos hacia los jefes para obtener su respectiva calificación de su “incentivo de competitividad”. Para engañar a los ingenuos y tontos la contra reforma laboral de empleo público otorgará los llamados nuevos “incentivos no monetarios” que constituyen un gran engaño.

En el caso específico del sector educativo, la imposición de ese “salario global”, conllevará a la imposición del trabajo a destajo, es decir, por lecciones en el sector de primaria que hasta la fecha trabaja por jornada. Esto va a conllevar a mayores niveles de sobre explotación entre los docentes de primaria. Por otro lado, dicha contra reforma impondrá también un nuevo sistema de selección y reclutamiento del personal, ya que se van a evaluar las “competencias” de los nuevos empleados públicos, además de la prueba psicométrica y la entrevista. En el caso concreto de educación se impondrán pruebas específicas en las diferentes áreas de español, ciencias (Biología, Física, Química), estudio sociales y demás disciplinas.

Al final, el verdadero propósito de esta contra reforma laboral es eliminar todos los incentivos actualmente existentes por un “salario global” que reducirá globalmente los salarios de los trabajadores del sector público. Según el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN) el Estado se va a ahorrar en 18 años de aplicación de esta contra reforma 55 mil millones de colones.

Además, ese proyecto anti-trabajador público flexibiliza las normas para despedir a los empleados públicos, bajo el eufemismo de "desvinculación". Con dos evaluaciones consecutivas menores a 70 el trabajador será despedido. Otras causales de despidos, inapelables, serían la falta absoluta de fondos y la reorganización institucional.

La gran pregunta necesaria es ¿Qué están haciendo las dirigencias nacionales de los sindicatos en salud y educación para enfrentar y combatir esos nefastos proyectos de contra reforma laboral y antidemocráticos? La respuesta es nada. Se requiere elegir a una nueva dirigencia sindical a nivel de todos los sindicatos, ya sea del magisterio nacional, salud, municipalidad y otros sectores. Los trabajadores se deben rebelara contra sus dirigencias actuales y elegir a nuevos dirigentes sindicales que sean luchadores y combativos. Ese es el camino.

Nuestra propuesta de 12 puntos: Plan de Lucha Anticapitalista, Antiimperialista y Centroamericanista.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) reiteramos, una vez más, nuestro llamado a la clase trabajadora, centrales y organizaciones sindicales, campesinas, indígenas, estudiantiles y populares, a levantar un Plan de Lucha que impulse la más amplia unidad de acción de los trabajadores y sectores populares, haciendo suyas las siguientes propuestas de lucha:

1.- Luchemos unidos por la defensa de los servicios públicos y contra las privatizaciones. En todos nuestros países, los gobiernos de turno pretenden reducir el enorme déficit fiscal, aprobando más impuestos contra los trabajadores y la clase media, y profundizando las privatizaciones y venta de activos estatales, para llenar un saco roto.

Dentro de las medidas impuestas por el FMI en toda Centroamérica están: reformas al sistema de seguridad, reformas al sistema de pensiones, aumento al IVA, recortes a prestaciones a trabajadores públicos, etc. Debemos exigir el no pago de la deuda pública externa e interna, no más endeudamiento y que esos recursos sean invertidos en servicios públicos con calidad.

2.- Aumento y nivelación general de salarios. El salario mínimo en toda la región debe nivelarse por lo menos a 600 dólares. En toda Centroamérica debemos luchar por el aumento de salarios conforme suba el costo de la vida.

3.- Por un plan de obras públicas para combatir el desempleo y contrarrestar la violencia, la delincuencia y la migración, que se produce en los países del Triangulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras)

4.- Rechacemos las leyes que atentan contra los intereses de los trabajadores públicos y privados. En todos los países se están tramitando leyes que restringen las libertades democráticas y las conquistas laborales, como la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación en Honduras, la propuesta de Ley de la Función Pública en El salvador, que representaría un retroceso de las conquistas obtenidas, o la Ley de Reforma al Empleo Público en Costa Rica, solo para citar los ejemplos mas relevantes.

5.- Defensa y ampliación de los pactos, contratos o convenios colectivos de los trabajadores del sector público y del sector privado. Debemos luchar para que se terminen las contrataciones temporales de trabajadores en el sector público, todo trabajador debe tener derecho a ser considerado permanente, con todos los derechos laborales, y no un trabajador de segunda clase, sin derechos

6.- Por mejores condiciones de trabajo, prestaciones laborales y el derecho de libre sindicalización de los trabajadores de las maquilas. En estas empresas se vive una moderna esclavitud laboral. Los empresarios cierran las empresas maquileras y no pagan salarios ni la indemnización respectiva a los trabajadores. Al momento de ser autorizadas, las maquilas deben proporcionar garantías mínimas para el pago de las prestaciones laborales.

7.- Defensa y mejoras a la seguridad social.  En todos los países de Centroamérica están en marcha reformas que revierten las conquistas de la maltrecha seguridad social. No debemos permitir que se continúen implementando las recomendaciones del FMI en materia de pensiones. No al aumento de la edad de jubilación, si al aumento del monto de las pensiones.

En El Salvador debemos luchar por que el privatizado sistema de pensiones pase nuevamente al Estado, pero bajo el control de los trabajadores. Debemos volver al esquema de seguridad social clásica, donde el Estado y la patronal aporten las mayores contribuciones para las pensiones de los trabajadores.

8.- Que la crisis fiscal la paguen los grandes empresarios, reducción del salario de los altos funcionarios del gobierno: quienes más ganan deben pagar más impuestos. El neoliberalismo descarga la crisis fiscal sobre la clase media y la clase trabajadora. Quien más gana debe pagar más impuestos. Esta es la única manera de garantizar los servicios básicos de salud y educación y la seguridad social. Los grandes empresarios son quienes deben pagar el déficit fiscal. Se deben reducir los salarios de los altos funcionarios del gobierno, estos deben ganar el salario de un obrero profesional.

9.- Por la creación de Coordinadoras intersindicales, por la alianza obrera, campesina y popular en cada país y en toda la región centroamericana. Para lograrlo debemos luchar también por la independencia política y la democracia obrera dentro de los sindicatos y centrales obreras y campesinas. Debemos recuperar los sindicatos que se encuentran en manos de burocracias, que se han transformado en aliados de los gobiernos que aplican planes neoliberales. Ninguna confianza en partidos burgueses tradicionales ni en los partidos de la burguesía emergente.

10.- Por la implementación del control de los trabajadores en las empresas privadas e instituciones estatales. Está de moda la lucha contra la corrupción, pero los únicos que pueden luchar realmente contra la corrupción son los trabajadores y los sindicatos, porque solo ellos conocen cómo funcionan las empresas, dónde se esconde el dinero y quienes se enriquecen con los recursos del Estado.

11.- Por la democracia, independencia y renovación en los sindicatos y centrales obreras y campesinas. Las viejas centrales obreras están anquilosadas y burocratizadas, han abandonado la razón de ser de los sindicatos que es luchar por el bienestar de todos los trabajadores. Por eso llamamos a renovar las direcciones de las viejas centrales, a iniciar un proceso de sindicalización en las industrias del sector privado, creando nuevos sindicatos en las maquilas, para fortalecer y revitalizar las organizaciones de los trabajadores. Debemos instaurar el principio de la democracia obrera, donde las decisiones se toman en asambleas generales, y se respeta la decisión de las mayorías. De igual forma, debemos luchar por la independencia política de las centrales obreras y sindicatos, los que jamás deben estar sujeto o atados a los gobiernos de turno o los partidos políticos de la patronal.

12.- Retomemos las banderas antiimperialistas y la lucha por una nueva independencia Centroamérica. Solo los trabajadores podemos liberar a Centroamérica del yugo del imperialismo norteamericano. Esta lucha por la nueva independencia nacional nos plantea la inmediata tarea de reconstruir el Estado Federal, en el camino del socialismo, y esto lo lograremos solo bajo un gobierno de los trabajadores en toda Centroamérica.

Centroamérica, 29 de abril del 2019

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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