¡¡¡CAYÓ PÉREZ MOLINA!!!..... ¿Y AHORA QUÉ SIGUE?

 

LA LUCHA SE TRASLADA AL PLANO ELECTORAL.

 

NO VOTE POR LOS PARTIDOS PATRONALES: ¡¡LLAMAMOS A VOTAR CRÍTICAMENTE POR LOS CANDIDATOS DE LA IZQUIERDA!!

 

Finalmente, la soga se cerró alrededor del cuello de Otto Pérez Molina. Los acontecimientos se sucedieron con rapidez. El 1 de septiembre en horas de la tarde los 132 diputados reunidos en el Congreso en sesión plenaria decidieron retirar la inmunidad al hasta entonces presidente Pérez Molina. De inmediato el Ministerio Público (MP) solicitó una orden de arraigo en su contra, que fue concedida en horas de la noche. El 2 de septiembre el MP solicitó orden de captura, que fue emitida por el juez a cargo de caso de defraudación aduanera La Línea.

Ese día a las 7 de la noche Pérez Molina firmó su renuncia al cargo de presidente de la nación, misma que fue entregada al Congreso casi a media noche. El 3 de septiembre, mientras el ex presidente se presentaba ante el juez Miguel Ángel Gálvez y el MP para la audiencia de primera declaratoria en su contra, 116 diputados reunidos en el Congreso aceptaron su renuncia, para luego juramentar como nuevo presidente al hasta entonces vicepresidente Alejandro Maldonado Aguirre; al finalizar la tarde el juez dictó prisión provisional contra Pérez Molina, quien fue trasladado a la cárcel militar ubicada en el Cuartel Matamoros.

La lucha contra la corrupción en Guatemala comenzó como un tradicional conflicto inter burgués, entre la camarilla jefeada por Pérez Molina-Baldetti y sectores tradicionales de la burguesía, apoyados por el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) y el gobierno de Estados Unidos, pero en el transcurso de este conflicto irrumpieron las masas populares, presionando desde abajo.

El hecho más notable de estas jornadas de lucha fue el paro nacional del 27 de Agosto. Ante el peligro del desbordamiento popular, sectores de la burguesía se vieron forzados a paralizar sus negocios, sumando formalmente al paro nacional, creando un falso ambiente de unidad nacional contra la corrupción gubernamental. Algunos sectores de la izquierda perdieron la brújula, como la dirección del Comité de Unidad Campesina (CUC), una de las principales organizaciones integrantes de la Asamblea Social y Popular (ASP), quienes aparecieron en bloque con empresarios del CACIF y la Iglesia Católica, confundiendo la necesaria unidad de acción en la lucha con llamamientos conjuntos, que comprometieron seriamente la independencia política de la ASP.

No cabe duda que la renuncia de Baldetti, la de Pérez Molina y la mayoría de sus ministros, es un gran logro de las masivas movilizaciones de la población, que incansablemente han salido a las calles para exigir no solo la renuncia del ex mandatario, sino la total depuración del corrupto sistema político.

Ha sido la presión de las masas populares en las calles, y también la cercanía del proceso electoral, lo que llevó a la bancada del Partido Patriota (PP) y la de su hasta ahora aliado partido Libertad Democrática Renovada (LIDER), a dar la espalda a Pérez Molina y votar por quitarle la inmunidad, so pena de desprestigiarse aún más ante el electorado.

En nuestra pasada Declaración del 24 de Agosto del 2015, alertamos que “(…) el sector burgués que presiona a Pérez Molina, aspira a que el actual vicepresidente Alejandro Maldonado asuma las riendas del poder bajo un gobierno transitorio títere de la oligarquía y del imperialismo norteamericano, con el objetivo de acelerar las reformas democráticas para contener la movilización de masas”

Este escenario ya se produjo. Después de la renuncia de Pérez Molina, el Congreso nombró a Alejandro Maldonado como nuevo presidente de Guatemala, a escasos días de la realización de elecciones generales el próximo 6 de Septiembre. Maldonado es un viejo zorro de la política guatemalteca, cuya formación la obtuvo en la juventud del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), el ultraderechista partido continuador de los principios de la contrarrevolución de 1954, autodenominado el “partido de la violencia organizada”. Este es el personaje “idóneo” para conducir la transición ordenada por el CACIF y el gobierno de Estados Unidos.

Sin el estorbo de Pérez Molina, la oligarquía y el imperialismo tratan de resolver la crisis ahora por la vía electoral, conformando un nuevo gobierno bajo su absoluto control, y desde un nuevo Congreso conformado por bancadas pequeñas, impulsar las reformas que configuren un nuevo régimen político a su medida.

Existe un ambiente de borrachera democrática producto de la caída pacifica del gobierno de Pérez Molina, que está siendo utilizado por la burguesía, el CACIF y las fuerzas de la reacción para legitimar la transición a través del proceso electoral. Mientras muchos están eufóricos por el enjuiciamiento a Pérez Molina, se olvida que las elecciones también son un campo de lucha para la izquierda y los sectores populares. Aunque no se hayan aprobado las ansiadas reformas electorales, estamos obligados a enfrentar a todos los partidos patronales, creando y fortaleciendo una alternativa de izquierda.

Llamamos a los trabajadores, campesinos, indígenas, mujeres, y demás sectores oprimidos y explotados de Guatemala, a profundizar la lucha en las calles, para terminar de borrar a los políticos corruptos y a los empresarios oligarcas involucrados en la corrupción y la evasión de impuestos. La lucha por transformar el sistema político nunca podrá estar completa si no la unimos a la lucha por un auténtica reforma agraria, por la defensa de los territorios contra las empresas voraces que destruyen el medio ambiente y no consultan a las comunidades, por salarios y condiciones laborales dignas para los trabajadores, por un sistema de salud pública eficiente y gratuito, por un sistema educativo igualmente gratuito y de alta calidad.

Estas demandas no solo deben ser exigidas en las calles. Debemos aprovechar todo resquicio que ofrezca esta democracia imperfecta y colocar representantes obreros y populares en el Congreso y alcaldías, que impulsen y apoyen la lucha por estas sentidas demandas. Por ello, en las elecciones del 6 de septiembre, llamamos al voto crítico por los candidatos postulados por la izquierda en los partidos CPO-CONVERGENCIA y URNG-WINAQ. La lucha por la democratización de Guatemala debe continuar en las calles y el Congreso, hasta lograr imponer la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente plurinacional e incluyente que transforme Guatemala a favor de los oprimidos.

¡Rechazamos al nuevo gobierno del ultra derechista Maldonado Aguirre, fiel sirviente del imperialismo y la oligarquía!

¡Por un gobierno de las organizaciones campesinas, indígenas, sindicales, de mujeres y populares!

¡Asamblea Nacional Constituyente plurinacional y popular ya¡

Centroamérica, 4 de septiembre del 2015

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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