Por José René Tamariz

Actualmente existe un proceso de discusión sobre el grave problema de la sobrecarga laboral que enfrentamos los docentes. En la toma de posesión el presidente de la República, Carlos Alvarado, se refirió a esta cuestión. Algunos ingenuos que creen en las promesas electoreras y los discursos consideran que el nuevo presidente y el novato ministro de educación, Edgar Mora, van a ayudar o resolver semejante cuestión. El asunto de la sobrecarga laboral es un asunto sistémico de la educación, por ende, necesita respuestas y soluciones de fondo, cambios sustanciales en todo el sistema educativo, y, no de formas, cosméticas y de mentirillas. 

Los cambios de programas, metodología y de evaluación

El Ministerio de Educación Pública (MEP), sus mandos superiores e intermedios son como un gran paquidermo anquilosado, pesado y demasiado lento. Esto convierte al sistema educativo en altamente burocrático y verticalista y, por ende, antidemocrático. Los burócratas del MEP realizaron cambios en los programas de estudios en casi todas las materias, pero en realidad dichos cambios no cambiaron significativamente los contenidos y fundamentos de las distintas ciencias sociales, naturales, artes y otras disciplinas. Veamos un ejemplo concreto. En ciencias naturales, los “genios” o el “genio” que hizo los cambios en los programas de estudios en tercero y cuarto ciclo, lo que hizo o hicieron fue un popurrí. En tercer ciclo tomaron los contenidos de sétimo, octavo y noveno y agarraron una porción de cada nivel y lo metieron en sétimo, octavo y noveno.  En cuarto ciclo fue aún peor, los programas en biología, física y química no tienen ni pie ni cabeza, están sumamente desordenados e incoherentes.

¿A qué docentes consultaron para hacer los cambios en los programas? A docente del aula ninguno. El MEP y su ex flamante ministra de educación, Marta Sonia Mora, realizaron sendos cambios para la educación del “futuro”, sin embargo, todo esto es una demagogia. Los docentes no fueron consultados ni mucho menos participaron en esos “grandes cambios” para la educación del nuevo milenio. Esto fue una estafa de esa ex ministra de educación. Todos los cambios en educación que provengan de arriba hacia abajo están destinados al fracaso, eso es lo que no han entendido los burócratas del MEP y del gobierno. Una reforma, aunque sea mínima requiere la participación de sus actores sociales, estudiantes, educadores y padres de familias, sino terminan en el fracaso y en el cesto de la basura. 

Los cambios en la metodología también fueron inconsultos. Los “genios” que trabajaron e hicieron los cambios en la metodología se leyeron algunos manuales del Banco Mundial, la OCDE y otras instituciones, los copiaron y adaptaron a los programas de educación de Costa Rica. Por ejemplo, en ciencias de tercer ciclo definieron y decidieron que solamente se aplicara el método de “indagación” como única metodología para enseñar ciencias, lo cual es incorrecto, ya que no existe, para enseñar ciencias, un solo método sino diferentes métodos y metodologías.

Por otro lado, de forma burocrática y ajustando los porcentajes para que los estudiantes pasaran de nivel, decidieron que el trabajo cotidiano en tercer ciclo, en las materias básicas, fuera de 45%, las tareas del 10%, la asistencia del 10% y los exámenes del 35%. Lo mismo, aunque con porcentajes menores, hicieron en cuarto ciclo. En algunas materias eliminaron los exámenes e inventaron realizar proyectos. ¿Es esto correcto? Mientras los educadores que son los que están en la línea de fuego no hayan sido consultados esos cambios constituyen un grave error. ¿Por qué no fue un 50% en trabajo cotidiano o bien 60%? El porcentaje impuesto por el MEP es antojadizo. ¿Por qué 10% en tareas? ¿Por qué mejor no eliminar los exámenes también en las materias básicas?  No existe explicación ni respuesta al respecto, más que los burócratas de MEP así lo decidieron por su “genialidad” o bien porque lo copiaron de algún otro país.

La sobrecarga laboral docente

Existen un conjunto de actividades que obviamente son funciones inherentes al cargo del educador, tales como hacer exámenes y calificarlos, dejar tares y calificarlas, realizar trabajo cotidiano y calificarlos, hacer tablas de especificación y planeamientos. Sin embargo, en los últimos años la profesión de educación se ha convertido como un hospital, hay que atender todo tipo de males y dolencias que no son parte de la profesión. Veamos y analicemos algunas sobrecargas laborales abrumadoras en educación.

Las Adecuaciones Significativas y No Significativas.

Según las estadísticas del MEP, año 2015, existían a nivel nacional 145.223 adecuaciones curriculares (11.242 de acceso, 16.087 Significativas y 117.894 no significativa), dicha cifra en ese momento representaba el 15% de los estudiantes matriculados.  Es muy probable que esa cifra haya aumentado en varios miles a la fecha actual. La aplicación de las adecuaciones NO significativas y significativas representa una sobrecarga labora para los docentes, ya que en ese gran espectro se encuentran niños o jóvenes hiperactivos (TDAH),  problemas de lenguaje, trastorno del espectro autista ((TEA) combinado con TDAH, entre ellos asperger de diferentes tipos  y otros problemas de aprendizajes, a los cuales hay que atender sin conocimientos del trastorno ni la forma de enseñarles o atenderlos, pero hay que atenderlos y educarlos en el aula, sin saber cómo hacerlo.  A lo anterior hay que agregar que, por causa de la ley de igualdad, hay que incorporar a los niños y jóvenes de educación especial a las educación y aulas regulares, lo cual será una nueva sobrecarga laboral para los docentes.

Existen educadores que, dependiendo de la cantidad de secciones que tengan, tienen desde 30 hasta 50, 60 o más estudiantes con adecuaciones no significativas, asimismo pueden tener uno o varios estudiantes con adecuaciones significativas. Todo lo anterior significa que se deben hacer un montón de informes tediosos, de seis columnas, trimestrales de los estudiantes con adecuaciones, ya sean significativas y no significativas. Además, para los estudiantes con adecuaciones significativas hay que hacer una larga programación educativa individual anual (PEI), perfil de entrada, perfil de salida, exámenes diferentes, adaptación de contenidos y otros rubros a veces a niveles de segundo, tercer, cuarto, quinto o sexto grado.

Comités, Efemérides y Diversos Programas

Todos los educadores deben formar parte de uno o varios comités que se forman al inicio del curso lectivo los cuales deben obligatoriamente realizar una serie de actividades diversas, asimismo los docentes están obligados a realizar diferentes efemérides sobre múltiples celebraciones y fechas, sean nacionales e internacionales. A lo anterior hay que agregarle que los docentes, dependiendo de sus materias, deben realizar actividades específicas, tales como ferias científicas, festival estudiantil de las artes (FEA), programa Con Vos y participación en muchos otros programas y otras ocurrencias de los burócratas del MEP.

Por otra parte, existe el llamado comité asesor, integrado solamente por algunos docentes, el cual debe realizar una serie de trabajos sobre las adecuaciones curriculares, hacer y entregar otros tipos de informes. A los docentes que forman parte de ese comité solamente le pagan el 7.77% del salario base, lo cual constituye una miseria comparado con las grandes cantidades de actividades y trabajos que deben desarrollar sus integrantes.

Extenuantes Jornada de Trabajo a Destajo

Por otro lado, las largas y extenuantes jornadas de trabajo de los educadores, muchas veces, desde 7 am hasta las 4:10 pm, atendiendo a 6 o más secciones, cansan y estresan cotidianamente al personal docente. A esas largas jornadas hay que agregarle la atención educativa de varios niveles e impartir, como son los casos de ciencias y estudios sociales, varias materias (Ciencias, Afectividad y Sexualidad Integral en tercer ciclo, Física, Química o Biología, Estudios Sociales y Cívica). Asimismo, ese tipo de jornadas de estudios para los jóvenes adolescentes resultan pesadas y antipedagógicas, ya los muchachos no quieren recibir ni estar en el aula en las últimas lecciones porque se encuentran cansados tanto física como mentalmente. El trabajo a destajo, llamado eufemísticamente por lecciones cansa y estresa a los docentes. Si a todo lo anterior, en el caso de muchos docentes, se le suma el hecho de que, para completar la cantidad de lecciones, deben de trabajar en dos, tres, cuatro o cinco colegios, está llevando a enfermar y a la crisis a miles de educadores.

Algunas propuestas para enfrentar la sobrecarga laboral  

Las propuestas planteadas en este artículo tienen como objetivo iniciar la discusión, el debate y la lucha por cambiar la situación laboral que viven miles de educadores a lo largo del territorio nacional, así como iniciar la lucha por hacer cambios en el sistema educativo el cual se encuentra en una profunda crisis.

  1.  Los Educadores tienen como función educar o formar integralmente a los niños y jóvenes. Por el regreso de sus funciones a los educadores.
  2.  Sobre las adecuaciones curriculares. Las adecuaciones no significativas deben eliminarse, no son necesarias y las adecuaciones significativas deben revisarse de forma exhaustiva por docentes y especialistas, dejando solamente aquellas que sean una necesidad para los estudiantes.
  3.  Derogación del decreto que plantea la integración de los estudiantes de educación especial a las aulas regulares. Se debe balancear correctamente el derecho a la igualdad de los estudiantes del sector de educación especial con la sobrecarga laboral de los educadores. Llevar a estos estudiantes a las aulas regulares representará más trabajo y más estrés hacia los educadores. No se trata de que nos den “capacitación” para atender esa población especial, la cuestión de fondo es que los docentes no somos docentes de educación especial ni especialistas en las dificultades y los problemas de aprendizajes que tienen esos niños y jóvenes. Este cambio significaría un cambio sustancial y alteración en el contrato de trabajo que requiere rediscutirse.
  4.  Reducción del número de efemérides, reducción del número de comités y de los diversos programas. Que los consejos de profesores se encarguen de decidir cuántas efemérides se celebren en el año, así como los tipos de comités y programas que se deban formar e impulsar. Que los burócratas no decidan por el personal docente.
  5.  Que los planeamientos se realicen por trimestre no de forma mensual.
  6.  Aumento al 25% del salario base para los compañeros que trabajan en el denominado comité asesor.
  7.  Plazas en propiedad para todos los interinos, así como evitar que los docentes trabajen en varios colegios e impartan tantos niveles.
  8.  Detener los ceses de los educadores interinos. Estos ceses deben realizarse solamente a final del curso lectivo, ya que es una desconsideración e ingratitud contra los compañeros que tienen responsabilidades y compromisos financieros económicos que atender.
  9.  Semestralización del curso lectivo, lo cual conllevaría a reducir la cantidad de exámenes de 6 actualmente a 4 solamente. Dos exámenes por semestre. Ello implicaría reducir tanto la sobrecarga a los docentes y el estrés de tantos exámenes en los estudiantes. También habría más tiempo para revisar y calificar el trabajo cotidiano y otros trabajos de los alumnos.
  10.  Eliminación del trabajo a destajo. Trabajo por jornada y no por lecciones. Se debe mantener el salario equivalente a las 48 lecciones cuando se haga el cambio. El horario de los docentes de secundaria debería ser el equivalente al que se realiza en primaria: la jornada de la mañana de 7 am a 12 m, por la tarde de 12:10 pm a 5:10 pm.

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