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Sindicatos del ICE en pie de lucha contra la privatización de la electricidad

A finales de Septiembre del año en curso, los sindicatos de trabajadores del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) desarrollaron un paro parcial de 24 horas y una importante y combativa marcha en las calles de San José, que terminó ante el edificio de la Asamblea Legislativa, protestando contra el Proyecto de Ley de Contingencia Eléctrica, enviado con carácter de “emergencia” por la presidenta Laura Chinchilla.

Este proyecto de Ley de Contingencia Eléctrica pretende abrir mayores espacios de inversión a la generación privada. Agitando el fantasma de una posible crisis energética, Laura Chinchilla pretende incrementar la generación de energía en unos 400 megavatios durante los próximos seis años, autorizando nuevos proyectos privados de generación eléctrica de 20 a 30 megawats, en detrimento de la capacidad del ICE

 

Chinchilla pretende aumentar la generación eléctrica privada de un 15% en la actualidad hasta un 25 % en los próximos años. No estamos ante un proceso de venta del ICE, no se atreven a hacerlo por el momento, sino ante el estrangulamiento de la generación estatal, favoreciendo a los inversionistas privados.

Y cuando nos referimos al sector privado, evidentemente no estamos hablando de las cooperativas rurales, o de las empresas municipales, sino de los grandes grupos económicos privados, sean costarricenses o transnacionales, que hacen jugosos negocios con la generación y venta de energía eléctrica. Es un secreto a voces que en Costa Rica, en los últimos 20 años, la apertura a la inversión privada ha sido subsidiada con la agónica descapitalización del ICE.

El ICE fue creado en 1949, un año después de la revolución democrática de 1948, cuando se asentaba en Costa Rica el paradigma socialdemócrata del “Estado benefactor”, que desde hace tiempo viene siendo desmantelando por la propia dirigencia del Partido Liberación Nacional (PLN), ahora nuevamente en el gobierno, en el marco de la brutal contraofensiva neoliberal.

Producto de más de 50 años de una vigorosa industria eléctrica en manos del Estado, y con el ojo vigilante de los sindicatos del ICE, Costa Rica ocupa el primer lugar en América Latina con una cobertura eléctrica del 99%, y probablemente con el precio de la energía eléctrica más barata de la región.  El 95% de la energía eléctrica que se produce en Costa Rica es de naturaleza renovable, es decir, es hidroeléctrica, geotérmica y eólica. Todo eso ha sido posible por el enorme peso de la industria eléctrica en manos del Estado.

El reanimamiento de las luchas de los trabajadores del ICE pasó desapercibido de manera consciente para la gran prensa regional, y eso tiene una explicación. El 17 de Marzo del año 2000, los sindicatos del ICE iniciaron una huelga nacional que, junto a otros sectores sociales, impidieron la aprobación de un conjunto de leyes que pretendía privatizar la producción de energía eléctrica y las telecomunicaciones. Dicho proyecto fue conocido popularmente como “Combo del ICE”.

Los trabajadores del ICE lograron, con su movilización, paralizar los intentos de privatización de las telecomunicaciones bajo la primera presidencia de Oscar Arias (1986-1990), aunque posteriormente, y con muchas mañas, la burguesía costarricense logró imponer la apertura de la telefonía celular.

Estas luchas contra las privatizaciones se transformaron posteriormente en lucha contra la ratificación del CAFTA, que incluía, bajo la metáfora del “libre comercio”, la inversión privada en áreas que eran tradicionalmente monopolio del Estado. Los trabajadores no fueron vencidos en la lucha, sino en el amañado referéndum del 7 de Octubre del 2007, hace exactamente 4 años.

No obstante, la lucha por la defensa de la industria eléctrica estatal vuelve colocarse a la orden del día. Los trabajadores costarricenses, que en su oportunidad dieron una enorme y ejemplar lección de lucha a sus hermanos centroamericanos, tienen nuevamente una enorme responsabilidad. Los sindicatos del ICE constituyen, sin lugar a dudas, la vanguardia de los empleados públicos costarricenses. Es urgente promover una alianza entre los sindicatos del ICE con los sindicatos magisteriales y del sector salud, con las diferentes federaciones de estudiantes universitarios, para defender lo que queda de las conquistas de la revolución de 1948.

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