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El alcalde Arzú, enemigo de los trabajadores informales

Por Armando Tezucún

Álvaro Arzú, alcalde de la capital guatemalteca, ha gobernado la municipalidad dando prioridad al ornato, a las obras de reparación y mantenimiento y al maquillaje de la ciudad para hacerla agradable al turismo. Como parte de esta orientación la alcaldía la ha emprendido contra los miles de vendedores callejeros que, como resultado de las estructuras sociales y económicas injustas no encuentran empleos dignos y no tienen más que recurrir a un negocito improvisado para poder subsistir, sobre todo aquellos que se aventuran a migrar del interior a la capital.

Pero primero veamos quién es el alcalde. Álvaro Arzú Irigoyen es descendiente de inmigrantes vascos españoles y forma parte de la élite reducida pero poderosa de descendientes de europeos y gringos que controla las riquezas del país. Ha sido empresario del sector turismo, comerciante e industrial. En su juventud fue miembro del Movimiento de Liberación Nacional, partido rabiosamente anticomunista heredero del ejército mercenario dirigido por Carlos Castillo Armas que derrocó al gobierno nacionalista revolucionario de Jacobo Arbenz en 1954. El MLN estuvo vinculado a escuadrones de la muerte y paramilitares que asesinaron a líderes populares y dirigentes políticos durante el enfrentamiento armado interno.

Entre 1978 y 1981 fue director del Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT). En 1982 fundó el Partido Nacional Renovador, con el que ganó ese año las elecciones a la alcaldía de la capital; este triunfo se vio frustrado por el golpe militar del general Efraín Ríos Montt. En 1985 formó el Partido de Avanzada Nacional junto a otros empresarios y profesionales liberales, ganando la elección a alcalde de la capital, puesto que ejerció de 1986 a 1990. En las elecciones generales de 1990 se postuló para presidente por el PAN, quedando en cuarto lugar. Entre enero y septiembre de 1991 fue ministro de relaciones exteriores del gobierno de Serrano Elías.

En 1995 fue electo presidente, iniciando su período en enero de 1996. En diciembre de ese año firmó los acuerdos finales de paz con la guerrilla. Sin embargo, su política económica fue totalmente contraria al espíritu de los acuerdos, pues profundizó el desmantelamiento del Estado al privatizar mediante negocios poco claros numerosas compañías estatales de energía y servicios. Entre las empresas privatizadas estuvieron Guatel en comunicaciones, la Empresa Eléctrica, los ferrocarriles nacionales con Fegua e Indeca; también entregó en concesión a empresas privadas numerosos servicios como correos, parques deportivos, parquímetros, etc.

En las elecciones de 2003 volvió a ganar la alcaldía, cargó que ostenta hoy por segunda vez consecutiva al haber resultado reelecto en los recién pasados comicios de 2007. La corriente política que fundó Arzú ha gobernado la municipalidad desde 1986 (el ex presidente Berger fue alcalde por el PAN y Fritz García Gallont por el Partido Unionista), aunque el PAN original sufrió varias rupturas y el grupo de Arzú se llama actualmente Partido Unionista. A pesar de ello, los problemas esenciales del municipio, como el abastecimiento de agua, el control de desechos, la contaminación, el transporte colectivo y el asfixiante tráfico no han sido resueltos en esos 22 años.

Lo que sí hemos podido ver es la prepotencia con que Arzú y su equipo manejan los asuntos municipales. La Policía Municipal de Tránsito, creada en 1998 para ordenar el tráfico dentro de la ciudad, formó un grupo de élite entrenado y equipado como fuerza antidisturbios. Este grupo hizo su debut desalojando por la fuerza precisamente a vendedores informales en los alrededores de la feria de Jocotenango en agosto de 2004.

Recientemente la PMT se ha visto involucrada en acciones violentas contra vendedores en las calles. El 4 de abril un grupo de 80 vendedores que trabajan en los alrededores del Hospital Roosevelt fueron desalojados violentamente por agentes de la PMT, con saldo de un policía y dos vendedores heridos; varios periodistas que intercedieron por los vendedores fueron vapuleados por los esbirros de Arzú. El 17 la PMT desalojó a otro grupo de vendedores de flores y dulces en la zona 10. Al igual que sucedió con los vendedores del Roosevelt, su mercadería fue destruida o confiscada. Este abuso seguramente está relacionado con el proyecto de ampliación aceras y pasos peatonales llamado Módulo Urbano Peatonal diseñado por el Departamento de Control de la Construcción Urbana de la municipalidad, que consiste en facilitar el acceso a hospitales y centros de salud privados frecuentados por sólo por los sectores pudientes y turistas, pues sus precios son prohibitivos para las clases populares.

En un incidente insólito, el día 25 una patrulla de la Policía Nacional Civil capturó a un agente de la PMT que manejando un vehículo municipal atropelló a un motociclista. Cuando los compañeros del capturado se enteraron, acudieron 30 agentes municipales en motos, quienes agredieron a los cinco policías de la PNC para rescatar al detenido, huyendo velozmente cuanto transeúntes empezaron a defender a los PNC y llevando consigo el vehículo que atropelló al motorista. Los PMT incluso robaron parte del equipo de los PNC.

El caso está en tribunales. Arzú y los responsables municipales han dado muestras de una prepotencia inaudita al defender a capa a espada a los PMT en contra de toda lógica y razón; llegando incluso a desperdiciar el dinero de los impuestos pagados por los ciudadanos publicando anuncios de televisión justificando la acción ilegal de los PMT.

La Policía Municipal es más odiada por la población que la Policía Nacional, pues cometen toda clase de abusos poniendo multas arbitrariamente y cepos a los vehículos que consideran están mal estacionados. Una parte del presupuesto de la Muni está supuesta a ser financiada por las multas impuestas por la PMT, de allí la urgencia que tienen los PMT por sacar el dinero a los ciudadanos.

Otro caso más de las políticas antipopulares de Arzú es el siguiente. Con el propósito de convertir el Centro Histórico de la capital en un lugar de paseo y diversión para los turistas y las clases pudientes, la alcaldía, en conjunto con la Cámara de Comercio, hoteleros, la Policía Nacional Civil, el Instituto Guatemalteco de Turismo, el Ministerio de la Defensa y otras entidades, están impulsando el Plan Cuadrante. Este plan consiste en desalojar del centro a mendigos, jóvenes y niños sin hogar que viven en parques y calles, indigentes y vendedores callejeros. Los vendedores están organizados en el combativo Sindicato de la Economía Informal y está por verse si podrán ser desalojados. Pero los más desprotegidos están siendo objeto de una cobarde y constante agresión por parte de la Policía Municipal, la PNC y el ejército. En especial la PMT llega por las noches a los lugares donde pernoctan los indigentes y muchachos de la calle golpeándoles, torturándoles y arrojándoles agua. Se teme que esta policía llegue a tomar medidas más drásticas como eliminación física o secuestro y expulsión de los indigentes a las afueras de la ciudad.

Los socialistas revolucionarios denunciamos al alcalde Arzú como un incompetente incapaz de resolver los problemas esenciales de la ciudad y un individuo prepotente que pretende manejar la municipalidad como si fuera su finca personal. Nos solidarizamos con los vendedores informales, los indigentes y personas desamparadas que viven en las calles y los llamamos a enfrentar de forma organizada y unida las abusivas políticas municipales Estos sectores son el producto de la economía de mercado injusta y voraz que los lanza a la miseria y al desempleo.

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El plan anti inflación del Gobierno de Cólom

Por Armando Tezucun

El jueves 10, el gobierno de Álvaro Colom anunció una serie de medidas económicas para combatir el alza galopante en los bienes de consumo básico de la población. Frente a la política económica del último gobierno, el plan esbozado por Colom parece atrevido, puesto que incluye precios tope a ciertos artículos, subsidios para otros (en especial a los combustibles), bonos salariales para los trabajadores del estado y sectores vulnerables (adultos mayores, etc.), liberación de contingentes de importación e impuestos a las llamadas por teléfonos celulares.

 

La agobiante inflación

El año 2007 cerró con una inflación del 8.75%, muy por encima del 5% previsto por la Junta Monetaria y el Banco de Guatemala (banco central del país). Este año, a pesar de que las autoridades económicas prevén una inflación del 5,5%, la dura realidad indica que será rebasado con creces. Para el mes de marzo el Instituto Nacional de Estadísticas calculó una inflación interanual de un 9.1%.

Para los trabajadores y sectores populares esto ha significado un empobrecimiento creciente. Según el INE para febrero la canasta básica vital (cantidad necesaria para obtener alimentos y servicios para una familia de cinco miembros) llegó a Q 3,157.04 (US$ 418.15), y la canasta básica de alimentos (sólo alimentos) era de Q 1,730 (US$ 229.13). Productos tan básicos como el pan o las tortillas han aumentado su precio entre un 15 y 20% con respecto al mismo mes del año anterior.

Los salarios, en cambio sólo han aumentado un 9% en los últimos dos años. El último incremento en el salario mínimo fue de 4.5% para el campo y 5.5% para la ciudad (Q 1,317.70 y Q 1,450.20 mensuales respectivamente). Si comparamos el salario mínimo con el costo de las canastas básicas resulta claro el incremento de la miseria entre las clases populares. Incluso el salario de los que tienen mejores sueldos (un promedio de Q 2,500.00 para los obreros de la construcción, por ejemplo) resulta insuficiente para sostener una familia regular.

El criminal capitalismo globalizado se ensaña contra las clases oprimidas

Ante la crisis con el gobierno se excusa diciendo que la inflación es importada. En efecto, los precios del petróleo se han disparado a niveles nunca sospechados, hasta US$ 117 el barril, afectando los precios de toda clase de productos y servicios que dependen o en los que tiene ingerencia el combustible fósil.

La búsqueda de ganancia por parte de capitalistas agrícolas que han reducido la producción de granos alimenticios para producir biocombustibles ha disparado los precios de los granos básicos. El trigo, por ejemplo, ha aumentado su precio internacional en un 180% durante el último año. Pero hay otro factor importante. Ante el estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y la subsecuente recesión, los inversionistas especuladores están desviando sus capitales hacia las commodities, el mercado de materias primas, presionando hacia arriba los precios de granos básicos, metales y combustibles fósiles. Esta voracidad de los capitalistas, a quienes no les importa provocar una crisis alimentaria mundial media vez sus ganancias estén aseguradas, es una prueba palpable de que la lucha de los trabajadores es no solamente contra las burguesías de sus propio país, sino contra un sistema inhumano de dominación capitalista mundial.

2008, un año difícil

Todos estos factores combinados harán que este año veamos una disminución de la tasa de crecimiento de la economía guatemalteca. El año 2007 fue el de mayor crecimiento económico en 30 años, con un 5.6% del PIB. Pero la recesión de la economía estadounidense y el alza en los precios del petróleo y cereales revertirán la tendencia de crecimiento de la economía. Esto incluye el monto de las remesas enviadas por trabajadores migrantes a sus familias, que fue de US$ 4,128 millones en 2007, casi igual a las exportaciones, US$ 4,219 millones (cifras del Banco de Guatemala publicadas en el diario El Periódico el 11/1/08). La pérdida de empleos por la crisis y el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos provocarán una baja en el ritmo de crecimiento de las remesas, que funcionan como un amortiguador social al aliviar la situación de las familias pobres que no encuentran un lugar en el mercado laboral local.

Durante los tres primeros meses del año la Junta Monetaria y el Banco de Guatemala mantuvieron una proyección optimista de crecimiento de la economía para 2008 de un 5.3% del PIB y una tasa de inflación del 5,5%. A inicios de abril el Fondo Monetario Internacional publicó el informe Perspectivas de la Economía Mundial, en el cual evalúa el efecto de la recesión en EE.UU. La proyección del FMI es de que la economía guatemalteca crecerá un 4.8% en 2008 con una inflación del 8%. Esto obligó, un día después, a que la presidenta del BANGUAT, Antonieta de Bonilla corrigiera las proyecciones de las autoridades económicas locales, adecuándolas a las del FMI.

Reacciones ante el plan de Colom

Este es el panorama frente al cual el presidente anunció su conjunto de medidas económicas. Como era de esperarse, llovieron los comentarios adversos de parte de especialistas y entidades empresariales: “Establecer precios topes da como resultado la escasez o desaparición de los productos; mientras que los subsidios fomentan el contrabando en las fronteras y generan evasión fiscal” (Hugo Maúl, economista neoliberal, diario El Periódico, 11/4/08). Pero el más fuerte opositor fue el FMI, quien en boca de su representante para Centroamérica, Alfred Schipke dijo que se opondrá siempre a cualquier intromisión del gobierno en asuntos de mercado (diario Siglo 21, 12/4/08). El FMI recomendó cero ingerencia en el libre mercado y que el Estado dirija recursos a los sectores más vulnerables (transferencias condicionadas, etc.), y por supuesto, que los salarios no deben subir al ritmo que los alimentos, por los efectos inflacionarios.

Como resultado de las críticas Colom retrocedió y suavizó su lenguaje. En un mensaje televisado el domingo 13 anunció el plan, en el que ya no habló de precios topes sino de lograr un “pacto de solidaridad” con la empresa privada y cooperativas para reducir o estabilizar precios, mediante consensos que den como resultado “precios acordados”. Además anunció un plan de emergencia para estimular la producción de granos básicos, mediante planes de acceso a la tierra, préstamos sin intereses, subsidios, entrega de semillas mejoradas y fertilizantes; todo ello para lograr suplir el déficit de granos básicos que obliga a importar grandes cantidades de cereales, en especial maíz. El plan incluye la entrega de transferencias condicionadas a familias pobres del interior para que envíen sus hijos a la escuela, programas de vivienda y apoyo a pequeñas y medianas empresas.

Durante toda la semana siguiente el gobierno se ha estado reuniendo con empresarios individuales y productores para lograr acuerdos respecto a los precios. El primer acuerdo anunciado fue con las compañías distribuidoras de gas, que mantendrán los precios actuales hasta fin de año. Este no fue un acuerdo difícil, porque los dueños de estas empresas han sido amigos, colaboradores y financistas del presidente. Actualmente se están negociando precios de harina, pan, arroz, aceite vegetal, pollo, combustibles y otros productos básicos. Sin embargo, sectores gremiales como la Cámara de Industrias y la poderosa Asociación de azucareros de Guatemala negaron que estén en estas negociaciones, lo que hace dudoso que se logren finalmente los acuerdos esperados. En todo caso Colom programó para el domingo 20 el anuncio de acuerdos y nuevas medidas.

Por un plan que realmente beneficie a los trabajadores

Ante los planes del gobierno que busca solucionar la situación tratando con pinzas a la burguesía, los trabajadores y sectores populares debemos exigir un aumento salarial acorde al nivel de inflación: que los salarios aumenten de manera automática según el aumento de la inflación. Exigimos un verdadero control de los precios, no precios acordados con los capitalistas, cuidando sus ganancias. Los empresarios han amenazado que si hay control de precios habrá desabastecimiento, especulación y mercado negro provocado por ellos mismos. Ante esta reacción de la burguesía, proponemos que sean las propias organizaciones de trabajadores, campesinos y sectores populares quienes controlen la distribución de los productos de primera necesidad. Que el gobierno abra almacenes estatales con productos a bajo precio y alimentos comprados directamente a los productores campesinos a precios justos. De lo contrario, cualquier otro plan no será más que una burla de la que sólo saldrán bien parados los consorcios capitalistas que controlan la economía del país.

BEAR  STEARNS  Y  LAS FARC:

ECONOMÍA POLÍTICA DE LA GLOBAFASCISTIZACIÓN (Primera parte).

Por Sergio Barrios Escalante

Sociólogo e investigador Social, Consultor independiente. Editor de la Revista de Análisis de Fondo “RAF-Tulum

Revista Tulum No 32, Marzo 2008

http://tulum.weblog.net

 

 

En última instancia, son los factores económicos los que determinan los procesos históricos…” Federico Engels.

Introducción:

Por un lado, las autoridades supremas de los EEUU ordenan un rescate bancario de 30 mil millones de dólares (algo que no sucedía en ese país desde el año 1930) para la firma en quiebra Bear Stearn; por otro lado (y con poco tiempo de diferencia), ordenan la masacre de “Sucumbíos”, en la frontera colombo-ecuatoriana. Ambos hechos, aparentemente inconexos, están íntimamente relacionados y tienen un mismo propósito y objetivo estratégico: lograr la reactivación económica de los Estados Unidos.

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