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Los 5 puntos de Nayib Bukele: un programa que no podrá cumplir

Todavía no se ha comprendido a cabalidad el significado del triunfo electoral de Nayib Bukele, en las elecciones presidenciales de El Salvador, el 3 de febrero del 2019. Los partidos Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) conspiraron para evitar la inscripción de su partido, Nuevas Ideas, pero al final pudo montarse en el partido Gran Alianza de Unidad Nacional (GANA), derrotando a sus adversarios en primera vuelta.

 

Bukele utilizó la bandera anticorrupción para atraer a los votantes. Así lo hicieron también el resto de partidos, pero solo el discurso de Bukele atrajo la atención de las masas populares, a pesar que GANA es el partido fundado por el ex presidente Elías Antonio Saca, quien purga una larga condena de cárcel por delitos de corrupción bajo su administración. Esta inclinación por Bukele mostró un masivo rechazo a los partidos que ya habían gobernado, como son ARENA y el FMLM.

Pero el triunfo electoral de Bukele también refleja un reacomodo de los sectores burgueses, quienes se muestran inquietos por el constante deterioro de la economía en El Salvador. Diversas fracciones burguesas financiaron a Bukele, porque necesitan un rediseño del régimen político, muy desgastado por las administraciones de ARENA y del FMLN.

Después de los Acuerdos de Paz de 1992, en cada proceso electoral se fue construyendo un régimen bipartidista, basado en la hegemonía del partido gobernante, con la colaboración institucional del partido que había quedado en segundo lugar. La hegemonía de ARENA se mantuvo ininterrumpida por 20 años (1989-2009) y por el decenio de dos gobiernos del FMLN (2009-2019). En ese periodo, aunque la Constitución de 1983, estableció el pluralismo el poder se concentraba en dos partidos que constituyeron los pilares del sistema bipartidista, que tuvo su mayor expresión bajos los gobiernos del FMLN. Los partidos minoritarios (PCN, PDC, CD y GANA) sirvieron para maquillar la esencia bipartidista del régimen político, el cual entró en crisis terminal bajo los gobiernos del FMLN.

La crisis del régimen bipartidista, el descontento popular, la crisis crónica de la economía salvadoreña, fueron factores que forzaron a diversos sectores burgueses a cerrar filas en el nuevo salvador: Nayib Bukele.

En un reciente discurso ante la derechista Fundación Heritage, el paladín de la nueva derecha salvadoreña, Nayib Bukele, pronunció en un importante discurso que resumen los cinco puntos más importantes de su programa. Veamos.

La política de “cero tolerancia” a la corrupción fue desarrollada durante la campaña electoral, pero Bukele no menciona que los principales negocios de los empresarios provienen de las oscuras transacciones relacionadas con las contrataciones con el Estado, es decir, del manejo de los recursos del presupuesto nacional. la única manera de acabar con esos manejos por debajo de la mesa, es que los trabajadores controlen y supervisen a las autoridades del Estado, algo que Bukele jamás podrá hacer.

Relacionado con el tema del combate a la corrupción, Bukele ha planteado la necesidad de autorizar la creación de una Comisión Internacional de Combate a la Impunidad en El Salvador (CICIES), copiando el modelo de la CICIG en Guatemala. Pero la CICIES no gusta a los grupos económicos, por las mismas causas que la burguesía chapina termino echando a la CICIG: porque obstaculiza las contrataciones con el Estado, donde salen a bailar las coimas millonarias para obtener el privilegio de los contratos de compras.

Otro punto que se ha propuesto Bukele es detener el flujo migratorio hacia Estados Unidos en un plazo de cinco años, una misión realmente imposible, pero que le encanta a la administración Trump. Incluso se atrevió a afirmar que los salvadoreños no deben solicitar renovación del TPS en Estados Unidos ¿Cómo lo va a lograr? Nuevamente vemos a Bukele como los presidentes que le antecedieron: prometiendo inversión extranjera, que nunca llega sino es con la absoluta seguridad de que va a recuperar cien veces más el dinero invertido.

Bukele ha planteado cinco puntos que jamás podrá realizar.