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¿Giro a la izquierda en Centroamérica?

Poco a poco, con ritmos diferentes en cada país, nos estamos sacudiendo la pesada losa que sepultó al proceso revolucionario iniciado en 1979 con el triunfo sobre Somoza, y la movilización revolucionaria de las masas en El Salvador y Guatemala.

La derrota de la revolución centroamericana abrió un largo periodo de “reacción democrática”, en el cual el imperialismo norteamericano y las burguesías cipayas combinaron el establecimiento de regímenes formalmente democrático burgueses con una feroz ofensiva neoliberal de privatizaciones. Fue un periodo marcado por el retroceso de la clase obrera y de los partidos de izquierda.

La ofensiva del capitalismo neoliberal ha dejado huellas profundas en el proceso de debilitamiento de las organizaciones de los trabajadores. En todo este periodo se produjeron luchas de los trabajadores, contra la privatización de los servicios públicos, por la defensa del salario, de los recursos naturales, pero hasta el momento no hemos podido igualar estas movilizaciones y luchas defensivas con las que ocurrieron en la primera mitas de los años ochenta, cuando Centroamérica era un volcán revolucionario.

El apretado triunfo electoral del FMLN termina con más de veinte años de continuismo de ARENA en el gobierno. El largo reinado de ARENA era una reminiscencia dolorosa de ese período de auge de la contrarrevolución, y un recordatorio de la situación de “reacción democrática” impuesta después de 1990.

El triunfo electoral del FMLN abre una discusión sobre si hay un giro de las masas hacia la izquierda. El concepto de “izquierda” se ha desnaturalizado últimamente, debido a que casi todos los gobiernos burgueses de América Latina afirman ser de “izquierda”: desde Chávez hasta Bachelet.

Lo que ha ocurrido, y Centroamérica no parece ser la excepción, es que las masas, cansadas del neoliberalismo, están votando por aquellas agrupaciones o partidos que al menos critican verbalmente los estragos del capitalismo neoliberal, que por cierto vive una profunda crisis. El triunfo del burgués reformista Álvaro Colom en Guatemala, el giro reformista de Mel Zelaya desde el gobierno en Honduras, en menor medida el triunfo de Daniel Ortega en Nicaragua, reflejan distorsionadamente estos cambios políticos. A lo anterior debemos agregar la alta votación obtenida por el PAC en Costa Rica.

El apretado triunfo electoral del FMLN y el cambio de gobierno en El Salvador confirman esta clara tendencia política, con la particularidad que en la región Centroamérica venimos de sufrir una derrota histórica. Este reanimamiento del movimiento de masas, que tiene como antecedente inmediato las luchas de resistencia que han protagonizado los trabajadores en casi todos nuestros países.

Estamos viviendo un periodo de ilusiones democráticas del movimiento de masas, en los precisos momentos en que el sistema capitalista vive la peor crisis en los últimos 60 años. Ante la ausencia de partidos marxistas revolucionarios con arraigo entre las masas, los trabajadores han votado por estas opciones, en aras de conseguir un cambio. Son los primeros en el proceso de recuperación de la derrota histórica sufrida. Pero este desarrollo no es lineal ni ascendente, implica muchos peligros. Las masas deberán hacer su experiencia con estos gobiernos. Nuestra misión es ayudar a que esta experiencia sea lo más corta posible, para iniciar la lucha por la revolución socialista. Por eso creemos que ha llegado la hora de fundar o constituir el gran Partido Socialista Centroamericano.