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EL SALVADOR.- Las maras y el paro de transporte

Desde primeras horas del día 27 de julio, muchas de las rutas del transporte colectivo de El Salvador amanecieron sin prestar el servicio a la población. El paro ha sido intenso, causando malestar entre quienes nos vemos obligados a usar el transporte colectivo.

Este paro, a diferencia de otros, no fue ocasionado por la voracidad de los empresarios del transporte para reclamar aumento de tarifas, o en su defecto el subsidio gubernamental. En esta ocasión, los transportistas protestan por las continuas extorsiones de las maras contra las unidades de transporte, conflicto que cobra vidas de motoristas de manera constante. Pero en realidad quienes han convocado u obligado al paro son las maras, demostrando un gran poder.

Los transportistas presionan al gobierno de Sanchez Cerén para que intensifique el combate militar contra las maras, una demanda muy sentida entre la población que a diario se ve sometida a asaltos y la inseguridad permanente.

Lo que ha hecho este paro de transporte, organizado por los empresarios, es poner una vez más en la agenda pública el tema de la inseguridad y la violencia que azota a El Salvador.

El gobierno de Sanchez Cerén llama a la calma, al mismo tiempo que alista tropas para combatir militarmente a las maras. El conflicto armado entre maras y las fuerzas armadas (apoyando a la Policía Nacional Civil) es cada vez más abierto, en algunos lugares adquiere las características de una mini guerra civil.

Durante los años que el FMLN estuvo en la oposición, se mostró conciliador ante el fenómeno social que expresan las maras, pero ahora, en su segundo gobierno, ha tomado el mismo camino equivocado de los gobiernos areneros que le precedieron, embarcándose en una salida militar ante el problema de la violencia, que por cierto no es atribuible solo a las maras, sino a las redes de corrupción y de poder que se manejan incluso desde los aparatos de represión del Estado.

El gobierno de Estados Unidos, a través de su embajador Thomas Shannon, planteó al gobierno de Sanchez Cerén la necesidad de apretar el combate contra las maras, en una salida militarista que, dada la amplitud del fenómeno social que representan las maras, vendría a ser una especie de genocidio contra los jóvenes marginalizados de los barrios pobres de El Salvador.

Las maras, por su parte, presionadas militarmente por el gobierno del FMLN, han querido mostrar su fuerza, y lo han logrado. Y es que las maras tienen un alto de grado de organización y disciplina, comparable a las guerrillas que existieron en El Salvador y el resto de Centroamérica.

Lamentablemente, una parte de las maras se han convertido o están aliadas con el crimen organizado, y esto facilita los ataques del gobierno del FMLN y aumenta el rechazo de la población. Si algo muestra el actual paro de transporte en El Salvador es una sociedad profundamente dividida y polarizada en torno al fenómeno de descomposición social que reflejan las maras.

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) exigimos al gobierno del FMLN que profundice el dialogo y la negociación con las maras, que reconozca a estas como un fenómeno social que es producto de la descomposición del capitalismo. La salida militarista se ha mostrado ineficaz. Deben implementarse programas de reinserción social de los miembros de las maras.

Al mismo tiempo llamamos a las maras a abandonar las extorsiones y asesinatos contra motoristas, que son hermanos trabajadores.

El día en que la juventud organizada en maras abandone esos métodos delictivos y enarbole la lucha social, utilizando su alta capacidad organizativa, junto a los sindicatos y organizaciones populares, temblaran las 14 familias que siguen teniendo el poder aún bajo el gobierno del FMLN. Ese es el único camino para terminar con la inseguridad y la violencia.