ESCA

¡¡Por la liberación nacional, una nueva independencia y la reconstrucción del Estado Federal en Centroamérica!!

Este 15 de Septiembre se celebra en todos los Estados de la nación Centroamericana, la proclamación de la primera declaración de independencia del colonialismo español, ocurrida en la misma fecha de 1821.

A diferencia del resto de América Latina, donde se gestaron procesos revolucionarios y guerras civiles por la independencia, en Centroamérica fueron las mismas autoridades coloniales quienes, presionadas por las masas populares, se vieron forzadas a proclamar formalmente la independencia. Casi inmediatamente, el 5 de Enero de 1822, las autoridades de la ex Capitanía General de Guatemala, en alianza con las oligarquías de las provincias, decidieron anexarse al fugaz proyecto imperial de Agustín de Iturbide de México.

Aunque el istmo de Panamá no perteneció formalmente a la Capitanía General de Guatemala, la proclamación del Acta de Independencia del Istmo de Panamá, el 28 de noviembre de 1821, presentó la posibilidad de unirse al resto de Centroamérica, pero la oligarquía de poderosos comerciantes tenía otros planes. No llegó a concretarse la “Asociación” de “Estados del istmo de Panamá, hasta Guatemala”, como lo planteó Simón Bolívar, a pesar que en 1826 se realizó en Panamá el Congreso Anfictiónico.

Ahí tenemos el origen de una parte de nuestros males. Las autoridades coloniales proclamaron la independencia para evitar la revolución, pero esta vendría inevitablemente después. Fue tras el derrumbe del imperio de Iturbide que, el 1 de Julio de 1823, se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica, mediante una solemne segunda declaración de independencia: “Considerando por otra parte que: la incorporación de estas provincias al extinguido imperio mexicano, verificada solo de hecho a fines de 1821 y a principio de 1822, fue una expresión violenta arrancada por medios viciosos e ilegales (…) Nosotros, por tanto, los representantes de dichas provincias, en su nombre, y con la autoridad y conformes en todos con sus votos, declaramos solemnemente: 1.- Que las expresadas provincias, representadas en esta Asamblea, son libres e independientes de la antigua España, de México, y de cualquier otra potencia, así del antiguo como del nuevo mundo (..)”

Antes del retiro forzado de las tropas del gobernador mexicano, general Vicente Filísola, éste cobró un alto precio: la región del Soconusco (Zaklohpakab) que albergaba ancestralmente a las naciones indígenas maya y quiché fue entregada a México, y el resultado fatal fue la división de estas etnias, una parte quedó en el ahora Estado de Chiapas, México, y la otra parte en lo que hoy es el territorio de Guatemala.

Fue hasta 1824 que, huérfanos de protección colonial o imperial, la oligarquía convocó a una Asamblea Nacional Constituyente que, mal copiando el modelo norteamericano, decidió adoptar la forma de un Estado Federal llamado República Federal de Centroamérica.

La oligarquía de las provincias de Centroamérica resultó incapaz de consolidar un proyecto de Estado Federal, y los conflictos e intereses locales prevalecieron y terminaron destruyendo el Estado Federal al finalizar la guerra civil del llamado periodo de la anarquía, con la derrota de las fuerzas unionistas, en 1838-1840.

En vez de constituir una sola nacionalidad centroamericana con un Estado democrático y laico, las oligarquías dieron rienda suelta a su desenfreno localista y comenzaron a construir sus propios Estados nacionales, estableciendo concordatos, renegando del Estado Federal de Centroamérica.

Estas oligarquías fueron incapaces de defender la soberanía nacional de cada uno de sus nuevos Estados. Por ello buscaban la protección del naciente imperialismo norteamericano contra el colonialismo inglés, que mantenía presencia en la costa Caribe de Centroamérica, específicamente en el territorio de Belice y la nación indígena de La Mosquitia (Honduras, Nicaragua y una parte de Costa Rica).

Belice terminó siendo desmembrada de la nación centroamericana, ahora es un Estado independiente, pero sigue estando estrechamente vinculada a Centroamérica por lazos económicos, culturales y geográficos.

Los socialistas centroamericanos y la clase trabajadora tenemos grandes tareas que cumplir: luchar por la liberación nacional y una nueva independencia política en todos los países que conforman la nación centroamericana, para reconstruir el Estado Federal Centroamericano bajo un gobierno de los trabajadores. Belice y Panamá deben formar parte de este esfuerzo unionista socialista.