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Despertar a la clase trabajadora de las maquilas en Centroamérica

Los cambios producidos en la estructura económica de los países que conforman la nación Centroamericana, producto de la ofensiva neoliberal en los últimos 25 años, han provocado también dramáticos cambios en la clase trabajadora y sus organizaciones sindicales.

La clase obrera industrial se ha debilitado enormemente. La industria manufacturera, creada bajo el Mercado Común Centroamericano (MCCA), basado en el modelo cepalino de sustitución de importaciones, fue barrida por el huracán neoliberal y los tratados de libre comercio, siendo el mas importante el CAFTA-DR, cuyas consecuencias las pagamos a diario.

 

El resultado ha sido devastador: reducción numérica de la clase obrera industrial, tal como la conocíamos, debilitando a los sindicatos y centrales obreras. En su lugar, ha surgido la migración y quienes no pueden viajar a Estados Unidos, Canadá o España, están condenados a vivir en el desempleo, o de las remesas que mandan sus parientes cercanos, o terminan conformando los nuevos contingentes de la clase trabajadora de las maquilas, remedos de fábricas, que explotan salvajemente a nuestros jóvenes.

La clase obrera de las maquilas se caracteriza por ser muy joven (entre 15 y 25 años), inexperta sindical y politicamente, desorganizada, realizando el trabajo de terminación de los productos, en condiciones de trabajo semi esclavo. El masivo desempleo y la falta de oportunidades obligan a los jóvenes a trabajar en las duras condiciones de las maquilas y con salarios miserables.

Las empresas maquiladoras no aportan tecnología ni riqueza a nuestros países. Al contrario, cuando sienten que pueden conseguir mano de obra más barata se trasladan a nuevos países, para succionar plusvalía y ganancias a favor de las empresas transnacionales.

Esta situación ha debilitado a los sindicatos y centrales obreras, transformándolas en organizaciones mas o menos reducidas, casi de membretes. Y no es que no la clase trabajadora haya desaparecido. Al contrario hay decenas de miles de trabajadores de las maquilas, pero estos no pueden organizarse libremente y por sus propias condiciones de trabajo no ejercen un rol beligerante en las luchas contra el sistema capitalista. Esperamos que este proceso de maduración sindical y política de los trabajadores de las maquilas sea lo mas corto posible, y que estos contingentes de la clase trabajadora entren a la escena política, luchando contra las condiciones de sobrexplotación a que son sometidos.

Los empleados públicos centroamericanos se han convertido, ante el debilitamiento de la clase obrera industrial y la postración de la clase trabajadora de las maquilas, en la vanguardia de las luchas contra el sistema capitalista. Dentro del amplio espectro de empleados públicos, los trabajadores de la salud y la educación, son quienes mas han peleado contra los bajos salarios y por defender las conquistas laborales obtenidas en el periodo anterior.

Así lo demuestran los sindicatos magisteriales y la lucha de los salubristas en Guatemala, la lucha que acaban de unificar los gremios del magisterio y del sector salud en educación en El Savador, la lucha heroica y ejemplar del magisterio y la batalla que libran la Plataforma de Sindicatos del Sector Publico de Honduras, la lucha de los empleados públicos de Costa Rica, siendo el sector magisterial el mas combativo, y también la lucha que acaban de librar los trabajadores de la salud de Panamá.

Las centrales obreras y los sindicatos de empleados públicos de toda Centroamérica, tenemos el desafío de organizar a la clase trabajadora de las maquilas, ese pequeño gigante amordazado por las cadenas de la explotación neoliberal. Es hora de contribuir a su liberación, que es nuestra propia liberación. Este 1 de Mayo nos brinda la oportunidad de hacer el primer ensayo.