Europa


Por Rómulo Sosa

El lunes 14 de octubre, el Tribunal Supremo del Estado Español dictaba una sentencia cuyos resultados eran de esperar. La condena de los dirigentes del gobierno autónomo catalán que un año antes habían organizado el referendo para decidir sobre la independencia de Cataluña conocido como el procès, fue severa.  Oriol Junqueras, del partido ERC recibió 13 años, Raül Romeva, Dolors Bassa y Jordi Turull  por su lado obtuvieron 12 años. Las penas de los otros líderes Carme Forcadell , Joaquim Forn, Josep Rull, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart,vn de los 11 años hasta los 9, con la inhabilitación de ocupar puestos públicos por el mismo periodo.

Otros miembros del gobierno, encabezado por Carles Puidgemont, que se encuentra en el exilio en Bélgica y también condenado en ausencia, fueron condenados a penas menores. Todos los cargos y las condenas fueron de acuerdo con el rol que cada uno de los miembros del gobierno catalán jugaron durante la organización del referendo del 1 de octubre que fue salvajemente reprimido por el entonces presidente del gobierno Mariano Rajoy. La consulta que buscaba que los catalanes se pronunciaran sobre la independencia de Catalunya se llevó a cabo en medio de cargas policiales y la resistencia de la población para poder manifestar su voluntad.

El Pacto de la Moncloa

De acuerdo a la Constitución de 1978, producto del Pacto de la Moncloa en 1977, que fue avalada por todos los partidos burgueses y los partidos obreros reformistas, permitiría asegurar una “transición” en la cual los miembros medulares del régimen franquista continuarían en el poder de varias instituciones, tales como la justicia y las fuerzas armadas.

“La lista de exaltaciones filo franquistas o, en el mejor de los casos, antidemocráticas sería interminable: el exjefe del ejército del aire, Eduardo González-Gallarda Morales, propuso la ilegalización de Podemos en la revista "Tierra, Mar y Aire" [subvencionada por el Ministerio de Defensa]; la Asociación de Militares Españoles (AME), compuesta por altos mandos retirados, solicitó el 13 de septiembre de 2014 que el ejército interviniese en Cataluña para restablecer el orden o en 2012 solicitó el "Estado de Guerra" para Cataluña.” (vice.com 10/10/2016)

A este acuerdo se sumó también el Partido Comunista Español (PCE) luego de décadas de clandestinidad y represión.

El argumento utilizado por el Tribunal para aplicar estas largas condenas, es el de la sedición. Este tipo de “delito” es de clara connotación militar” El catedrático en derecho penal Nicolás García Rivas, que elaboró su tesis sobre el delito de rebelión, señala que en su origen la sedición y rebelión siempre han ido de la mano y han tenido "un tono castrense".”(eldiario.es 15/10/2019) Este punto es fundamental para entender en primer lugar, los alcances del código penal de las democracias burguesas, en este caso especial la que rige el Estado Español como el fruto de un acuerdo no solo para mantener la monarquía como un resabio del franquismo, sino también los pilares sobre los cuales se asentaba el antiguo régimen dictatorial que siguen presentes. 

Este delito, atenuado en las consecuencias y en las formas, sigue vigente en varios códigos penales de las otras democracias burguesas que buscan proteger sus intereses y ven en la organización de lo que interpretan ellos como “desorden público” o simplemente el hecho de “oponer resistencia violenta a una persona depositaria de la autoridad pública o encargada de una misión de servicio público”; la amenaza de que su orden social y político sea revertido.  El estado burgués entonces se reserva el derecho de emplear la represión a través de sus fuerzas armadas (policía, ejército) pero castiga severamente si el pueblo se organiza para enfrentarlo. Los matices corresponden a la correlación de fuerzas  y al grado de la crisis en la que se encuentre el régimen.

El bonapartismo del gobierno de Sánchez

España vive uno de los momentos de mayor crisis política y social de los últimos tiempos. A partir del 2008, con el estallido de la crisis de las sub primes, las consecuencias del estallido de la burbuja financiera se hicieron bastante sentir en la economía del país. Un salvaje plan de austeridad impulsado por los gobiernos del PP y del PSOE provocaron un empobrecimiento de los trabajadores que vieron disminuidos sus salarios y pensiones casi hasta la mitad. El desempleo vino a dispararse, siendo los jóvenes los más perjudicados. Un éxodo masivo de jóvenes españoles se produjo y se sigue produciendo hacia los cuatro rincones del orbe. La generación de los “mileuristas “ no sueña con quedarse en el país y busca mejores condiciones.

Luego de la renuncia del presidente Rajoy a raíz de la moción de censura interpuesta por el PSOE, Pedro Sánchez tomó el control del gobierno por medio de un acuerdo parlamentario con el Partido Socialista de Catalunya y en un papel menos protagónico, del partido Nuevas Canarias. Sin embargo luego de las elecciones de este año, no pudo conformar una mayoría para obtener el control del ejecutivo. La entrada en el escenario del partido fascista Vox, así como el debilitamiento electoral de Unidas Podemos fruto de su conciliación y colaboración con el gobierno del PSOE, le ha dejado en una situación de entera debilidad. El 10 de noviembre próximo deberán repetirse las elecciones a falta de no poder conformar el gobierno.

En este contexto, los rasgos bonapartistas del gobierno se acentúan. Por un lado, golpea con todo el peso de la retrograda ley e incluso deniega cualquier posibilidad de indulto para los condenados del procès y por otro ordena la exhumación del cadáver del dictador Franco del Valle de los Caídos para trasladarlo a un cementerio común y detener la peregrinación fascista a este monumento oprobioso.

De esta manera, el PSOE busca mantenerse en el primer lugar de las intenciones de voto que según las encuestas todavía lo dan en el primer lugar, pero sin la posibilidad de tener una mayoría absoluta. Por otro lado las posibilidades de formar una coalición “progresista” tal y como se desvive Pablo Iglesias, en la cual habría ministros de primer rango salidos de UP, parece que no cuenta con el aval del ejecutivo del partido de Sánchez. Las únicas posibilidades vendrían de un acuerdo con los partidos de la derecha (PP y CS) la cual es una fórmula ya utilizada por la socialdemocracia en varios países europeos para formar co-gobiernos donde ponen en la espalda de los trabajadores el peso de la crisis. Alemania es uno de los ejemplos más claros en ese sentido.  En la actualidad y desde hace ya vario tiempo, Merkel formó una coalición con el SPD la cual sigue impulsando la austeridad a través de Europa.

El mensaje que manda el gobierno de Sánchez al electorado y hacia la burguesía española es que es un “hombre de confianza” que ha puesto en la cárcel a los miembros del gobierno catalán y que estaría dispuesto a volver a implantar el articulo 155 e intervenir la Generalitat.

Unidas Podemos (UP) como furgón de cola del régimen

En el escrutinio pasado, el partido de Pablo Iglesias fue castigado con la disminución de cerca del 40% de los parlamentarios electos con respecto a las elecciones del 2016. Esta pérdida no e casual. Es el fruto de la trayectoria cada vez más reformista que el partido ha llevado a cabo. La crisis del 1-O del 2017 reveló una vez más las inconsistencias, quedando como un “defensor de la constitución de 1978”, la misma que garantiza la opresión por parte del estado hacia las minorías nacionales.

Después de la sentencia Iglesias sigue con un discurso ambiguo que está lejos de reconocer el derecho de los pueblos a su autodeterminación. “Y ello implica asumir que es un conflicto político que no van a resolver los jueces ni la policía, sino que tendremos que resolver los representantes de la ciudadanía y de la sociedad civil. Con mucha inteligencia, sensatez y asumiendo que probablemente ninguno vayamos a poder llevarnos el gato al agua con nuestra propuesta. La única manera viable de conducir por vías democráticas el conflicto va a ser que todos cedamos. Pero para eso todos tenemos que dialogar y reunirnos.” (el diario.es 21/10/2019)

Luego en su ambigüedad discursiva propia de los reformistas prosigue “Es una característica histórica de un país plurinacional como es España, que da lugar a conflictos y tensiones. En mi opinión sólo se puede afrontar desde la política. Hacerlo desde los tribunales es un profundo error como estamos viendo.” Es decir que para él, la cuestión catalana o vasca se resuelven con el consenso con los partidos que ya han demostrado todos, desde el PP al PSOE que están dispuestos a reprimir a fondo cualquier voluntad independentista del pueblo catalán. Por otro lado dice apoyar el referendo pero para las calendas “Otra cosa (el referendo NDLR) es si esto es viable en el corto o en el mediano plazo, y no lo es “ (ídem)

En cuanto a ceder, es claro que los únicos que tendrían que ceder ahora son los catalanes. No se puede adornar la realidad con discursos que piden al pueblo claudicar ante la embestida represiva y pone signos iguales entre la violencia del opresor y la del oprimido que trata de quitarse el yugo que representa la presencia de la Guardia Civil, institución claramente identificada con el franquismo.

Al final todo su discurso apuesta por el electoralismo puro y llano lejos de las movilizaciones de masas que son las que a pueden superar la crisis imponiendo primero que todo una Federación de Estados Ibéricos que garantice la autonomía de los diferentes pueblos.

Al lado de la movilización: Por la huelga general indefinida

Las cúpulas sindicales de C.C.O.O y  la UGT por su lado se han negado a apoyar la huelga lanzada en Catalunya en contra de la sentencia confirmando una vez más el carácter reaccionario de la burocracia sindical. La fractura entre estos y la dirigencia catalana se ha puesto todavía más en evidencia. Pero lo más trágico es el llamado de colaboración de clases que hacen estas cúpulas al firmar un manifiesto conjunto con la patronal Cecot y otras asociaciones patronales llamando a la “vuelta a la normalidad”

Llamamos entonces a la movilización independiente sin hacer la más mínima confianza en el régimen y sus lacayos de todo cuño.