Por Orson Mojica

La detención el 9 de noviembre del rapero y activista opositor, Denis Solís, su rápido enjuiciamiento y condena por el delito de desacato, provocó el surgimiento del Movimiento San Isidro (MSI). Este nombre no viene de ningún santo, ni el movimiento es religioso, sino que fue relacionado con el barrio en donde surgió la sorpresiva protesta pacífica con simbólica huelga de hambre y acuartelamiento.

Indudablemente, que la derecha y el imperialismo mundial se rasgaron las vestiduras, declarando sus hipócritas simpatías por el movimiento democratizador. El gobierno de la burocracia castrista reaccionó como siempre, acusando a los huelguistas de ser mercenario del imperialismo norteamericano, pero la repuesta inmediata no fue la cárcel, sino que se produjo una extraña tolerancia.

La solidaridad en torno al MSI dio origen al plantón y vigilia del 27 de noviembre (27-N). Como una bola de nieve que no se derretía con el calor de La Habana, el movimiento fue creciendo y los intelectuales demandaron un dialogo con las autoridades.

Un inusual pero corto Dialogo

La demanda central fue un juicio justo para el rapero y opositor Denis Solís, pero rápidamente se fue llenando el papel con mas reivindicaciones democráticas: libertad de pensamiento y de creación artística, fin de la censura, cese a la represión, etc.

Mientras el dialogo se producía, el aparato de propaganda del castrismo ataca al MSI pero mantuvo un criminal silencio sobre el dialogo que se produjo por un corto periodo. Este fue un hecho trascendental, porque en Cuba no existen antecedentes de dialogo con las protestas democráticas. Al contrario, la más mínima protesta ha sido catalogada como contrarrevolucionaria, y los acusados han terminado casi siempre en las cárceles o en el paredón.

La ruptura del Diálogo

En la reunión del 27 de noviembre en la sede del MINCULT, después de varias horas de negociaciones, se llegó a los siguientes acuerdos: “El viceministro se interesaría por los casos de Luis Manuel Otero Alcántara y Denis Solis. El MINCULT va a organizar agendas de debate, de encuentros con artistas para negociar sus exigencias. El MINCULT organizaría sesiones de debate sobre la aplicación de las leyes y el papel del Ministerio del Interior (MININT), esto referido a la represión a los artistas por parte de la Seguridad del Estado. La Asociación Hermanos Saíz (AHS) revisaría su declaración y, si se aceptaba por el Consejo Nacional de la organización, se retractarían. TREGUA: Los artistas van a poder reunirse, incluso en los espacios independientes, sin ser hostigados, para debatir temas relacionados con sus exigencias”.

Estos acuerdos mínimos dieron la impresión del inicio de una enclenque perestroika cubana, pero el 4 de diciembre la burocracia castrista rompió el dialogo, desconoció los acuerdos e inicio una campaña represiva, pero no a los niveles tradicionales.

¿Un tímido intento de Perestroika?

Desde el derrumbe de la URSS en 1990, el principal proveedor de Cuba, la economía de ese país sufre una larga agonía que somete al pueblo cubano a una decadencia permanente. Atrás quedaron los años en que la revolución cubana dio a su pueblo un aceptable nivel de vida, educación y salud.

El surgimiento de movimientos democráticos son una expresión directa de la bancarrota económica de Cuba. Desde 1990, la burocracia castrista ha intentado restaurar parcialmente el capitalismo en Cuba, impulsando su propia perestroika, intentando copiar vanamente el modelo de China y Vietnam, girando hacia un capitalismo de Estado bajo el control del Partido Comunista de Cuba (PCC), pero la cercanía con el imperialismo norteamericano se lo ha impedido.

A pesar de que la administración Obama restableció las relaciones diplomáticas con Cuba, con la estrategia de alentar la gradual restauración capitalista, la administración Trump volvió a la vieja política de bloqueo y sanciones económicas, que son una especie de bloqueo especifico a las empresas estatales o mixtas cubanas que han logrado sobrevivir al bloqueo tradicional.

La inusual tolerancia de las autoridades cubanas se debe precisamente a la necesidad que tienen de abrir el país a las inversiones extranjeras, y al mismo tiempo tiene también la necesidad de mantenerse en el poder. Son dos tendencias contradictorias, pero hasta el momento han procurado mantener un frágil equilibro.

A la espera de Biden

Debido a que en la campaña electoral el candidato Joe Biden, anunció que restablecería las negociaciones con Cuba (política que le costó la perdida del Estado de la Florida, donde habita la comunidad cubana en el exilio), la burocracia castrista ha enviado un mensaje dual a Washington: probablemente las cosas pueden mejorar, siempre y cuando les permitan impulsar su proyecto de reconstrucción capitalista, pero bajo la hegemonía del PCC. De lo contrario, se mantendrán las restricciones a las libertades democráticas.

La juventud e intelectualidad cubana debe sacar las lecciones de esta primera jornada por el establecimiento de las libertades democráticas en Cuba.