Por Juan Carlos Giraldo Valencia

Desde hace casi una semana, enormes movilizaciones sacuden las principales ciudades del territorio colombiano.

Un paro general convocado por las tres centrales sindicales, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) paralizó las actividades en el país. Al lado de estas centrales también se sumaron 45 sindicatos independientes y otras organizaciones sociales. La expectativa era de sobrepasar el último gran movimiento que se produjo en 1977 contra el entonces presidente Alfonso López Michelesen.

En el mes de octubre los estudiantes salieron a la calle también para manifestar su descontento contra el incumplimiento del gobierno con respecto a los acuerdos entre los grupos estudiantiles y el gobierno de Iván Duque para aumentar el financiamiento de las universidades. Este acuerdo sirvió para calmar momentáneamente las cosas debido a la fuerte movilización estudiantil en el mes de octubre del año pasado.

Sin embargo, el gobierno no cumplió con lo pactado, provocando de nuevo que los estudiantes tomaran las calles.

“El gobierno se comprometió a destinar cerca de 86 millones de dólares a Colciencias, ente rector de la investigación científica, pero solo asignó unos 23 millones de dólares” (Dw 11/10/2019), según las fuentes estudiantiles. El compromiso también incluía otras medidas como el financiamiento de las becas, infraestructura y el aumento de los montos del financiamiento de acuerdo al Índice de Precios al Consumidor (El Espectador 26/10/2018).

Pero esto solo fue el detonante de una situación que carcome el país desde hace décadas. El avance de las medidas neo liberales impulsadas por los gobiernos, el aumento de la desigualdad social, el asesinato de los líderes y activistas sindicales y sociales han provocado un remezón en el país.

El plan de shock de Duque

Las organizaciones sindicales salieron al paso de las medidas implementadas por Duque, ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo.

Esto se ha dado dentro un marco de debilitamiento del gobierno y de una enorme caída de su popularidad. Cerca de dos terceras partes de los colombianos manifiesta su desacuerdo con el gobierno. (bbc.com24/11/2019) Este desgaste sobreviene a tan solo un año de su mandato. El pupilo de Alvaro Uribe quien ganó las elecciones en una segunda vuelta bastante polarizada contra el candidato Gustavo Petro que obtuvo cerca de 5 millones de votos en la primera vuelta y luego obtuvo 8 millones lo cual representaba la mayor votación obtenida por un candidato denominado de “izquierda” .

Este desgaste se ha expresado de diferentes formas. En Medellin, ciudad bastion del uribismo, la huelga fue ampliamente seguida. Otro hecho es la derrota en las pasadas elecciones regionales donde el candidato opositor al uribismo, fue electo para Daniel Quintero.

Pero el hecho cualitativo es que la onda expansiva de las movilizaciones contra el gobierno de Piñera en Chile, las protestas contra el gobierno de Morales en Bolivia y luego contra el golpe, sumado a la crisis económica que sacude el continente han creado condiciones para una situación pre- revolucionaria en esta parte del continente.

“El DANE indicó que la inflación en Colombia entre enero y octubre de este año tuvo un incremento del 0,68, al pasar del 2,75 por ciento, en el mismo periodo de 2018, a 3,43 puntos porcentuales.” (Semana 19/11/2019)

Las medidas adoptadas por el gobierno de Duque y que han sido parte de las reivindicaciones del movimiento de protesta se resumen en diez puntos

“ 1. Reforma Laboral

Los organizadores aseguran que una reforma laboral que supuestamente prepara el Gobierno destruye la estabilidad del empleo porque pretende que a los jóvenes que entran al mercado de trabajo se les pague el 75 % del salario mínimo legal.

2. Reforma Pensional

Las centrales obreras argumentan que el Gobierno busca eliminar el fondo estatal de pensiones Colpensiones y dejar los aportes de empresas y trabajadores para la jubilación en manos de fondos privados, un modelo del que dicen probó su "fracaso" en Chile.

3. Reforma Tributaria

Igualmente se oponen a los planes del Gobierno de hacer una reforma tributaria para rebajar los impuestos a las multinacionales y empresas mientras se los suben a la clase media y trabajadores.

4. Privatización

El Gobierno pretende, según los sindicatos, privatizar Ecopetrol, la eléctrica ISA, Cenit (filial de Ecopetrol para el transporte de hidrocarburos) y "todas las empresas en las que el Estado sea propietario del 50 % de las acciones"

5. Corrupción

La protesta también es un rechazo a la corrupción que deja pérdidas de 50 billones de pesos al año (unos 14.560 millones de dólares) y señala escándalos multimillonarios como el de Odebrecht y la Refinería de Cartagena (Reficar).

Esta última, de propiedad de Ecopetrol, fue inaugurada en octubre de 2015 por el entonces presidente Juan Manuel Santos y tuvo un coste final de 8.016 millones de dólares, más del doble de los 3.777 millones de dólares presupuestados inicialmente.

6. Ley de Financiamiento

En la reforma fiscal llamada "Ley de Financiamiento" el Gobierno incluyó un aumento del 35 % de las tarifas de electricidad para los estratos 4, 5 y 6 para "salvar" a Electricaribe, empresa de la española Naturgy (antigua Gas Natural Fenosa) intervenida en 2016.

7. Salario Mínimo

El salario mínimo vigente en Colombia es de 828.116 pesos (unos 240 dólares de hoy) y quienes lo cobran reciben además un subsidio de transporte de 99.023 pesos (unos 28 dólares).

8. Incumplimiento de los Acuerdos de La Habana

Otro argumento para la protesta nacional es el supuesto incumplimiento por parte del Gobierno de acuerdos firmados por esta Administración y las anteriores con varios sectores sociales y sindicales, especialmente con indígenas, campesinos y maestros.

9. Defensa de la propuesta social

Los convocantes rechazan que el Gobierno quiera "reglamentar" el "derecho a la protesta social" y criminalizar a quienes se manifiestan en las calles.

10. Educación

Los estudiantes universitarios, que el año pasado protagonizaron una huelga de dos meses reclaman al Gobierno el cumplimiento de los acuerdos firmados y medidas contra la corrupción en las universidades públicas.”(www.colombia.com, 21/11/2019)

El paro y los cacerolazos

Como hemos dicho anteriormente, el paro fue ampliamente seguido en el conjunto del país. El referente para este movimiento fue el último paro general de 1977. Según algunos observadores, este paro del 21 de noviembre ha sido el más importante de los últimos 60 años.

La reacción del gobierno no se ha hecho esperar. Como lo han hecho todos los gobiernos para enfrentar la protesta contra las medidas de hambre y de sobrexplotación, Duque ha sacado a las fuerzas armadas a las calles lo que ha provocado importantes enfrentamientos que ha ocasionado cerca de tres víctimas mortales y centenares de heridos. También, el toque de queda ha sido implementado en la capital Bogotá, algo inusitado desde 1977.

Un país golpeado por la precariedad del empleo, donde el empleo informal ha aumentado en cerca de 48% en el último año y donde la desigualdad según el índice de Gini ubica a Colombia en el segundo lugar solo después de Brasil (bbc.com 12/07/2018)

La trampa del dialogo

El dialogo que ha sido reclamado por sectores reformistas de la oposición al gobierno, es la propuesta que ha esbozado Duque para tratar de desactivar la dinámica revolucionaria de las masas.

Sin embargo, el gobierno no ha declarado en ningún momento que ha echado marcha atrás en ninguna de las medidas que han dado origen a las protestas. La propuesta es de sentarse a discutir delante de hechos ya consumados, sin que esto signifique un cambio en las políticas a seguir.

Las masas por su lado han rebasado en cierta medida la convocatoria inicial que era para el paro de 24 horas y han continuado su movilización aun durante el fin de semana. Esto demuestra la voluntad de las mismas para echar abajo el régimen de hambre, tortura y muerte que representa el uribismo y las fuerzas armadas.

El asesinato el sábado 23 de noviembre del estudiante Dilan Cruz, figura de la contestación, ha desencadenado un enorme repudio. La CUT convoco para este 26 de noviembre una nueva movilización para enfrentar los planes del gobierno y condenar el asesinato del joven Cruz.  Las medidas como los cacerolazos son importantes, pero no suficientes para hacer echar marcha atrás al gobierno. La medida que puede hacerlo, es la huelga general indefinida que vaya hasta el retiro de las medidas que dieron origen al movimiento.

Ante esto, nos ubicamos del lado de las movilizaciones y alertamos sobre el hecho que la propuesta del gobierno de Duque solo puede representar atolillo con el dedo. Como en todos los países donde los trabajadores y el pueblo se han movilizado contra las medidas de austeridad, contra la disminución de las libertades democráticas o contra los gobiernos dictatoriales como el de Nicaragua, el llamado es para construir una dirección alternativa, democrática y de lucha que no claudique ante las trampas y la represión de la burguesía.