Por Virgilio Araúz

La primera mentira: fue para arrestar a Noriega.  La segunda: fue para la democracia.

Quienes nos explicamos los hechos históricos a partir de la participación de las clases sociales y no por el papel (solo) de los individuos, tenemos una interpretación distinta.

La invasión (y la cruzada civilista) tuvo como objetivo fundamental, impedir que el pueblo panameño alzado contra el régimen militar, que aplicaba los mismos planes dictados por las IFI’s, que aplican hoy los gobiernos postinvasión, tumbara la dictadura.

Este descontento y levantamiento popular surge a partir de las luchas de 1976, siguiendo con la lucha contra los tratados de 1977 y; tiene un punto álgido en 1978-1979 cuando los educadores realizan una lucha reivindicativa, que termina en la derogación de la reforma educativa.

Los yanquis y los militares toman medidas preventivas, para evitar la caída al estilo de Somoza en Nicaragua.  El “general se repliega a los cuarteles”, dando paso a un “proceso de democratización”, con legalidad de partidos en  1978; elecciones parciales legislativas en 1980, reformas constitucionales antinacionales en 1983; las elecciones de 1984, todo con el control de las Fuerzas de Defensa.

El descontento popular se reflejó en las elecciones de 1984, obligando a Noriega y los yanquis, a hacer fraude a favor de  Ardito Barletta.

“Fraudito” y los militares no pudieron detener el ascenso.  Una ley de impuestos es echada abajo después de ser aprobada, lo cual se combina con un hecho político de los desmanes del dictador, el asesinato a Spadafora, acentuándose el descontento.

En 1986, el régimen impone las primeras reformas laborales y al agro con muertos,  heridos y presos.  Se profundiza la crisis.

El movimiento popular siguió luchando contra reformas neoliberales a la educación, contra los despidos masivos de empleados públicos, etc..

Cuando se da la invasión el régimen se desquebrajaba.  Dos intentonas de golpe de sus aliados íntimos lo comprueban, y el deseo de lucha continuaba, detenido momentáneamente en ese momento por los dirigentes yesman de la cruzada y de los partidos tradicionales que canalizaron el descontento decían en las elecciones de 1989 : “el mundo nos mira”, es decir, tal como el escudo, mundo significa, Washington.  Es decir, esperen a los gringos.

Perdimos entre 1987-1989 y la invasión lo que corresponde al PIB de 1990 (6,000 millones), los gobiernos hasta hoy han aceptado migajas del imperio y, lo que es peor, como cómplices de la invasión, han callado ante los asesinatos de centenas de panameños y panameñas por las tropas invasoras.

Esta es la razón de por qué seguimos peor.  La invasión fue para seguir imponiendo el plan de las IFI’s.   Perdimos familiares, empleos que jamás se recuperaron, nuestras viviendas, etc..  Se inaugura una falsa democracia.  El antidemocrático código electoral y la lista de partidos políticos legales y cómo ganó la presidencia el gobierno actual, nos muestra que así como la justicia es para los ricos, la participación electoral también lo será, hasta que el pueblo se una independiente de quienes hoy son oposición y mañana gobierno, hoy dicen una cosa y mañana hacen otra.  Seguir de cola, unos de los militares (o PRD) y otros a los partidos tradicionales, incluyendo al CD, sólo nos trae muertes y zozobras, esta es la gran lección.