Por Sebastián Chavarría Domínguez

A escasos días del 7 de noviembre, el panorama electoral es verdaderamente lúgubre. En realidad, no hay contienda electoral, los principales candidatos de la oposición burguesa están encarcelados, fueron ilegalizados el Partido de la Restauración Democrática (PRD) y el Partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), y solo participan seis pequeños partidos satélites del régimen.

La dictadura rompió los esquemas y, para garantizarse en nuevo periodo de la pareja presidencial (2021-2026) no se arriesgaron a permitir competencia electoral en un periodo de crisis y descontento popular. Este inesperado golpe de la dictadura, que se inició con la reforma y endurecimiento de la Ley Electoral en mayo, provocó las más disimiles repuestas de los grupos de oposición.

El comunicado de la AMS en junio.

La Articulación de Movimientos Sociales (AMS), que agrupa a varias ongs y algunos movimientos sociales que depende de estos organismos, a través de un complicado sistema de representación de pequeños grupos, llego a tener la mitad de los miembros del Consejo Político (CP) de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)

A pesar de haber incidido en la conducción de la UNAB, peleando a mas no poder la formación de la Coalición Nacional (CN) en febrero del 2020, incluso aceptando inicialmente la participación del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) de Arnoldo Alemán, la AMS pego un abrupto frenazo en junio del 2021, por medio de un comunicado que mostraba las fisuras internas dentro de la UNAB.

Fue la primera vez que la AMS dio un paso hacia un lado, mostrando serias diferencias con el resto de la UNAB, que era influenciada por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que ahora se denomina UNAMOS. Fue evidente que las dos corrientes que vienen del sandinismo, la AMS y UNAMOS, tenían grandes diferencias tácticas en torno al oscuro panorama electoral.

En ese comunicado, con fecha 25 de junio del 2021, la “(…) La AMS llama al desconocimiento del circo electoral, incluyendo sus predecibles resultados dejando en el poder a los ORMU y reitera la necesidad de una concertación contra todo el pactismo y el zancudismo que pretende legitimar no solamente el fraude que se perpetúa, (…) A más de las 130 prisioneras y prisioneros políticos, se agregan 20 personas secuestradas en las dos últimas semanas, entre ellas, cinco precandidatos/as presidenciales (…)  Con estas últimas acciones, la dictadura ha dinamitado el proceso electoral. (…)

(…) La AMS continúa abogando por la concertación de las fuerzas sociales y políticas, nacional e internacionalmente, haciendo énfasis en el desconocimiento del ejercicio electoral actual y del resultado ya anticipado de la votación y la demanda de otras elecciones, esta vez libres y observadas, con términos renegociados, sin represión ni persecución, sin presas ni presos políticos, sin personas exiliadas, sin inhibiciones, con observación nacional e internacional y sin estado de sitio policial y parapolicial.

Reconocemos el derecho ciudadano de cada nicaragüense al ejercicio individual y consciente del voto, nuestro llamado NO es al “no-voto" o a la abstención, sino a que las fuerzas políticas opositoras no legitimen mediante su participación un proceso viciado y amañado. (…)”

El viraje de la AMS fue de 180 grados. En ese comunicado se aprecian dos grandes ejes políticos: 1.- la insistencia en una gran concertación de “fuerzas sociales y políticas” (incluido obviamente el gran capital que tanto critican), “a nivel nacional e internacional” y 2.- como consecuencia de lo anterior, concluye con un previsible y confuso llamado a la abstención o “no voto”.

La AMS ya venía sufriendo un proceso de desgaste, pero este giro provocó mayores fisuras en su interior, las que se trasladaron al interior de laUidad Nacional Azu UNAB, y aceleraron el canibalismo político con la corriente de Maradiaga y UNANOS

No es lo mismo la necesaria unidad de acción con todas las fuerzas que reclaman democracia, que plantear la “concertación” que implica acuerdos políticos con las fuerzas de la burguesía, que inevitablemente terminan sacrificando los intereses populares y el futuro de la misma lucha democrática contra la dictadura.

El problema de la abstención o “no voto” es que la sirve en bandeja de plata la propaganda abstencionista que la dictadura necesita. La dictadura no quiere que la gente salga a votar, por eso ha encarcelado a los candidatos de la oposición burguesa, ha ilegalizado a dos partidos de oposición, para desmoralizar al voto mayoritario voto opositor, y ganar las elecciones “limpiamente” con mayoría simple de su voto cautivo.

La posición oficial de la UNAB

Después del aplastamiento militar y sangriento de la rebelión de abril del 2018, cuando le movimiento autoconvocado se había replegado por la represión, nació la UNAB el 4 de octubre. Durante los dos años siguientes, la UNAB se convirtió en el principal referente de la resistencia contra la dictadura.

No obstante, a su interior se produjeron una seria de cambios imperceptibles para el observador común. En la medida en que se replegaron las masas, el control político de la UNAB quedó en manos de dos corrientes que provenían del sandinismo: el MRX (ahora UNAMOS) y la AMS, más una pequeña corriente liberal disidente, que se vestía como progresista, liderada por Félix Maradiaga.

Tanto la AMS como UNAMOS trabajan con la cobertura de la “sociedad civil”, obteniendo fondos de las fundaciones imperialistas de Estados Unidos y la Unión Europea. Por los fondos recibidos, estas dos corrientes, a pesar de sus diferencias tácticas, ambas coincidieron en negarse sistemáticamente a construir un partido independente, que luchara en unidad de acción con cualquier otra fuerza social y política, pero que no sirviera de escalera a las corrientes políticas de los grupos del gran capital.

Para cuando la dictadura desato la represión contra las cupulas políticas, en mayo y junio de este año, la UNAB ya estaba en crisis y de hecho era el único sostén de la llamada Coalición Nacional (CN). A pesar de su debilidad, por las banderas que representaba, la UNAB fue la organización más golpeada por la represión: casi la mitad de los miembros del CP y de la directiva de UNAMOS están presos y enfrentando la venganza de la dictadura.

Casi toda la dirigencia que no cayó prisionera, salió en estampida para el exilio a Costa Rica. La UNAB está desarticulada. La celebración de su tercer aniversario, el pasado 4 de octubre, se realizó en Costa Rica.

En ese acto, la UNAB en el exilio llamó a luchar por la liberación de los presos políticos, “ALCANZAR el no reconocimiento internacional del fraude que culmina con las votaciones previstas para el próximo 7 de noviembre. LLAMAR a la ciudadanía a no participar del fraude del 7 de noviembre, a quedarse en casa y no legitimarlo ni aceptar sus resultados. PROMOVER Y PARTICIPAR ACTIVAMENTE de los esfuerzos en curso para lograr una amplia y diversa confluencia, de todas las fuerzas políticas y sociales democráticas, interesadas en salir de la dictadura. (…)”      

La actual política de la UNAB es idéntica a la de la AMS, la cual forma parte de la misma. Siempre observamos los dos ejes políticos: el mismo cansino llamado a la unidad de todas las fuerzas, pero sin indicar bajo qué puntos o coincidencias políticas se produciría la ansiada unidad.

No es lo mismo la unidad de acción para luchar, que la unidad electoral a la que aposto todo su capital político la dirigencia de la UNAB. Repetir el mismo discurso sobre la unidad, es repetir los mismos errores desde el 2018 hasta la fecha. La unidad no se pudo lograr sencillamente por los intereses particulares de cada agrupación, especialmente de aquellos que dependen de los grupos del gran capital.

El llamado al “paro electoral”.

No hay duda que la situación es muy compleja, y que la oposición se encuentra dispersa y desarticulada. Pero en vez de promover el debate para discutir la táctica de resistencia más efectiva, la AMS dio un paso más hacia adelante, con un comunicado con fecha 14 de septiembre, llamando al “paro electoral”.

En ese comunicado, la AMS afirma que. “(…) Los resultados de la farsa electoral ya están definidos. Aunque los ciudadanos y ciudadanas decidan ejercer su derecho -votando nulo o dejando la boleta en blanco-, su voto será sumado a favor del régimen, pues el Consejo Supremo Electoral contará los votos, institución servil destinada a perpetuar a Ortega y Murillo en el poder. Para legitimar esos resultados, Ortega necesita maquillar la foto mostrando filas de miles de personas en las Juntas Receptoras sin respetar el valor de su voto. La ciudadanía nicaragüense no debe ser usada en la farsa electoral del 7 de noviembre. (…)

El llamado a la abstención se disfraza de “paro electoral”. Nuevamente, el problema es que la dictadura necesita una gran abstención para ganar limpiamente. Esta política de la AMS y de la UNAB, en realidad le hace el juego a la dictadura, porque le facilita el triunfo electoral.

¿Abstención o voto nulo?

Llama la atención que se desecha de un solo plumazo la táctica del “voto nulo” afirmando que la dictadura necesita de las filas de la gente votando. Eso es falso de cabo a rabo, la dictadura quiere que la mayoría opositora no salga a votar, para con su 25 o 30% del voto cautivo, ganar las elecciones por mayoría simple, manipulando los resultados electorales.

Tenemos apenas un mes para debatir cual táctica de resistencia es más efectiva, si la pasividad de la abstención, o la resistencia activa del voto nulo, para evitar que marquen las boletas en blanco a favor del partido de la dictadura.