Por Victoriano Sánchez

Habiendo aplastado militarmente a la rebelión de abril del 2018, la dictadura Ortega-Murillo tiene la estrategia de evitar que los grupos opositores utilicen la coyuntura electoral para fortalecerse y disputarle el poder. Esta estrategia contempla promover la abstención, desmoralizar a los votantes, para con el voto duro del FSLN ganar “limpiamente” las elecciones de noviembre de este año.

Machacando a la oposición

Contrario a lo esperado, en vez de producirse una mínima apertura democrática, la dictadura Ortega-Murillo redujo abruptamente los espacios democráticos, aprobó leyes represivas y las utilizó en el último periodo para desarticular a la oposición.

El primer bloque que fue barrido de la escena, fue la llamada Coalición Nacional (CN), cuando el Consejo Supremo Electoral (CSE) canceló la personalidad jurídica del Partido de la Restauración Democrática (PRD), que era la casilla con la que la CN pretendía librar la batalla electoral. Después le fue cancelada la personalidad jurídica al Partido Conservador de Nicaragua (PCN), un pequeño partido de derecha.

En ese contexto, solo quedaba la Alianza Ciudadana por la Libertad (ACxL), que utilizaba la casilla del Ciudadanos por la Libertad (CxL) y del partido regional Partido Movimiento de Unidad Costeña (PAMUC).

En el ínterin, utilizando la Ley No 1055, el régimen comenzó a encarcelar a los principales dirigentes de los grupos de oposición, incluidos operadores políticos de los grupos del gran capital. La represión selectiva produjo una estampida de periodistas y dirigentes quienes abandonaron el país. Quienes no pudieron salir, fueron encarcelados, o son llamados a declarar ante la Fiscalía, en el juicio por lavado de dinero contra Cristiana Chamorro y FUNIDES.

Un anormal proceso electoral

Muchos vieron el proceso electoral como la oportunidad para solucionar la crisis, abierta con la rebelión de abril del 2018, pero no fue así. En vez de producirse una apertura democrática, por muy limitada que fuese, se produjo lo contrario: un apriete de tuercas contra la oposición. Encarcelamiento de candidatos, cancelación de personalidades jurídicas de partidos de oposición, amenaza de juicios penales contra periodistas y los liderazgos de la oposición, etc.

Esta inusual oleada represiva en medio del proceso electoral, ha sido condenada por el departamento de Estados de los Estados Unidos, y por la Unión Europea (UE), quienes han emitido sendos comunicados y notas de prensa denunciando la deriva autoritaria de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

Tanto Estados Unidos como la UE han amenazado con desconocer el resultado de las elecciones de noviembre, por la ausencia de condiciones mínimas democráticas. Evidentemente, que la dictadura Ortega-Murillo sabe lo que hace, y está enarbolando la bandera en contra del injerencismo, para blindarse contra los ataques de Estados Unidos y la UE.

Golpe mortal contra CxL

La dictadura ha ido estrechando el cerco legal e institucional contra el único grupo que quedaba en pie: el partido CxL. Al parecer, la verificación de 2,8 millones de personas encendió las alarmas. Era un claro indicio que la mayoría de la población quiere un cambio de gobierno, y votaría por la única opción que quedaba en pie. Quienes se postulaban como posibles candidatos por la ACxL, fueron encarcelados o forzados a irse al exilio. Al final, acorralado, CxL decidió una lista de candidatos del núcleo duro de su partido, presentado la candidatura presidencial de Oscar Sobalvarro, antiguo cabecilla de la contra, y la ex miss nicaragua, Berenice Quezada.

A pesar de su extrema debilidad, CxL podía convertirse en una alternativa electoral, tomando en cuenta la intención de votar, que se manifestó en la alta participación de la verificación ciudadana. Por una denunciad de Maria Haydee Osuna, presidenta y representante legal del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), los magistrados del CSE resolvieron el pasado 6 de agosto cancelar la personalidad jurídica de CxL, y hasta cancelaron la ciudadanía nicaragüense de Kitty Monterrey, presidenta y representante legal de CxL, quien, siendo hija de nicaragüense nació en Estados Unidos y por lo tanto tiene dos nacionalidades de origen. Monterrey tuvo que irse al exilio a Costa Rica. CxL está descabezado, y la oposición de derecha no tiene casilla electoral, lo que aumenta enormemente la ventaja del FSLN sobre los resultados electorales.

Esta arriesgada movida de la dictadura, al eliminar la competencia electoral, y dejar que participen pequeños partidos aliados, llamados “zancudos”, aumentará la abstención, pero lejos de resolver la crisis, la profundiza a niveles insospechados y cuyos resultados finales son difíciles de prever.